Lazos ardientes

Los hermanos Wachowski debutan con una película en la que por título y cartel podríamos pensar que es carne para pajilleros y poco más. Si bien hay alguna escenita subida de tono, en "Lazos Ardientes" encontramos una historia de intriga, de cine negro o como nos guste denominarlo, en definitiva, una película de situaciones límite, giros, tensión, traiciones y amor. Si bien la trama no es que sea demasiado original (en ningún momento lo intenta) y peca de ser predecible, pega al espectador a la silla y produce una tensión que ya quisieran otras obras de más renombre. Y si a ello le añadimos una Jennifer Tilly nada inspirada pero con una presencia física demoledora, tenemos una película muy pero que muy atractiva.

Lo mejor: Una tensión muy bien encauzada y una Jennifer Tilly despampanante
Lo peor: Un tema muy mascado

Lo que empieza siendo una especie de thriller erótico acaba convirtiéndose en un thriller más. Sí, bastante bien hecho, pero resulta curioso el coqueteo inicial con el género para luego olvidarse completamente de él. Los Wachowski aportaban gran personalidad a sus planos a pesar de su juventud como directores, y la verdad es que firman algunas escenas de un gran impacto visual. Las interpretaciones son algo irregulares, y la verdad es que disfruté más de Gina Gershon que de Jennifer Tilly, la cual lleva el peso argumental de la película.

Goza de cierto interés dentro del género, y aunque le cuesta arrancar cuando consigue hacerlo lo hace para muy bien. Digamos que si sobrevives a una parte inicial poco interesante (sobre todo si no te va ese género erótico) te costará despegarte de la pantalla una vez que las piezas están ubicadas en su sitio.

Viendo a sus protagonistas, jugar al juego de seducción entre hembras, me lo he pasado genial... Era como esas tartas que se arrojan los payasos.

Lazos Ardientes, podría clasificarse como una pequeña obra de teatro filmada. Ausencia casi total de exteriores, secuencias fijas donde los protagonistas se desenvuelven en largas escenas con el suspense justito hasta el último tramo, donde la tensión aumenta.

Jennifer Tilly es muy guapa, tiene un cuerpo espectacular, y también limitadas dotes interpretativas. Posee unas bellas facciones inexpresivas; lamentablemente en el doblaje le han adjudicado una vocecita tan poco interesante como la caracterización de su personaje.

Gina Gershon, adopta el roll de "macha" y bueno... bien, sin "deshuevarnos" ¿Eh? Nos enfrentamos a un trabajo dirigido por las Hermanas Wachowski que en conjunto resulta aceptable cuando después de pelar fruta y freír unas croquetas para la cena, no tienes nada más interesante que ver el desenlace de esos ardores tan ardientes.

Te mantiene en vilo esperando algo que no va a suceder; hay piezas musicales que posteriormente aparecerán en Matrix y acompañan muy bien a las escenas de tensión. En resumen, intriga de la buena, actuaciones correctas y una gran dirección artística, montaje y guión.

Dr. Hackenbush.

Jennifer Tilly es una mujer exuberante, tanto que su busto llegó a pertenecer a la poco conocida lista de los 50 mejores pechos del mundo. Pero ante todo, es sensualidad y dulzura en estado puro. Gina Gershon acababa de realizar un papel de lesbiana con caracter en la controvertida Showgirls; eso le convertía en la candidata perfecta para interpretar a Corky, una autosuficiente lesbiana marimacho que se viste con ropa interior masculina y trabaja de fontanera. Por tanto, podemos decir que el mayor acierto de los hermanos Wachowski fue la elección de las dos protagonistas. Ambas interpretaciones están llenas de matices. Gina Gershon no sólo recrea a la perfección la determinación de su personaje sino que consigue darle ese oculto toque de fragilidad emocional que requería su personaje. Jennifer Tilly consigue usar su dulzura para embobar a los espectadores de la misma forma que emboba al marido de su personaje. No sólo eso, sino que tambien consigue darle el toque de malicia oculta propio de Violet. El tercero en discordia, Joe Pantoliano, a pesar de estar algo sobreactuado consigue mostrar la desesperación de un gangster al tomar medidas desesperadas.

En ésta, su ópera prima, los hermanos creadores de la saga de Matrix ya destacaron su particular habilidad para contar llamativas historias: una ex-presidaria y la mujer de un gangster se enamoran y en el fervor de su pasión idean un plan para estafar a la mafia. Esta original idea se ve mejorada cuando haciendo honor a la ley de Murphy el marido de Violet toma un camino distinto al esperado. A pesar de las grandes actuaciones y del buen argumento, la película tuvo una gran lacra: fue vendida como una película pseudo-pornográfica cuando en su metraje sólo contiene una escena subida de tono. La realidad es que principalmente es una película de intriga que ejemplifica el poder manipulador que ejerce la seducción de una mujer sobre los hombres.

Además, contiene buenos detalles como las escenas de tortura o la impactante aparición del jefe mafioso. Sin embargo tiene un importante pero, el guión podría haberse tratado mejor.