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Rollerball

Ciencia ficción. Acción En el año 2018, el mundo se encuentra agrupado en seis corporaciones: Energía, Alimentación, Lujo, Vivienda, Comunicación y Transporte. La tranquilidad social es absoluta, pero la gente carece de libertad. Se desahogan con el Rollerball, un violento juego que pone en peligro la vida de los jugadores. (FILMAFFINITY)
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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
7 de enero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Norman Jewison, que igual te hacía musicales como Jesucristo Superstar o El violinista en el tejado, o un biopic como Huracán Carter, probó con la distopía en Rollerball.
La verdad, es curioso comprobar qué visión se tenía en 1975 de cómo iba a ser un 2018 que entonces se antojaba muy lejano. Curioso y un alivio, desde luego, que no hayamos llegado a extremos como el del rollerball, pero sin duda la película andaba acertada con su crítica a la fascinación que la sociedad tiene con el morbo y la violencia, entonces, ahora, y dentro de 50 años también. Los seres humanos rara vez cambiamos, y si lo hacemos es normalmente a peor.
Aun así, vista hoy, a la película le falta ser más incisiva, más valiente en esa denuncia social, y sobre todo más entretenida. Hay ratos en los que le cuesta mantener el ritmo, pese al enorme carisma de James Caan como protagonista, y no termina de resultar todo lo relevante y espectacular que debería haber sido. O quizás es que, vista hoy, hemos visto ya tantas distopías y tantos espectáculos visuales que poco nos sorprende ya.
Aun así, un clásico que hay que ver y revisar.

Lo mejor: Su crítica a un futuro quizás no tan lejano (aunque no haya sido el 2018 de la cinta).
Lo peor: Le falta ser más incisiva y más entretenida.
Sibila de Delfos
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18 de septiembre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto Rollerball al menos en tres ocasiones:

-La primera, cuando era pequeño y mi padre la alquiló en el videoclub. Me quedé fascinado con esta película, estrictamente en las escenas del deporte. Era increíble ver a aquellos tipos dando vueltas a la pista con motos y patines, soltándose sopapos y tratando de colar la bola en el agujero.
-La segunda, ya más mayorcito, en Canal +. Me siguió gustando, pero no supe ver mucho más que el deporte que retrataban
-Y la tercera, esta misma noche, porque casualmente me ha dado por ver toda la filmografía de James Caan. Y aquí ha sido donde he podido experimentar esta obra maestra en todo su esplendor y absorber toda su intención ética y estética.
Rollerball habla de un deporte violento que tiene lugar en un hipotético futuro. Pero es más que nada una distopía en la que ya no existen las naciones y en la que todas la decisiones son tomadas por las grandes corporaciones. Empresas globalistas a las que nadie vota ni controla y que rigen el destino de la humanidad según lo más conveniente (para ellos, claro). Una humanidad zombi, que ha perdido toda capacidad crítica y que se siente feliz siendo tratada como borregos mientras centra su atención en ese espectáculo que sirve de válvula de escape a sus frustraciones y a su ira: el Rollerball. Donde todos son iguales, pero algunos más iguales que otros (dependiendo de lo cerca que estés de las grandes corporaciones). Y donde los libros no existen: solo hay "reinterpretaciones" adaptadas a la mentalidad de los nuevos tiempos (según la óptica, claro está, de los que mandan).
Rollerball predice tal cual lo que es hoy día el mundo: una gigantesca distopía en la que cualquier pensamiento crítico es cancelado, en la que las grandes corporaciones tienen más poder que los gobiernos democráticos y en la que se imponen prácticas a gran escala de ingeniería social "en nuestro propio beneficio": nuestro Rollerball es Netflix y Tiktok, si piensas distinto eres un negacionista, tus derechos fundamentales no valen nada porque en cualquier momento te los van a retirar si quieren: la excusa puede ser el Covid, el cambio climático, la guerra contra Rusia o cualquier cosa que se les ocurra.
Pero en esta película también hay esperanza. Y es que mientras tú eres feliz comiendo tu hamburguesa de gusanos, satisfecho porque en tu cartilla de vacunación te acabas de poner la 22.ª dosis (sin la cual no puedes salir de casa) y aprovechando para ver el último capítulo de la serie que te gusta antes de que te corten la luz de 21:00 a 03:00 de la madrugada para hacer frente al cambio climático, por el mundo siempre habrá un Jonathan E. que no solo se ha dado cuenta de la estafa, sino que además se niega a seguirle la corriente y está dispuesto a correr con las consecuencias.
Glasshead
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24 de abril de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película con enorme carga de profundidad en la que algunos se quedaron en la superficie. Como bastante se ha hablado de esta obra, me permito exponer otro punto de vista donde no me quedo en conceptos como "capitalismo" o "empresas", lo cual solo limita la visión. En todo caso expondré desde 2023 lo que plantea la película pero cambiaré el concepto "capitalismo" por "sistema" y "empresas" por "organizaciones".

-Todos los medios transmiten lo mismo. No es como si hubiéramos visto el mismo mensaje en medios de comunicación de nuestro país, teniendo como vergüenza histórica toda la prensa escrita con la portada "salimos más fuertes".

