Haz click aquí para copiar la URL

El hombre sin rostro

Drama Durante un verano el joven Chuck Norstadt (Nick Stahl), un muchacho sin padre y criado entre un grupo de mujeres autoritarias, comienza a relacionarse con el misterioso y reclusivo Justin McLeod (Mel Gibson), un profesor que tiene el rostro desfigurado... Una historia sobre la justicia y sobre cómo aprender a vivir sin prejuicios. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5
Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
3 de junio de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta es la historia de Chuck, un niño huérfano de padre que vive con su madre y sus dos hermanastras.
Desde el inicio nos damos cuenta de que el crío necesita claramente una figura paterna.
No se siente querido por su madre, la cual no le presta mucha atención, ya que parece estar más preocupada en buscar una pareja (lleva unos cuantos intentos fallidos), y aún menos querido por sus hermanastras, especialmente la mayor, quien le detesta por el mero hecho de haber nacido (palabras textuales de la madre)

Las dos hermanastras parecen ser más inteligentes que el pobre Chuck y se burlan de él por ello.
La propia madre le dice que es un poco lento. De hecho, cuando Chuck le dice
a la madre que quiere volver a presentarse a un examen que acaba de suspender, la madre le desanima. Lo intentaste y fallaste. Va para madre del año...
Normal que el muchacho tenga una baja autoestima y fantasee con ser admirado por todos y hacer que su madre se sienta orgullosa de él.
Chuck tiene baja autoestima, pero es orgulloso. Por ello se empeña en intentar entrar en una academia militar, aunque su madre y sus hermanastras no le tengan ninguna fe. Por descontado, Chuck no contempla la posibilidad de pedirles ayuda a ninguna de ellas para que le ayuden a estudiar.

Así que acaba por buscarse un profesor particular, muy peculiar. El misterioso McLeod (Mel Gibson). Un hombre que vive solo en su casa junto a su perro y que no se relaciona con nadie del pueblo.
Apenas se deja ver. Tiene el rostro desfigurado, nadie sabe porqué.
Sobre McLeod hay todo tipo de rumores en el pueblo. Los niños le llaman "el monstruo", los adultos creen que es un delincuente. En realidad nadie le conoce, a pesar de que lleva 7 años viviendo en el pueblo.

Chuck y McLeod tienen sus lógicos encontronazos al principio. Los dos tienen motivos para ser desconfiados, pero ambos necesitan a alguien que les preste atención y que no les juzgue constantemente.
Chuck necesitaba un profesor para aprobar el examen de Agosto y McLeod un alumno a quien enseñar, no solo la materia que entra en examen, sino también a razonar, a madurar, a no tener prejuicios y a creer en sí mismo. Además, Chuck encuentra en McLeod a un amigo y una figura paterna que cubre el hueco dejado por su padre biológico.
Chuck intenta que nadie averigüe que está yendo a casa de McLeod, ya que cree que si su madre lo averigua le prohibirá seguir yendo a casa de ese hombre extraño y solitario del que todo el pueblo desconfía, a pesar de que no ha dado ni un problema.

El niño no sabe realmente quien era su padre y crea en su mente una figura idealizada. Le dice a McLeod que su padre era un piloto militar que falleció en un vuelo probando un avión espía.
Chuck acaba averiguando bruscamente quién era su padre realmente, y cómo murió. Este descubrimiento le afecta hasta tal punto, que de no ser por McLeod, el chiquillo podría haber descarrilado definitivamente.
Siempre había querido ser como su padre, al menos como el padre que él había construido mentalmente. Su modelo a seguir se había derrumbado, pero por fortuna tenía a McLeod, que podía ocupar ese lugar.

Es precioso comprobar como se forja esta amistad entre un niño y un adulto. Como pasan de la desconfianza mutua inicial, a disfrutar pasando la tarde juntos, aprendiendo. Como Chuck pasa de apenas saber leer, y odiar la escritura, a recitar juntos, jugando, como si fueran artistas de teatro, los textos de Shakespeare.

Llegado a un punto, el niño cuando mira a McLeod ya no ve a un monstruo, ya no ve sus cicatrices. Es como si solo viera lo bueno que hay en él, su interior, el aspecto externo pasa desapercibido a su vista.

Es una película muy recomendable que trata sobre temas como la transición de la infancia a la pubertad, una familia desestructurada, la amistad entre un niño y un adulto, la hipocresía de la gente y la justicia "de cara a la galería".
Me sorprendió gratamente esta película, no tenía ninguna referencia y no me esperaba mucho, a decir verdad. Después de verla, leí que esta fue la primera película dirigida por Mel Gibson. No está nada mal para ser su ópera prima.
Acendria
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de julio de 2006
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me gustó mucho: juega con personajes arquetípicos (un niño incomprendido y solo, una familia cutre, un profesor que ha perdido su prestigio, todos ellos arrastrando algún trauma), cada uno de ellos tiene algo peculiar que les falta a los demás, y todos comparten la falta de amor.
Han Vancouver
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de julio de 2008
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guión es una buena adaptación de una novela y la historia se sigue de forma natural. Mel Gibson y el niño llevan todo el peso de la película y son lo mejor de ella. El duro de Mel Gibson sabe sacar de la historia lo de humanidad que existe en los personajes. Quizas se guardan demasiados secretos para el final pero funciona para el efecto dramático. Vale la pena verla.
Pp Ferrer S
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de mayo de 2009
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos a un niño de padre ausente y madre odiosa que trata de llevar lo mejor que puede su miserable vida y la mediocridad de las personas que lo rodean. Él no es alguien brillante, su madre le recuerda que necesita dedicarle más tiempo al estudio que los niños de su edad, y tiene una hermana mayor que encuentra tiempo entre cada calentamiento que le hace a su novio para martirizarlo. Como consecuencia lógica el niño quiere irse de casa cuanto antes y no se le ocurre nada más rápido que ingresar en una academia militar. El único problema es que realizan un examen de ingreso muy duro y él sólo no podrá superarlo. Para lograrlo el niño deberá recurrir al monstruo del pueblo para que le ayude. A medida que avanza la película descubriremos que ese ogro de aspecto terrible y modales rudos es, en realidad, un hombre de buen corazón, atormentado por su aspecto y un pasado doloroso.

El monstruo bueno y los niños incomprendidos siempre se hacen amigos cuando se encuentran en las películas. Asumida esta premisa cinematográfica sólo nos queda pasar por alto la celebración militarista y el afán de superación que se ve recompensado con el premio que merece para disfrutar de “El hombre sin rostro”.

Mel Gibson dirigía ésta, su primera película, en el año 1993, y elegía una pequeña historia que bien podría ser un cuento de la tradición oral o una fábula para niños. Efectiva, quizá por la simpleza de su planteamiento, aunque mejorable. Podría haber sido una magnífica película si se hubiese prescindido del tono paternalista, ése que impide liberar a los personajes del rol al que los confina la historia diseñada para adoctrinar en una moral.
chapista
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Devil's Whisper
    2017
    Adam Ripp
    Crónica de un engaño
    2008
    Richard Eyre
    4,3
    (2.951)
    The Quiet Hour
    2014
    Stéphanie Joalland
    4,2
    (61)
    Buddy Cops
    2016
    Peter Chih
    Nuevas batallas sin honor ni humanidad
    1974
    Kinji Fukasaku
    6,7
    (47)
    Daniel & Ana
    2009
    Michel Franco
    5,8
    (367)
    arrow