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El quinteto de la muerte

Comedia En una casa aislada y próxima a las vías del tren vive la señora Wilberforce, una venerable anciana que alquila dos habitaciones al misterioso profesor Marcus y a los cuatro miembros de su siniestra banda de música. (FILMAFFINITY)
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
12 de enero de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinta película de Alexander MacKendrick, y última que realizará en los Ealing Studios, siendo considerada por muchos como la última gran comedia de la famosa productora. Es el primer trabajo del director en color, utilizándolo con gran acierto; porque además de dar un determinado color a cada personaje principal, también ayuda a crear cierta aura de irrealidad en la historia, y para remarcar las diferentes etapas de la misma con tonos más claros u oscuros. La historia gira en torno a un grupo de cinco delincuentes, que utilizan a una pequeña e inofensiva anciana para perpetrar un atraco, pero las cosas se irán complicando para los ladrones.

Toda la historia gira en torno a uno de los temas más recurrentes de la filmografía de MacKendrick: la inocencia letal. La encantadora señora Wilberforce, de gran educación y estricta moral, parece un pajarito inofensivo; pero será capaz de crear el caos por su camino, sin parecer ser consciente de eso. La casa, la verdadera protagonista de la función, se fusiona con su propietaria; reflejando ambas un pasado “más glorioso” que se niega a desaparecer, siendo éste otro tema recurrente de MacKendrick. Y ambas, tanto la propietaria como la vivienda, parecen aliarse para ponerles las cosas difíciles a los ladrones.

Sobre las actuaciones, por encima del resto destacarían la realizada por Kate Johnson, como la inocente pero implacable anciana; pero sobre todo el genial Alec Guinness, que hace gala de su versatilidad con un personaje repleto de excentricidades. Como curiosidad; Peter Sellers, en su primer trabajo en el cine, a parte de interpreta a Harry; también da voz a los loros de la señora Willberforce.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Time Bandit
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18 de marzo de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia deliciosa y corrosiva, producida para la Ealing, productora inglesa que durante los años cincuenta produjo un puñado de películas maravillosas como, “Ocho sentencias de muerte”, “Oro en barras”, “El hombre del traje blanco”, pero por encima de todas, en mi opinión, destaca esta película dirigida magistralmente por Alexander Mackendrick y producida por Michael Balcon, el mismo que había producido los primeros films ingleses de Alfred Hitchcock. En este film el sentido de la diversión es eminentemente caricaturesco a pesar de estar considerada como una película de humor negro y muy británico. Qué duda cabe que vista hoy se tiene una percepción distinta de lo que sintieron los espectadores en su estreno, pero hoy apreciamos una parodia del declive del imperio británico, una sátira mordaz, una metáfora sutil sobre las costumbres y la cultura inglesa.

La viejecita Louisse Wilberforce (Katie Johnson), es una anciana adorable que vive solamente acompañada de sus dos loros, sobradamente conocida en la comisaria de su barrio por contar frecuentemente al comisario sus fantásticas historias que son el deleite de los gendarmes. Un día aparece por casa de la anciana un siniestro personaje, el profesos Marcus (un genial Alec Guinness) que haciéndose pasar por miembro de un quinteto de cuerda, alquila a la angelical anciana una habitación donde ensayar sus conciertos de música clásica. En realidad se trata de la guarida de una banda de ladrones que van a perpetrar un robo a un furgón blindado con 60,000 £. Boccherini y su célebre minueto han pasado a la historia del cine, sonando en el gramófono mientras los cinco rufianes planean un golpe utilizando a la cándida anciana que les importuna con su amabilidad y sus tazas de té.

Es evidente la maestría del “casting” en la configuración física de los cinco esperpénticos ladrones, con escenas desternillantes que definen claramente su personalidad: Marcus (Guinness) es hipócrita y vehemente, de mirada ratonil y gestos expresionistas; Louis (Herbert Lom), es el más caricaturesco de todos en su indisimulada maldad, vestido como un gánster de Chicago, incapaz de mantener en la postura correcta el violín que le ha tocado en suerte; Lawson (Danny Green) simula ser contrabajista dada su corpulencia, la misma que le convierte en un gigantón entrañable y algo corto de luces; Harry Robinson (Peter Sellers) es el menudo y amable del grupo, el más cómico y convincente; el mayor Courtney (Cecil Parker) resulta en cambio el más asustadizo y el más incrédulo en cuanto al golpe.

