La joya de la familia

Seguimos este maratón de comedias románticas navideñas con "La joya de la familia", trabajo que destaca especialmente por su amplio y popular reparto. Aunque bien mirado, puede entenderse como lo que he dicho o como drama. Sea como fuere, tiene algunos golpes de humor con tendencia a la screwball apreciables pero también escenas duras o tensas. Y es que debajo de los simples enredos románticos, hay un conflicto ideológico entre los Stone, familia supuestamente progresista y la conservadora Meredith (Sarah Jessica Parker), que es además la prometida a la que no tragan del primogénito del clan.

Como se ve el argumento es un poco chorra porque tampoco es que se entienda mucho la ojeriza que le cogen a la pobre chica, qué familia más exigente, madre mía, pero si dejamos de lado el punto de partida, descubriremos una trama sólida aunque totalmente previsible, uno sabe cómo van a acabar las parejas... y le encanta. Eso sí, me gusta la idea de que estén todos juntos en navidad y aunque puedan ser un tanto snobs pero a la inversa, radicales y maleducados, te caen bien, en especial la pequeña Amy (Rachel McAdams), que además de guapa, está encantadora hasta en su mal genio y sus meteduras de pata.

Comedia costumbrista bla bla bla. Ya me entiendes. A los americanos les salen pelis de este estilo como si las hicieran en serie. No estoy diciendo que sea mala. Sólo digo que es un género que los americanos dominan con los ojos cerrados. Como dice otra crítica por ahí abajo, esta peli está bien si la ves una tarde de domingo que está lloviendo, con un tazón de colacao, debajo de una manta y tu churri al lado. Yo la vi en esas condiciones, así que no puedo mentir: le doy un siete.

Considero esta película importante para mi, representa la realidad de la vida, los problemas que una familia, una pareja, o en general la gente puede tener y, de hecho tiene. Trata temas ya actuales como la homosexualidad vista desde el punto de vista natural, que lo es, y, sobre cualquier otro tema, representa la posibilidad y realidad de lo que es perder a alguien a quien amas de verdad.

Me quedo con la lucha por lo que uno quiere, con que nadie debería convencerse a si mismo ni intentar ser quien no es y en intentar disfrutar de la vida mientras se puede... pues es corta y vale la pena.

Esta película no termina de encajar, parece un poco inconsistente y flojea, como si hubiera sido hecha con prisas e imitando otras sin más. Intenta mezclar elementos de comedia de batacazos, comedieta familiar y combinarlo con drama, y la mixtura no acaba de cuajar.
Se nos presenta a una familia moderna, con unos padres muy guays que están en la onda y unos hijos que son superguays y todos tan felices. Entonces llega el hijo superresponsable y serio con una novia también seria y tímida. Ésta se siente incómoda en la casa del novio, con las paranoias de los patriarcas, las insinuaciones del hermano calaverilla, el otro hermano que viene a pasar las Navidades acompañado de su novio y la hermana borde. Todo ese ambiente produce un poco de dentera e impresión de falsedad y de "qué modernos somos", y ni siquiera Diane Keaton consigue paliar el mar de fondo.
Lo que hace crecer a esta película, sin embargo, es el planteamiento de ciertas cuestiones (como la homosexualidad) que se siguen considerando con incomodidad hoy día, el enfrentamiento y la tensión entre Parker y la familia (me gustó su sinceridad y cómo ella debatía sin ambages ciertos temas espinosos, que a menudo son tratados con hipocresía, y cómo de este modo ella dio en el blanco y se mantuvo en su sitio, sin pasar por el aro) y el giro final que da el guión.
En suma, no es algo memorable, pero se puede ver si pueden soportar una película que no termina de ser comedia auténtica ni drama genuino, pero que tiene sus momentos interesantes.

Si te gustó lo que viste en esta película es que no sabes exactamente lo que es una familia. Si te aburrió o no la has entendido, claramente desearías no tener la familia que tienes. Esa es una de las desventajas: La familia no se hace, nace. Pero la famila que no se hace, nunca nace. Y eso es precisamente lo que pretende evocar la Navidad en esta historia: todo aquello que hacemos y deshacemos es lo que nos forja como personas. Sin errores no se puede aprender. Conocerse a sí mismo es quererse a sí mismo. La solución nunca esta en el otro. Nadie como Sarah Jessica Parker podía hacerse querer como ella lo hace aún sin quererla ver desde que la ves aparecer y carraspear. Definitivamente, lo que no nos gusta de los otros es lo que rechazamos de nosotros mismos. Déjate querer. Todas mis almas gemelas están equivocadas, o aún no han comido huevos, es decir, cuando sean padres.