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Días extraños

Ciencia ficción. Fantástico. Thriller Faltan dos días para la llegada del año 2000 y las calles de Los Ángeles están abarrotadas de gente. Lenny, que ha sido expulsado de la Brigada Antivicio, se dedica a la captación de clientes para venderles unos clips que reproducen las vivencias de otras personas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 64
Críticas ordenadas por utilidad
24 de marzo de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos parecen haberse enterado de que Kathryn Bigelow es una magnífica realizadora a raíz de su Oscar por la maravillosa “En tierra hostil”, pero esta espectacular directora ya había demostrado su capacidad para contar historias mucho antes. Y en un sentido diferente al de su última película, Días Extraños es su cinta cumbre.

Utilizando ingredientes habituales del cine de ciencia ficción, Bigelow lleva al límite el despliegue de producción en esta cinta, de manera que provoca tal cantidad de sensaciones difíciles de catalogar. Días Extraños no es una cinta de acción que funcione únicamente como divertimiento. En sus fotogramas encontramos un desmesurado caos, un alegórico sentido del pánico y el miedo, y una colección de los grandes defectos del fin de siglo. El racismo sigue presente, el machismo sigue presente, el abuso de la autoridad también, pero sobre todo sigue presente la incapacidad de los humanos de vivir sus propias historias y la necesidad de recrear unas falsas, dándole así la espalda a la espantosa realidad que tenemos ante nuestros ojos.

La ciudad de Los Angeles que nos muestra Biguelow no está, desgraciadamente, tan lejos de lo que podemos ver hoy en día en cualquier megalópolis de Asia, África, Sudamérica, o incluso ciertas partes del mismo Los Ángeles. La calle es una jungla, y nosotros somos sus bestias.

Y sin un certero sentido de la justicia, todo se va a ir a pique. Este es el descorazonador discurso de Días Extraños, pero Bigelow, lejos de la demagogia, lo expone de una manera dinámica, en la que su dominio de la narración y de las escenas de acción (que hay muchas, su ritmo es imparable), apoya una historia emotiva en muchos frentes, y estructurada de manera exacta por todo su equipo: los actores están todos extraordinarios, al frente todos de unos personajes más que extremos, la música se funde con los emplazamientos de tal forma que esta vorágine social queda como un visionario documento cinematográfico y contemporáneo sobre el fin de El Siglo.
jaly
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28 de enero de 2009
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegó la oscuridad, pero para Días extraños ya estaba instalada desde hacía tiempo. Resulta difícil encontrar otra peli con esta carga de pesimismo, paranoia y violencia explícita.
Bigelow establece un mundo ficticio que no es tal, porque se asemeja demasiado al nuestro. Realmente, la idea de un aparato que graba cada experiencia humana desde los ojos del que lo está utilizando junto a la carga simbólica que luego representa no tiene precio, puesto que la obra se encarga de mostrarnos dos mundos: el exterior en guerra y a punto de festejar el fin del milenio; racismo; corrupción policial; mafias a escalas muy elevadas; una no distinción de los sexos, mujeres musculosas, travestis, andróginos pululando de forma pseudo clandestina, mostrándose pero no del todo dentro de un universo caótico que, parece, está a punto de sucumbir.
Luego tenemos el otro mundo, ese que nos señala el play back (el mecanismo para observar en primera persona las vivencias de los otros). El grado de perversión mental que aquí se representa solo nos ayuda a comprender las características de ese mundo exterior y toda su decadencia.
Ambos mundos se nutren para dar a luz este producto que se nos ofrece en un envase que combina la ciencia ficción, el policial y ciertos rasgos de thriller pero que eleva la historia a niveles simbólicos que resultan inquietantes y profundamente subversivos.
El final se debate entre la conciliación y el vértigo que precede a la caída definitiva, dar o no una luz de esperanza para un mundo acabado. Final de trazos tímidos, no del todo convincente porque se nota que partió desde una mente no convencida aunque intentando ofrecer algún tipo de salida a la oscuridad que se nos presenta durante dos horas y cuarto.
Recomendable y dura, a pesar de su complejo guión Días extraños no se anda con vueltas.
"Parece que el mundo se abriera y nos tragara a todos".
Juan Rúas
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16 de noviembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo el efecto 2000 y la paranoia que provocó en todo el mundo, también recuerdo el ambiente preapocalíptico de cambio de milenio y toda esa sensación de cierto desasosiego que imperaba en el subconsciente colectivo de toda una población que aguardaba con temor el tan redundado y coreado cambio de ciclo.
Parecía que sí, que esta vez sí podría ser la ocasión perfecta para que esa simbólica fecha significase por fin el necesario cambio de rumbo que la humanidad necesitaba y que esperaba con tan tensa impaciencia.
Pues bien, esta película ciertamente podría considerarse como un buen ejemplo de todo ese enorme material que trató y desarrolló ese tan temido efecto, que más bien de una forma psíquica o virtual que real amenazaba con variar el ritmo de la historia.
Película, que siendo producida en la año 95, intentaba retratar en imágenes toda esa extraña y viciada atmósfera que rodeaba a la colectividad y en la que parecía que en cualquier momento podría estallar el más absoluto caos, sirviéndose para ello de la complicidad de un espectador que expectante, confundía sensaciones con certezas y, secretamente, se arrogaba a la esperanza del renacimiento de una perdida y dejada espiritualidad.
Magnífica esa fiesta de fin de milenio, como también es genialmente plasmado ese enredado y fétido ambiente previo que amagaba con desbordarse y sumir a todos en una caótica anarquía, y que tan brillantemente se simbolizaba con el comportamiento de unos despistados, ambiguos y desorientados ciudadanos que calmaban su ansiedad en unos extraños rituales más propios de animales desesperados que de humanos racionales.
Lógicamente después de las doce de la noche del día uno de enero no sucedió absolutamente nada, y todos los augurios de un tiempo apocalíptico en lo que todo sería diferente se quedaron mudos, como la mayor parte de las ocasiones en las que desean atemorizarnos con el final de los tiempos.
Año y medio más tarde, y esta vez sin avisar (como es lógico y natural las mayores catástrofes nunca nadie ha acertado a profetizar) dos aviones sí que lograron cambiar el devenir de la humanidad, y esta vez para muy mal. (Y lo que nos espera)
Por cierto, magnífico el final de la película con esa canción de Lori Carson sonando al fondo ( Fall in the Light), que intentaba dejar una tenue sensación de esperanza a sus espectadores en unos tiempos en los que tan necesitados estábamos de ella.
simón
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26 de septiembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué diferencias existen entre el cine y la experiencia de vivir la vida de otras personas a través de sus ojos?, ¿qué implicaciones supondría el que nos pudiéramos desconectar momentáneamente de nuestras vidas para vivir la de otros?, ¿por qué el voyeurismo supone un atractivo tan grande para el mercado?, son preguntas que se desprenden de la historia futurista y pre-apocalíptica de Días Extraños.

