U-571

Recién vi esta película anoche... y me ha sorprendido gratamente. Dejando de lado que se trata de un hecho real, lo cual le da mucha mayor credibilidad, decir que la recreación de las escenas es muy loable.

La trama de la película es realmente original, y su ritmo va en aumento. Quizás el análisis de los personajes es algo pobre pero como filme me parece realmente notable.

Normalmente las películas de submarinos pecan de claustrofobia, pero en este caso se consigue evitar tal efecto.

Recomendable

Correcta película bélica, adscrita al subgénero de submarinos, cuyos códigos son respetuosamente expuestos por un aplicado Jonathan Mostow. "U-571" nos revela a un director capaz de manufacturar cintas de bastante más calidad que el afrentoso bodrio de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas".
Como decía, Mostow no se aleja de los códigos del género, y hace bien. Porque éstos, formulados con gusto y combinados con mesura, dan, de largo, para trenzar una película trepidante. El mayor logro de "U-571" es probablemente su habilidad para sumir al espectador en una claustrofobia opresiva. De hecho, llegado el desenlace, me descubrí bañado en sudor como si de la sala de máquinas del maltrecho submarino alemán acabase de emerger. Si bien la copiosa transpiración muy posiblemente tuviera más que ver con la fiebre ocasionada por un proceso gripal, no es menos cierto que algo de responsabilidad puede atribuirse a la pericia del director.
Con todo, hay tres aspectos francamente mejorables en "U-571". De entrada, su reparto, más que discutible y, definitivamente, bastante por debajo de las posibilidades que ofrecía la película. Así, el protagonista Matthew McConaughey es cualquier cosa menos actor, incluso modelo de calzoncillos. Dicen que ahora, trece años después, ha mejorado. A la fuerza ahorcan, pese a lo cual no me lo creo. Jon Bon Jovi nunca debió bajar del escenario, ni cortarse la melena cardada, ni despojarse de las licras. Suerte que su papel resulte tan intrascendente como sus dotes interpretativas. Sólo Bill Paxton y, sobretodo, Harvey Keitel- quien imparte una lección magistral a sus núbiles acompañantes- mantienen el tipo. En segundo lugar, la acostumbrada certera puntería de los buenos evoluciona a infalibilidad divina, y la torpeza de los malos se torna en incompetencia manifiesta. Ambos progresos restan credibilidad a una historia a la que a priori no cabía ya atribuir demasiada. Y, por último, una banda sonora sumamente desafortunada, pertinaz en el subrayado y ridícula en su épica macarrónica.

Con las películas de submarinos me pasa como con las de juicios o algunas del Oeste. Me da muchísima pereza ponerme a verlas porque suelen ser muy repetitivas, pero al final la mayoría de ellas me suelen gustar.
Me atrevo a decir que “U-571” es una de las mejores de este tipo.
Para empezar, con esta película descubrí el tema de la máquina Enigma (que por otras películas y documentales creo que no fue en la guerra del Atlántico donde la consiguieron), un aparato criptográfico que fue clave en el desarrollo de la contienda.
El plan inicial y las circunstancias en las que terminan los protagonistas son muy interesantes y plantean secuencias muy emocionantes. Escenas como la del abordaje o el permanente duelo con el destructor están muy conseguidas y transmiten tensión.
Además, dura menos de dos horas, lo que se agradece en un film de estas características.
Los actores cumplen su labor, pero ¿qué demonios pinta aquí el cantante de “Bad medicine”? Me ha sorprendido un montón ver a Bon Jovi. Ni sabía que hacía cine, pero encima verlo en una película bélica es extraño cuanto menos.
Lo dicho, es bastante entretenida para ser de una panda de soldados metidos en una lata.
Es mejor verla y disfrutarla que escribir sobre ella. Totalmente recomendable.

No aburre que no es poco y si uno no intenta pensar demasiado seguramente pasará casi dos horas muy entretenidas. El guión gira alrededor del intento de un grupo de marinos de quedarse con un sistema de comunicaciones denominado Enigma y que se encuentra en un submarino averiado en el medio del Atlántico. Allí intentarán hacerse pasar por alemanes y cumplir con el objetivo trazado. Por supuesto las cosas no saldrán tal lo planeado y comenzará poco a poco a deambular el film en el terreno de la irracionalidad. Hay acción, suspenso y un trabajo correcto de un joven Matthew McConaughey, quizás desperdiciado por lo buen actor que es Harvey Keitel y como perlita Jon Bon Jovi que para ser sincero no lo registre en la película. En síntesis: es para pasar un rato ameno y poco más.

El mar siempre entraña peligro, el ir a bordo de un submarino de combate en la II Guerra Mundial mucho más aún, la disciplina y el coraje de la tripulación al completo de cualquier submarino, aliado o alemán resultaban imprescindibles para lanzarse a mar abierto en busca de completar una misión.

Jonathan Mostow nos presenta con toda precisión la vida y la muerte el interior de uno de estos sarcófagos acuáticos de metal con un realismo espeluznante.

Magnífico Matthew McConaughey en su papel estelar como tripulante de uno de estos submarinos demostrando que es uno de los actores más polifacéticos de la historia del cine.

Buena película para no olvidar durante dos horas todo lo que se pudo vivir en una guerra en el mar.