Otro de los aciertos de “Ladykillers”, es que la violencia física nos es mostrada siempre de forma elíptica o fuera de campo, casi nunca es explícita. Tiene muchos elementos relacionados con la estética de la animación, como el sonido, los encuadres, el cineasta logra crear un fascinante ballet audiovisual mediante la combinación de “travelligs” y el uso cómico y dramático de los sonidos, el parloteo de los loros, los silbidos del tren, las cañerías del agua, el timbre de la puerta. Es un film en color que parece pensada para blanco y negro, la fotografía es de tonalidades grises moduladas a cargo del operador Otto Heller, manchadas de breves instantes de color en el reflejo de una luz rojiza, los alegres colores de los loros en disputa con el estado de ánimo que respira el film. Una obra maestra indiscutible e inolvidable.
Antonio Morales
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9 de enero de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Popular y simpática película de Alexander Mckendrick (director a redescubrir), facturada con elegancia y destacable la ambientación gótica por la que se mueven magníficos interpretes, Alec Guinnes genial con una nueva y cínica caracterización de las que acostumbraba hacer. Un robo perfecto boicoteado y enredado por causa de una cándida anciana, creando situaciones inverosímiles y disparatadas en cinco ladrones que simulan ser músicos, alojados en su casa victoriana. Comedia alegórica, divertida, para toda la familia en la que también destacan un joven Peter Sellers y un Herbert Lom ridiculamente amenazante. Excelente puesta en escena de Mckendrick que merece un 8/10.
Wellesford
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29 de abril de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral e imprescindible comedia de la Ealing Studios que tiene el humor negro como director de orquestra en lo que la planificación de un golpe acaba convirtiéndose en una serie de situaciones tan absurdas como cómicas, en el si de una sociedad inglesa que empezaba desde cero a reconstruir sus cimientos después de la II Guerra Mundial, siempre presente en las comedias de ésta productora. Los años cincuenta representaron para Inglaterra un factor importante de crecimiento (acosado también por una lenta crisis económica que daría sus frutos agrios hasta el instaurado gobierno de Margaret Tatcher más de dos décadas más tarde).

Un grupo de músicos que realmente son atracadores liderados por el Profesor Marcus (Alec Guinness) son acogidos en la pequeña casa de la Señora Wilberforce (Katie Johnson) para ensayar. Pero han escogido tan apacible hogar como centro de operaciones para el gran golpe que van a realizar; el asalto y robo de sesenta mil libras a un furgón blindado.

Y el humor reina la función con victoriana precisión; el resto lo hacen los inexpertos ladrone, entre ellos Robinson (Peter Sellers), Louis (Herbert Lom) o el Mayor Courtney (Cecil Parker).
Cuando la Señora Wilberforce se da cuenta de que ha encubierto indirectamente parte del golpe, su buena voluntad no le sirve para que Marcus y sus hombres urdan un plan para deshacerse de ella y de sus loros, uno de ellos llamado General Gordon…

Una serie de situaciones muy a la inglesa (la reunión diaria de las amigas de la anciana o la insistencia hospitalaria de ella hacia la banda) son tan dispares y absurdas que engrandecen ésta comedia que fue revisionada con menor fortuna por los hermanos Coen en 2004. Alexander MacKendrick y Alec Guinness ya habían trabajado juntos en la sobresaliente “El Hombre del Traje Blanco” (The Man in the White Suit, 1951).
Natxo Borràs
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19 de diciembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda un clásico de la comedia inglesa. La ley de Murphy se respira a cada escena y las actuaciones son magníficas. Los 5 tipos de delincuentes, el astuto, el simplón, el musculitos estúpido, el simpático y finalmente el frío asesino, todos unidos son una mezcla explosiva. A esto le sumamos la anciana más sencilla e inocente que podáis encontrar y os reiréis de lo lindo. Las escenas que pueden llegar a crearse con esta mezcla son realmente impresionantes e hilarantes. Algo muy recomendable y de mayor calidad (tampoco mucha) que la versión de los Coen.

VEDLA Y DISFRUTAD DE UNA TARDE ENTRETENIDA
JohnKa
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