-Unos pocos manejan la forma de vivir de muchos. Si entras en la página web de la Unión Europea todavía encuentras aquello de "no tendrás nada y serás feliz". Y por supuesto no olvides no consumir carne pero los grillos a la brasa están muy ricos.

-Normalizar la violencia. El caso del fútbol es el más obvio claro pero... aquí hemos visto gente razonando que es normal matar a una persona por llevar unos tirantes con la bandera de su país o acosar de forma implacable a un menor por pedir los padres que en su colegio se use la lengua propia de su país.

-Normalizar la poligamia. Hemos visto como una ministra ha llegado a decir que no aceptar algo así es ser machista, opresor o no sé qué más historias...

-Los libros hay que resumirlos o cambiarlos. Solo hay que entrar a Google para ver como muchos libros se quieren cambiar por no ser "correctos" (en ocasiones quemándolos) o que en nuestro país, nuestra historia en los colegios solo se tratará a partir de cierto siglo. Lo que hubo antes es humo.

-Normalizar cosas que antes no eran así (cambiar las reglas porque sí). Hoy mismo he ido a repostar a una gasolinera. No me llega el cerebro para entender como hemos pasado de que ir con tu teléfono móvil era "peligroso" a poder pagar con él. Mejor no preguntar ¿verdad?

-Defender tus colores haga lo que haga tu bando/equipo. Pon "El Chiringuito" y me cuentas...

-Finalmente mi favorita ya que es lo único que no tiene sentido, si eliges la comodidad no eres libre. Esto es como decir que no eres libre por escribir un correo electrónico en vez de una carta a mano te hace menos libre. O ir al trabajo en coche en vez de transporte público, o pagar una plataforma de "streaming" para ver lo que te apetezca en vez de recorrer los canales de la TDT...

Obviamente cada uno acerca el ascua a su sardina pero mirar algo desde un punto de vista porque encaja en tu relato es torpe y absurdo.
No obstante esta película no es "deporte violento acción y sangre", si no que gustará mucho a los aficionados de las distopías y que disfruten obras con carga de profundidad (vamos como "Matrix", mucho aludir al mito de la caverna de Platón pero es una ensalada de guantazos).
FOR8NER
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29 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta mucho esta película, una película para la que no parece pasar el tiempo -aunque el centro de datos en el que trabaja Ralph Richardson, y su ordenador parlante, hoy resultan anticuados- y que, en algunas cosas, cada vez resulta más actual, concretamente en la noción del deporte como espectáculo de masas, como desahogo, como medio de control social, así como en la glorificación de una riqueza material frente a la indiferencia por los derechos y libertades, por una democracia que no interesa. La escena en la que los juerguistas disparan a unos árboles inocentes y los incendian recuerda a los partidos de "rollerball": la violencia, la destrucción, se convierten en un juego, en una diversión, en una salida a una vida carente de libertades, aunque llena de comodidades.

Jonathan E. (James Caan) es un personaje que es parte integrante del sistema, y, sin embargo, empieza a hacerse preguntas; es cada vez más rebelde, más molesto, más peligroso. El "rollerball", mezcla de varios deportes -hockey, patinaje, fútbol americano, motociclismo- es convertido por este film en un deporte apasionante, en un espectáculo fascinante, en el que las reglas son pocas y vale el "todo vale". Y Madrid aparece en forma de equipo de "rollerball", dando un sentido internacional, con Tokio, a este deporte y espectáculo.

Este largometraje tiene que ver con otros títulos posteriores del cine de ciencia-ficción, como "La fuga de Logan" (Logan´s Run, 1976), de Michael Anderson, "Perseguido" (The Running Man, 1987), de Paul Michael Glaser, y "Los juegos del hambre" (The Hunger Games, 2012), de Gary Ross, y sus secuelas.
Pedro Triguero_Lizana
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5 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un James Caan aún con la aureola reciente de ser uno de los hijos de Vito Corleone en 'El Padrino' se cambió a la distopía para retratar un futuro en realidad no muy alejado del nuestro. Cambien Rollerball por fútbol o por cualquier entretenimiento de masas y ahí está.

Estamos en un alternativo 2018 donde hay bienestar para todos (ya ven que el cine es capaz de inventar todo), pero los residentes de seis corporaciones no pueden evitar sentir sed de sangre como seres humanos que en realidad son por mucho bienestar que haya en el ambiente. James Caan hará el papel de rebelde frente al sistema corrupto.

'Rollerball' es eso, otra película distópica donde una sola persona se rebelará contra el poder establecido. Aquí la novedad son las sangrientas (aunque sin ser ni mucho menos gore) partidas al deporte protagonista de la cinta donde hasta intervienen motos. Lejos del deporte queda un trabajo sobre un subgénero como el de la distopía sin ninguna novedad que aportar al cine, si bien cumple con lo mínimo que es entretener, y los partidos están muy bien rodados y ejecutados.

Una vez vista me pregunto por qué tanta aureola de cinta mítica, seguramente en su momento fuera el no va más, pero le ha sentado fatal el paso del tiempo y tiene competencia que le ha pasado por encima como 'Blade Runner' o 'Matrix' quedando solo en una película interesante.
Michael Myers
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