Lenny Nero (Ralph Fiennes) es un antiguo oficial de L.A.P.D. (Los Angeles Police Department) que fue expulsado del cuerpo y ahora se dedica a traficar con discos que contienen fragmentos de vidas ajenas. Los protagonistas utilizan la tecnología SQUID, mediante membranas conectadas a la cabeza, para grabar las señales neuronales que luego serán almacenadas en los discos que vende Nero en el mercado negro.

La ciudad de Los Angeles se encuentra a las puertas del año 2.000 sumida en el caos y la violencia, en medio de conflictos raciales, violencia policial, y un sistema que esta a punto de explotar. Lenny Nero pasa los días reviviendo mediante los discos experiencias (virtuales) pasadas junto a su expareja Faith (Juliette Lewis) que lo abandonó para iniciar una relación con Philo Gant (Michael Wincott), empresario del sector musical para quien trabaja Jericho One, una estrella de la comunidad afroamericana que lucha contra los abusos de poder y que será asesinado por dos policías corruptos, quedando grabada la experiencia en un disco mediante el sistema SQUAD que Iris, amiga de Nero, llevaba oculto en su cabeza.

Desde un principio Nero rechaza comercializar cintas que contengan muertes, pero pronto empieza a recibir de un remitente anónimo grabaciones que contienen snuff movies, empezando por la muerte y violación de su amiga Iris. Ante el peligro que corren personas de su entorno y con la ayuda de Mace (Angela Basset), que oculta su amor hacía él en secreto, se involucrará en el peligroso trabajo de buscar la verdad y salvar la vida de Faith.

La película nos hace reflexionar sobre varios temas de interés a partir de un antihéroe del futuro, en un gran papel de Ralph Fiennes, un perdedor que pasa su vida en los suburbios de Los Angeles traficando con experiencias e incapaz de vivir el presente en cuanto todavía añora su vida pasada junto a Faith. Sin embargo, su papel sufrirá una evolución hacía lo que será su propia salvación mediante la ruptura con ese pasado que no le deja experimentar su propia vida.

Clasificada como una mezcla de géneros que van desde el Film Noir a la Ciencia Ficción, Días Extraños es una película visionaria con un gran manejo de los tiempos, y que no nos deja respirar un segundo. El montaje de Howard Smith es excepcional y algunas escenas nos hacen sentir que somos nosotros mismos quienes en primera persona estamos viviendo escenas demenciales y depravadas.
JonGS
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3 de julio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Días extraños" es de por sí una película extraña. Ambientada en un hipotético apocalipsis en el cambio de milenio, se nos muestra una acción frenética, a ritmo de infarto, prácticamente lisérgico.

Se abren muchas vías argumentales (el apocalipsis, el asesinato de un popular rapero, la rebelión en las calles, la corrupción policial, el tráfico de los aparatos de realidad virtual, la vida de Lenny, su relación con la guardaespaldas, con su ex la cantante grunge, la vida de la amiga, el productor de música (que recuerda a Gary Oldman en "Amor a quemarropa", un proxeneta mas bien), etcétera. Todos estos frentes abiertos no significan nada en la película en sí, unas tramas se cierran, otras se quedan abiertas, otras cambian de sentido o derivan en otras, otras se entrelazan...

En realidad el argumento no importa, la película es una explosión de emociones, muy seguidas y muy diversas. La clave está en que transmite al espectador todo tipo de emociones una detrás de otra, o a la vez, para que se sienta igual que los personajes cuando "se conectan" a ese ciber-cacharro que nunca se explica con claridad qué es ni cómo funciona. Tampoco importa. La sugestión de una avalancha de emociones implica directamente al espectador como si ya viviéramos en una época ciber-punk.

La dirección y las actuaciones son dignas de alabar, con un buen reparto encabezado por un gran Ralph Fiennes. Reivindico a Lenny Nero como uno de los personajes más carismáticos de la historia del cine. Muchos nos sentimos identificados con Lenny, porque parece tener varias personalidades en una, pero en el contexto de un rotundo perdedor. Y es que, en definitiva, los perdedores somos los que llevamos el mundo a cuestas, levantándonos cada mañana dispuestos a cargar con lo que venga.

Mucha acción, un ritmo frenético y un tsunami emocional es lo que se viene encima al ver "Días extraños". Muy recomendable para mentes abiertas.
Hanshiro Tsugumo
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