Bowfinger, el pícaro

Curioso proyecto el presentado por Frank Oz, cogiendo a dos actores dotados para la comedia pero con una fuerte y pronunciada tendencia a la sobre-actuación. Así, Steve Martin se encarga de encarnar a un director de capa caída que se las ve y desea para sacar adelante una horrosa cinta de ciencia ficción. Por su lado, Eddie Murphy, encarna, por partida doble, a una horrorosa y petulante estrella de Hollywood y su apocado hermano, parecido en andares a Steve Urkel.

De ritmo irregular pero con algún gag muy inspirado, así como buenas actuaciones y competente reparto (viene a la mente una Heather Graham que encarna el perfil de actriz en ciernes dispuesta a meterse en la cama con cualquiera por dos diálogos más), da los suficientes buenos momentos para hacer su metraje, que no se hace pesado, como algo ameno.

Con un humor más blanco del que parece, hay varios dardos a cuestiones tales como la cienciología o las paranoias de los dioses de barro de la alfombra roja, aunque algunos giros hiperbólicos del final sean de heterogénea factura y acabado.

Pese a lo dicho, como bien apuntan otras críticas, no estamos ante una "americanada" más, sino que Bowfinger es un agradable y fresco pasatiempo, digno de elogio dentro de sus pretensiones.

En el año 1999 Frank Oz dirigió la irónica y deliciosa comedia Bowfinger con guión de Steve Martin, un conglomerado de singulares personajes dispuestos a todo para lograr su fin: estar en Los Oscars. Su largo y fructífero interés como titiritero, lo llevó a trabajar junto al gran Jim Henson, de quien aprendió y acumuló experiencia, aportando ideas como colaborador en Los Muppets, además, dio vida a personajes tan entrañables como Miss Piggy, Fozzy, o el azulado y querido Monstruo de las galletas. Esta acumulación creativa le lanzó definitivamente a la codirección junto a Jim Henson en Cristal oscuro (1982) magnífica epopeya con gran éxito en su día, y al remake, ya como director de La pequeña tienda de los horrores (1986), así como a la entretenida comedia Esposa por sorpresa (1992) con Steve Martin y Goldie Hawn. El tratamiento de los personajes en Bowfinger, el pícaro, con música de David Newman, resulta alegre y fresco.

La historia narra de como el apasionado y desconocido director de cine Bowfinger (Steve Martin) quiere hacer realidad su sueño desde la infancia: hacer su película con los ahorrillos hechos desde entonces, a ello le convence un magnífico y soberbio guión escrito por un tal Afrim (Adam Alexi-Maye), la promesa en la producción del escéptico Jerry Renfro (Robert Downey Jr.), la participación del galán del momento Kit Ramsey, así como la de su hermano Jiff Ramsey (ambos personajes interpretados por Eddie Murphy), completan el núcleo a partir del cual se desarrolla la ironía y la necesidad en clave de humor para poder conseguir el producto cinematográfico soñado donde la enmascarada y peligrosa invasión alienígena se lanza a la conquista de las gónadas humanas para su propia reproducción interplanetaria...

Daisy (Heather Graham) es la aparente y poco inocente actriz en busca de su oportunidad, personaje hábilmente adaptable a las necesidades que le van surgiendo por el camino; lo contrario le ocurre a Carol (Christine Baranski) siempre en la cuerda floja obligada a aceptar papeles de bajo calibre aunque en su fuero interno le domina la gran interpretación sin conseguirlo, y asombrada por casi todo, su personaje fielmente creíble ironiza con la sobre determinación entre invasiones alienígenas dispuestas a todo y un director bondadosamente mentiroso con el solo objetivo de conseguir sus fines recurriendo incluso con el chantaje al guía mental de Kit Ramsey, Terry Stricter (Terence Stamp).

No hay película sin un buen "equipo técnico", de modo que, dados los precarios recursos económicos, nuestro Bowfinger recurre a la treta y la artimaña para crearlo con el ofrecimiento entre balazos y correrías fronterizas con México de una furgoneta con puertas abiertas, y la promesa de trabajo a quién logre entrar en ella, dando así la bienvenida a los sorprendidos personajes Sánchez (Alejandro Patiño), Martínez (Alfred de Contreras), Héctor (Ramiro Fabián) y Luis (Johnny Sánchez) que junto al conseguidor de material técnico necesario, Dave (Jamie Kennedy) se inicia la sorprendente aventura fuera de las normas establecidas, o casi, con el único fin de convertir en realidad una película largamente soñada.

