Dolls

Poesía cinematográfica es la que consigue Takeshi Kitano con estas tres historias de amor y de muerte, poniendo de relieve que son dos sensaciones muy próximas.
Quien conozca al director japonés (El Viaje de Kikujiro, Hana-Bi...) no puede acusarle de sensiblería, como he leído a alguno de "los que cobran por decir lo que piensan", también llamados críticos. Porque Takeshi no se va por las ramas, ni busca efectismos baratos, se pone en el lugar de sus personajes y los ama tanto que fagocita sus defectos hasta espiritualizarlos.

Habla el gran Kitano, también guionista, de las decisiones que marcan el resto de nuestras vidas y que, aunque intentemos enmendarlas, no tienen marcha atrás. Y todo lo cuenta de forma reposada, como no podía ser de otra forma cuando estás convencido de que no se puede ir por delante del reloj, ni adelantar los plazos como predicamos en Occidente.

Así es el amor amigos: el que nos convierte en muñecos del destino, el que nos hace vagar dando palos de ciego, el que más calor da y mayor frío, el que nos permite disfrutar por encima de lo humano, el que duele, el que ata, el que mata....Así es el amor, y no el que aparece en las comedietas taquilleras que tú y yo sabemos, y que tú y yo aborrecemos.
¡Buen trabajo Takeshi!

Takeshi Kitano, te escribo para decirte que eres un genio… cuesta creer que cuando era niño te veía en humor amarillo y me reía contigo y con tus amigos dándose golpes por doquier! Y ahora que soy un joven chico de 21 años te veo como uno de los mejores directores de este arte que es el cine… es obvio que tus películas no son normales y es obvio que a mucha gente no le gusten pero también es obvio que son ¡geniales! Tus encuadres… la fotografía… tus guiones… esa belleza y lentitud de cada secuencia, sobre todo en esta película que he de reconocer que en algún momento casi te pasas, pero ¡te adoro!

Gracias por tus películas, sigue así y ¡no cambies!

Un amante del cine.

Después de esta carta a Takeshi que nunca leerá me dispongo a hacer mi crítica, me encanta esta historia made in Takeshi, uno dice voy a ver una peli de amor… y si, es de amor pero no es la típica película de amor ¡es la película de amor más original de todas! (ojo, no la mejor eh) sus protagonistas están tan enamorados que están locos… y al fin y al cabo eso es el amor… bonito pero cruel, inteligente pero loco, y por el amor muchas personas se van a la ruina, se quedan sin familia, etc. Me encantan los personajes y sus historias… ¡pobres locos enamorados! Digo locos enamorados, locos… literalmente. Sin duda lo mejor de la película es la belleza de sus planos, de sus paisajes y de toda la fotografía de la película en general… un merecido 8! Casi 9… pero si no te gusta el cine lento y de planos sin fin… ¡no veas un solo fotograma!

Dolls es la película que más puede sorprender de la filmografía como director de Kitano, no obstante, se trata de una perla de extraña y extraordinaria belleza que todo amante de las buenas historias no debería de perderse.

Unas preciosas historias de amor (se combinan tres historias) al nivel de Hierro 3.

Simplemente maravillosa. A mí me dejo extasiada.

Tenía este DVD desde hace tiempo en mi casa, y la verdad es que tuve en muchas ocasiones dudas para verla. Intuía por un lado que no me iba a gustar nada, pero por otro, tenía mis dudas, ya que en ocasiones uno se crea el preconcepto, y luego se sorprende.
El otro día decidí arriesgarme y comprobar si iba a desperdiciar dos horas de mi vida, o por el contrario, iba a encontrarme ante una joya que desconocía.
Por desgracia mi intuición acertó esta vez. Me he encontrado ante un film que narra tres historias paralelas que no me han aportado nada. ¿De qué tratan las historias? Seguramente de la soledad, y la confianza en otra persona para poder seguir adelante. Creo que de esto tratan las tres historias que a mí me han aburrido de una manera monumental.
No entiendo muy bien la calidad de este film, ya que cuenta con personajes totalmente absurdos, que tienen comportamientos más absurdos, y que viven vidas increíblemente absurdas.
No me creo ninguna de las historias, y si el director ha querido contar algo entre lo real y fantasioso, pues sinceramente en mi caso no ha convencido.
He de decir que además el montaje es tremendamente malo. Existen unos cortes muy bruscos, que hacen que uno sienta constantemente golpes para seguir la secuencia.
En fin, una película que a mí no me ha convencido en prácticamente nada. Solo decir que la fotografía es buena, cuenta con algunos paisajes totalmente oníricos como ese camino bañado por la flor del cerezo, o ese campo de rosas, o ese bosque tupido de hojas color ocre. Sería lo único destacable de esta tomadura de pelo.

Sawako está encogida en el suelo, soplando a través de la boquilla de su juguete, para que la bolita fucsia se eleve. Se vuelca de pleno en esta tarea, dejando todo su aliento en ello, aunque la bola apenas se eleva unos centímetros. Cuando la bolita se rompe, llora desconsoladamente: su alma, que ya estaba encogida, ahora está hecha pedazos, ha quedado inservible. Han tocado fondo. Ahora deben mantenerse en movimiento, porque quedarse quietos significaría morir. Matsumoto acompañará a Sawako en su desgracia, estado así unidos en la pena, y cumplirá condena expiándose a través de este sacrificio.

En Dolls, el amor consiste en compartir un espacio con el amado: un jardín de rosas, universo de placer visual y olfativo que constituye el instante de éxtasis entre Nukui y Haruna, o el banco del parque donde Hiro y Ryoko se reúnen, que permanece igual aunque el entorno y las personas hayan cambiado, inamovible como la promesa de Ryoko. Por otra parte, a través del tiempo se irán sucediendo viajes a la memoria, elemento fundamental para la vertebración del drama. Así, Hiro evoca hechos pasados que ahora tal vez percibe como errores, y Nukui visualiza en su mente lo último que vio, aquel rostro que quiso retener en su recuerdo de manera inalterable. Sawako, por su parte, recordará un instante que dará lugar al único momento en el que conectará con el exterior, y mirará a Matsumoto a los ojos.

En el film, el diálogo se reduce a lo imprescindible. Es más, puntualmente el sonido se rehúsa y se sustituye por unas leves notas de piano o por silencio. Las imágenes del film son de una gran belleza, llegando a ser fotografías casi irreales por las que circulan los personajes, y las tonalidades sobrias frecuentemente se contraponen a objetos de colores chillones, que precisamente son los que atraen a Sawako. También hay imágenes perturbadoras, como la pesadilla de la chica, que pone de manifiesto su indefensión sin Matsumoto. Pero la atrocidad se muestra de lejos: Kitano no enseña los actos violencia, sino que los elude o sustituye. Por ejemplo, un disparo es representado con una hoja de color rojo que cae a un río y es arrastrada corriente abajo.