Lejos de la tierra quemada

Después de su éxito a dúo con su colega y paisano Alejandro González Iñárritu (“Babel”), Guillermo Arriaga y al igual que muchos guionistas de éxito, deciden dirigir sus propias películas. Algunos les ha ido bien, pero la historia del cine nos cuenta que otros prefirieron seguir en la escritura audiovisual.

Ejemplos relativamente recientes, nos remite a “Crash”, de Paul Haggis. Existen algunos cineastas independientes que cuentan historias en forma de capítulos con principio y fin, algo corales, donde el espectador elige emocialmente la que más le propuso encontrarse con él mismo. En este sentido, siempre surge la excusa para defender al actor preferido de la trama. Ya en “vidas cruzadas”, del cineasta fallecido Robert Altman, nos recuerda además que, a nadie que se nos cruce por el camino, nos interesa su vida.

Tras tomar la decisión de dirigir sus propios guiones, el cineasta mexicano Guillermo Arriaga hace su debut en la dirección, con su guión “Lejos de la tierra quemada” (“The burning plain”). Charlize Theron, Kim Basinger y Joaquim de Almeida entre otros, resultan créditos interesantes para asistir a esta “Opera Prima”.

Si bien “Lejos de la tierra quemada” nos relata tres historias que no tienen nada que ver entre sí: La de la dueña de un restaurante llamada Silvia, la infidelidad de Gina y la de la adolescente Mariana —una sorprendente Jennifer Lawrence— y su primer romance; son tres cuentos para hablarnos del pasado, presente y futuro del ser humano en cuanto a que uno mismo fabrica su dicha o su desgracia, con la reflexión que el pasado no debe lesionar las circunstancias del presente.

Guillermo Arriga mueve entonces temas, escenas y personajes para que la película hable con acento muy convincente del amor y las limitaciones o no de sus mujeres protagonistas. En este contexto, el filme es claro y no metaforiza las Parcas como en su guión “21 gramos”, para hablarnos del destino de tres mujeres, lo que le confiere a la cinta tránsitos forzados en el devenir de esas vidas, en acciones más conscientes que inconscientes.

De pronto, al yuxtaponer estas imágenes en el montaje, puede resultar un filme inconsútil una vez se ve la proyección, debido a que el guión no da pistas. Y pienso que esta es la primera dificultad a la hora de hacer una lectura del discurso fílmico.

Ahora, el resultado de la película es aceptable, en la medida que el fantasma de los sueños, el pasado y el futuro de los personajes que habitan esta historia, andan en cierta medida tras la búsqueda del tiempo perdido o tratan de redimir ciertas acciones (a excepción de la historia de Mariana). Pienso que Arriaga tan lejos y tan cerca de sus anteriores experiencias en el cine con Alejandro González, tiene un camino lleno de éxitos.

Hay algunos asuntos por los que merece ver la película, el mas destacado poder observar con claridad como varían las relaciones de pareja ya sean de amor o pasionales dependiendo de la edad de las personas y también cabe señalar que refleja bien las consecuencias de las familias rotas, sobre todo en los adolescentes, como sus vidas quedan traumatizadas y se convierten en personas sin sitio en este mundo.

La historia va contando con cierta regularidad la evolución de sus personajes, todos bien interpretados, que a día de hoy casi todos sean capaces de llorar y temblar delante de una cámara ya es decir en el cine, por lo que la película es claramente superior a otros dramas de mayor publicidad actuales. Lo que ocurre es que tiene que recurrir obligatoriamente a los saltos temporales, la historia hubiera sido demasiado plana y previsible a tiempo real, de hecho aún lo sigue siendo a pesar de que intenta esconder la naturaleza de sus personajes, los engaños y las desgracias por los que pasan no llegan a sorprender, la sensualidad no llega a ser pasional y el mensaje de las personas que no afrontan sus miedos cae en la nada al final.

Tres historias que se cruzan en distintos tiempos. El montaje desde luego esta trabajado porque si no, la película no aportaría demasiado al espectador. Guillermo Arriaga hace lo que sabe hacer, pero casi podríamos decir que abusa de este recurso ya visto en otras películas como “Amores perros” y si a eso le sumamos el dramatismo, los silencios y la ambientación de “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, pues casi tendríamos como resultado a esta película.

Tono intimista, música triste, encuadres con filtros azulados, vastos paisajes inhabitados y personajes atormentados. Interesantes las interpretaciones de Catherine Theron y de Kim Basinger, que son las que llevan el peso de la película, aunque no llegan a lucir porque prácticamente no pasa nada importante en todo el metraje. Ese es el gran problema de la película, que una vez el espectador desvela el entuerto de historias, lo único que queda ya es esperar a que se acabe la película, y esta es muy, muy larga. Casi dos horas de metraje donde muchos espectadores mirarán de reojo a sus relojes.

Para colmo deja el final abierto. ¿Arriaga, después de casi dos horas y no puedes poner un final un poco más currado? No sé. Se ven maneras en el rodaje, pero uno espera entretenerse más que aburrirse cuando ve una película.

Para amantes de los dramones con tendencias masoquistas.

Película notable, dramática, con esa estructura de contar historia mezclando escenas de pasado, de futuro y de presente, que suele ser una característica del también director, Alejandro González Iñárritu, en la mayoría de sus películas, véase por ejemplo: "Amores perros", "21 gramos" o "Babel".

Así pues la historia que nos cuenta Guillermo Arriaga aquí, en "Lejos de la tierra quemada", a semejanza de las que nos cuenta Alejandro González Iñárritu, es una ensalada de capítulos que van de tiempo adelantado, a tiempo atrás, a tiempo presente; pero todo bien encajado de modo que no se hace difícil de comprender ni seguir.

Trata de la vida de varias personas, de unos amantes que cometen adulterio en sus respectivos matrimonios, de los hijos de éstos, e incluso de la tercera generación.

Película de gran realización y digna de verse.

Desgarradora película que narra los remordimientos de una mujer adulta que cuando era poco más que una adolescente tuvo que enfrentarse a la dureza de la vida. Años después, abrumada por esos recuerdos, de nuevo el pasado vuelve para recordarle que sigue teniendo una deuda pendiente...

Extraordinaria Charlize en su papel de mujer atormentada por su pasado que se embarca en relaciones de riesgo como una forma de autodañarse con el fin de pagar la culpa de un hecho de su pasado. La belleza de esta mujer queda al margen y solamente queda su rol. Ni tan siquiera su cuerpo desnudo puede hacernos olvidar el tremendo drama que corroe sus entrañas, y ella ya se encarga continúamente de recordarnos sus "diablos interiores".

Mención aparte merece también Kim Basinger, el icono sexual de los 80 y 90 que da el contrapunto necesario a Charlize y que sin apenas diálogos en su papel no deja indeferente a nadie con sus miradas. Ellas hablan por sí solas.

Los continuos saltos en el tiempo, tanto hacia adelante como hacia atrás, que quizá en otra cinta la lastraran o la conviertieran en un lío imposible de seguir, en esta película funciona a la perfección aportando si cabe mas riqueza al propio guión.

De visión obligada.