Con todo eso, y un largo elenco de personajes, canino incluido, Frank Oz crea una película amable e insultantemente esclarecedora sobre las interioridades en la producción y la realización cinematográfica, que se alejará poco o mucho de la realidad pero que nos ofrece un agradable y multicultural ejemplo de como , por encima de fronteras, lenguas y culturas se aúnan los ilusionados deseos de un grupo de gente por el cine, viviendo con incontenible alegría el caluroso recibimiento en el estreno de "Lluvia rellena" y sus posteriores consecuencias en tierras lejanas.

Ví la película "Bowfinger, El Director Chiflado" y no es tan mala como muchas críticas dicen. Está buena con un divertidísimo Eddie Murphy y Steve Martin buena actuación.
Christine Baranski (El Grinch) buena actuación. Es una comedia muy divertida y entretenida que se deja ver en familia.

56/18(19/02/22) Infravalorada comedia satírica dirigida por el antiguo marionetista de Jim Henson, me refiero a Frank Oz, siendo el guión lo importante, este ingenioso y muy divertido escrito por el gran comediante Steve Martin, que también protagoniza como el tipo del título, dando vida a un productor-director optimista patológico que se embarca en la filmación de una película de mínimo presupuesto (2184 dólares, según él es lo que valen todas las producciones, si se gastan más es desperdicio ¿?), protagonizada por una estrella de Hollywood (Eddie Murphy como Kit Ramsey), el problema es que el actor no lo sabe, siendo asaltado en diferentes lugares por los actores, sin que este sepa el porqué , pero es que los intérpretes tampoco saben que lo están asaltando, creen que su comportamiento es parte del guión. La cinta es un mordaz dardo contra el hedonismo del mundillo de élite de Hollywood, es un homenaje a todos los soñadores, a los que aman el cine, en lo que sin duda, recuerda bastante la figura de Bowfinger a la del nombrado ‘Peor Director de la Historia del Cine’, Ed Wood Jr., con muchas similitudes también a la película que le dedicó Tim Burton en 2004, donde este tiene un equipo de fieles que el acompañan en sus rodajes, donde hacen películas slasher con extraterrestres y efectos especiales cutres, creyendo estar haciendo obras maestras, y siendo ambos protagonistas dos tipos alegres, optimistas, que siempre ven el lado positivo de cada situación y se repone con valentía. Siendo una ingeniosa deconstrucción de las estrellas de Hollywood, a las que la historia deja en muy mal lugar, como egocéntricos, maniáticos, caprichosos, neuróticos, y manipulables, siendo en esta vertiente gráciles los torpedos contra esa ‘secta’ Mind Head dirigida por el gurú encarnado por Terence Stamp, en clara alusión a la Cienciología muy en auge en el tiempo del estreno del film. También es destacable el rol de Heather Graham como reflejo de las aspirantes a estrellas que no dudan en acostarse con el que sea necesario para ascender en su carrera, la mujer empoderada, lejos de ser una mujer florero, es ella la que manipula a los hombres (e incluso mujeres), con sus armas femeninas, siendo buenísima en este aspecto la actriz, derrochando una vis cómica formidable, con esos movimientos espasmódicos en su actuación, con momentos tan buenos como cuando Bowfinger va a romper con ella, su reacción es Homérica.

