El hombre sin rostro

Son los problemas académicos y afectivos de un niño, Chuck (Nick Stahl), al que le falta el padre. Chuck desea ingresar en una academia militar, necesita ayuda extra que no puede proporcionarle la escuela. Justin (Mel Gibson), un hombre amargado por un suceso misterioso que le dejó desfigurado su rostro, que vive sin compañía en una casa apartada, se convertirá inesperadamente en el maestro que le da valiosas lecciones particulares, donde no sólo aprende la materia necesaria para el anhelado ingreso, sino que realmente descubre el valor del amor y la amistad.

Las lecciones de la película:
Una madre que no le presta ninguna atención a su hijo, en donde este entabla una estrecha relación con un misterioso habitante del pueblo.
Una hermana llena de complejos y envidias que no le permite ver las cosas tal y como son.
Un ex profesor de colegio, que ha pasado varios años en la cárcel y se expone a una relación muy intima con un menor de edad.
Una comunidad llena de chismes y cuentos de fábulas, en donde circulan todo tipo de rumores, más bien que las realidades que la componen.

Esta ha sido la trayectoria como director de Mel Gibson:
Película – Año - Ingresos por Taquilla – (Premios Oscares)
The Man without a Face (1993) $24, 760,338 (Debut)
Braveheart (1995) $210, 409,945 (10 nominaciones, 5 ganados)
The Passion of the Christ (2004) $611, 899,420 (3 nominaciones)
Apocalypto (2006) $120, 176,751 (3 nominaciones)

Mel Gibson se aleja con su opera prima como director, de sus papeles de tipos duros y de secuencias de acción, para contarnos una historia que habla de la amistad que surge entre un hombre desfigurado y un niño.
Corren rumores acerca del habitante de una casa, sobre un hombre desfigurado que no tiene buena fama entre los habitantes de un pueblo. La curiosidad de un niño, hará que éste interrumpa en la casa del hombre desfigurado, haciendo que éste tome la decisión de castigarlo para que el niño aprenda modales.
Pronto el niño se olvida de las apariencias y empieza a disfrutar de los mandatos a los que le somete el hombre desfigurado, que resulta ser un profesor que sufrió un accidente que le dejo grandes secuelas.
Pasarán gran parte del tiempo juntos y aprenderán el uno del otro, cuando un maestro no solo enseña sino que educa, nos esta abriendo las ventanas de la inteligencia, la creatividad y el respeto.
Una historia que trata con acierto los prejuicios, la amistad, el conocimiento y el respeto.

Película que tiene un toque entrañable con el personaje de Mel Gibson y su relación con el niño Nick Stahl, que aparece como lo más puro y limpio de la película, frente a la familia tan disfuncional que tiene el chico, y lo mal que hablan todos sus amigos del personaje de Gibson. Aparecen como muchas maledicencias acerca de este personaje, y algunas graves, pero lo cierto es que ninguna se llega a explicar, y tampoco entiendes muy bien cómo ha sido la vida verdadera de "el hombre sin rostro" (título un poco tonto, porque no es que no tenga rostro, que lo tiene, si no más bien que tiene desfigurado la mitad), ya que me parece un poco ingenuo que no se llegue a saber nada ni a aclarar esas sombras de su vida; quedando el final demasiado edulcorado y buenista, con un mensaje demasiado simplista y maniqueo, como "sé amigo de los marginados, que son las mejores personas porque sí, y el resto son malos...".
Por otra parte, he leído por ahí alguna crítica (buena) estúpida de la película, considerándola "cine gay"... Hay una página concreta catalogándola de eso... ¿Alguien me puede explicar, PLEASE, dónde está lo gay, o qué dichoso personaje de la película es remotamente homosexual??????? La peña fuma demasiado.

Sin que nadie lo esperase, Mel Gibson debutó en la dirección con El hombre sin rostro, una conmovedora historia sobre las segundas oportunidades que a veces, no siempre, se presentan en la vida de las personas. Y lo hizo consiguiendo un resultado más que notable.
Aunque su estilo todavía no es el del maestro que descubrimos en Braveheart y confirmamos en La Pasión de Cristo y Apocalypto (al australiano le va la épica, está claro), resulta sorprendente su dominio del plano (atención el epílogo) y cómo maneja las escenas de diálogo y pone el acento en la relación entre Justin McLeod y el pequeño Chuck Norstadt. Una relación, por cierto, que Gibson suaviza con respecto a la novela original, y no hace falta decir más. La historia que le interesa a Gibson es la de un hombre que tiene, como decíamos, una segunda oportunidad, pero es victima de prejuicios y un pasado turbio que no le permite avanzar y que lo condena al ostracismo, también por un aspecto físico poco agraciado, cual Fantasma de la Ópera, aunque McLeod no enseñe música a Chuck. La química, además, entre el Gibson actor y el entonces niño Nick Stahl es maravillosa, y se trata sin duda de uno de los mejores trabajos del protagonista de Mad Max, poco conocido entonces por el público como actor dramático.
Una bella historia de redención, o por lo menos de la búsqueda de la misma, y de la crueldad de una sociedad que ni olvida ni perdona ni se preocupa por conocer la verdad.

Lo mejor: Gibson, Stahl y la emotividad que desprende.
Lo peor: La fotografía es demasiado luminosa y la dureza está muy suavizada.

El drama de un ex-profesor marcado y condenado por un pasado obscuro, se une por accidente a la necesidad de afectiva de un niño abandonado emocionalmente. De alguna manera cada uno tiene algo que necesita el otro. Ambos personajes tienen en común su soledad y el vivir en vació afectivo. El hombre, tiene ademas la necesidad de reivindicarse. El niño, la necesidad de ayuda en la preparación de un examen de admisión. Iniciando la comunicación con este solo proposito, la relación maestro alumno toma caminos no entendidos por el entorno social en que viven. Una buena muestra de que cuando quiere, Mel Gibson puede realmente actuar.