Bobby Bowfinger (Steve Martin) desea desesperadamente hacer una película y, cuando se acerca a su 50 cumpleaños, cree que se le acaba el tiempo. Intenta interesar a un ejecutivo de estudio (Robert Downey Jr, estaba a punto de entrar en prisión) en un guión llamado "Chubby Rain", escrito por un contable Afrim (jocoso Adam Alexi-Malle), y le dicen que el estudio hará la película si Bowfinger puede conseguir que Kit Ramsey, la estrella de acción más grande de Hollywood, acepte aparecer en ella. Cuando Ramsey (Eddie Murphy) ni siquiera mira el guión, Bowfinger decide seguir adelante y hacer la película a su alrededor, filmándolo donde sea que esté sin decirle nada al respecto. Bowfinger toma los ahorros de toda su vida, $ 2184, y comienza, con la ayuda de un chico de mantenimiento de estudio que toma prestado el equipo, además de ser el encargado de la cámara (correcto Jamie Kennedy), una actriz de teatro muy teatral (gran Christine Baranski dando vida a una pomposa actriz que se cree mucho más de lo que es; comenta sobre sus escenas con Kit "Su miedo es tan real. Trabajamos muy bien juntos". Cuando ni sabe que actúa Kit) y una ingenua ambiciosa literalmente recién bajada del autobús de Ohio Daisy (descacharrante Heather Graham, su primera frase al bajarse del bus con su maleta es: "A dónde voy para ser una estrella?"; Daisy se inspiró en la actriz Anne Heche, con quien el escritor Steve Martin estaba saliendo en ese momento), que planea convertirse en una estrella en una semana. También tendrá importancia Jiff (Eddie Murphy desdoblándose en un caricatures y entrañable tipo).

Es un metraje sin descansos, todo enfocado en el humor, sin sentimentalismos baratos, sin moralejas, simple y llanamente un entretenimiento donde Hollywood se mira el ombligo, donde la profundidad e introspección delos protagonista es nula, pero no tas las películas pueden ser bergmanianas. Surtiendo el minutaje de gags y diálogos punzantes, bebiendo del slapstick, de los diálogos ingeniosos, de un desarrollo cargado chanzas, pero nunca traspasando la línea del mal gusto, siempre en un tono blanco.

Stevcce Martin hace de Steve Martin, y lo borda con su alegría de vivir, su ilusión a prueba de bombas, su ingenio para salvar dificultades, el modo de manipular a su gente, e incluso su modo chusco de intentar convencer a un productor de cine hablando por un teléfono supuestamente móvil, pero le cuelga un cable (¿?), o como mueve a su antojo a Jiff (epítome cuando le manda recados y en medio, como si nada, le pide sepa dónde está Kit), Martin siempre con esa empatía tan natural suya; El que se lleva la palma es Eddie Murphy en su doble dualidad de roles. Por un lado resulta muy valiente riéndose de sí mismo y de la percepción que los demás tiene de sí mismo, incluso haciendo coña de su ‘perversión’ sexual, cuando estaba en boga su affaire de 1997 con una prostituta transgénero. Creando a un Kit Ramsey paranoico, y maniático, creyéndose con derecho a frases de cine tan contundentes como las de los blancos Schwarzenegger ('Hasta la vista, bebé'), o las de Eastwood (‘Alégrame el día’), incluso cree en conspiraciones de supremacistas blancos en los guiones (en lo que es una muy valiente [otra vez] parodia del victimismo de los negros), cuando cuenta las veces que hay la letra K en un guión para de modo arbitrario relacionarlo con el KKK (descojonante, con perdón)... (sigo en spoiler)

Valiente y visionaria película, dijo lo que nadie se atrevía a denunciar en ese momento concreto, por aquel entonces, arriesgada, necesaria, un puto punto de inflexión, un grito revolucionario, un acto de guerra, un poema, un aullido, auxilio, una oración, una zapatiesta.
Nos explica con todo lujo de valiosos detalles, desde dentro, con pruebas fehacientes, a ellas se remite, el pavoroso descenso a los infiernos de una bendita cervatilla, de cómo Jólivud (símbolo/metáfora/compendio/simposio reflejo perfecto de todo lo demás lo otro) es y era un heteropatriarcado totalitario ominoso que se dedica y dedicaba, tenía y tiene como único fin (además de ganar dinero, esto se da por descontado por hecho por supuesto) abusar a mansalva de las mujeres las pobres criaturas inocentes indefensas que llegan o llegaban allí como plaga de langosta no, como lluvia de gotas hermosas con las mejores intenciones sí, prestas, generosas, trabajadoras, entregadas, honestas, candorosas, hambrientas de emociones y experiencias y sapiencia, todo sea por del arte séptimo la gloria, la inmortalidad, la eternidad, yo te di la vida entera.
Tremenda obra. Gran testimonio. Un duro regocijo ejercicio. Duele. Hermosea. Dulcinea.