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Operación Ogro

Thriller Historia del atentado con coche bomba de ETA que mató a Carrero Blanco en diciembre de 1973. Tiempo atrás varios hombres que formaban un comando de ETA tenían una misión: secuestrar al almirante Carrero Blanco para intercambiarlo por presos políticos. Sin embargo, cuando estaban a punto de cumplir su objetivo, Carrero fue nombrado Presidente del Gobierno, y los planes cambiaron. Tiempo después, uno de los hombres de aquél comando sigue ... [+]
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
16 de julio de 2015
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los años sesenta y setenta, Gillo Pontecorbo se caracterizó por filmar un cine político que le garantizó un gran éxito, con “Operación Ogro” el cineasta cerró una trilogía en la que el terrorismo adquiere un papel preponderante. Efectivamente, el film es la reconstrucción del atentado perpetrado por ETA contra el presidente del Gobierno de Franco, Luis Carrero Blanco, en Diciembre de 1973 en Madrid. Se trata del tercer eslabón de una cadena que el cineasta inició en 1966 con “La Batalla de Argel”, una reconstrucción épica de la revolución argelina, y prosiguió en 1970 con “Queimada”, protagonizada por Marlon Brando, una parábola sobre el tránsito del colonialismo al imperialismo en el contexto de un país sudamericano del siglo XIX.

La película, al narrar unos hechos ocurridos cinco años antes, adquiere una perspectiva diferente porque la situación política en España, había cambiado radicalmente. El dictador había muerto en el 75 y estábamos en un periodo democrático avalado por una Constitución. De tal forma que Pontecorbo narra los hechos desde el 78 en un par de “flash-back”. De tal forma que algunos miembros del comando ejecutor del atentado han decidido seguir un camino político sin violencia para reivindicar sus metas, mientras que el personaje de Eusebio Poncela representa a esa ala dura y totalitaria de ETA que prefería continuar con la “lucha armada” que en realidad era puro y duro terrorismo, que acabada la dictadura y la represión, seguían despreciando las libertades democráticas.

Film controvertido y polémico en su estreno, ETA continuaba asesinando mientras se proyectaba en los cines, me ha parecido muy interesante porque recrea muy fielmente aquellos años en España, la ambientación historicista es impecable, aunque los diálogos dejan mucho que desear, el doblaje es plano sin acento vasco, los actores al ser tan conocidos, resultan poco creíbles. El guión aunque puede haberse tomado alguna licencia extra, creo que refleja fielmente lo que ocurrió dejando unos cuantos cabos sueltos que apuntan a que no sólo fueron los etarras, bastante chapuceros y poco profesionales por otra parte, los que asesinaron a Carrero Blanco. Como muy bien apunta el film, el lugar, tan cercano a la embajada americana en la calle Serrano, con la visita ese mes a España de Kissinger, era muy poco probable que ese atentado no hubiera sido desbaratado por los servicios de seguridad de la embajada americana y la CIA.

Muy al contrario, quizás actuaron como ángeles de la guarda protegiendo a los independentistas para que les hicieran el trabajo sucio de eliminar a un personaje anacrónico que estorbaba enormemente a las expectativas de finiquitar el régimen de Franco, ya que Carrero podía ser la continuación de lo mismo, una vez muerto el dictador. El rey Juan Carlos en la zarzuela hubiera sido, probablemente un títere siempre controlado por el estamento militar, cosa que por supuesto no estaba bien visto en el exterior e incluso en el mismo régimen interior con los partidos políticos en la clandestinidad. Para ser una superproducción hispano-italiana con Ennio Morricone, Gian María Volonté, Sacristán, Poncela y la Molina, echo en falta más profundidad y realismo en los personajes. ¡Son independentistas y no hablan una palabra en euskera en todo el film!
Antonio Morales
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18 de julio de 2018
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la Guerra Civil que duraría cerca de tres años (1936-1939) y que concluiría con el triunfo de las fuerzas fascistas comandadas por Francisco Franco, este general establecería una de las dictaduras más enconadas del siglo XX y el que, quizás, sea el período más oscuro de la historia española que, además, ¡duraría más de tres décadas! Durante este período (que iría desde 1939 hasta la muerte del general en 1975), surgió una organización que, con el nombre de E.T.A. (Euskadi Ta Askatasuna, en euskera, País Vasco y Libertad)), se autoproclamó abertzale (nacionalista), independentista, socialista y revolucionaria. Hasta su desarme en abril de 2017 y su disolución el 3 de mayo de 2018, el más impactante golpe propinado por los gudariak de E.T.A. contra la dictadura, fue el perpetrado el 20 de diciembre de 1973, cuando, mediante una gran carga de dinamita subterránea, terminaron con la vida del almirante Luis Carrero Blanco, entonces presidente de la república y quien, hasta entonces, era el más seguro aspirante a proseguir con la dictadura, tras la muerte del ‘eterno’ general. Pero, Carrero se marcharía dos años antes, al tiempo que su asesinato, causado con la ejecución de la llamada, Operación Ogro (término éste con el que sus enemigos lo calificaban), motivaría que se nombrara a otro de la línea dura como su sucesor… y E.T.A. se convirtió en el más fuerte movimiento opositor al franquismo.

Cuando al director italiano, Gillo Pontecorvo, le propusieron hacer la adaptación cinematográfica de este suceso, la idea le sonó enseguida, pues, así completaba su trilogía: Luchas por la Independencia, que había iniciado con ese sorprendente filme titulado “La Batalla de Argel” y continuado, luego, con la muy valiosa, “Queimada”.

Para lograr otro fiel registro como lo hiciera en Argel, Pontecorvo hizo contacto con algunos miembros de E.T.A. en plena clandestinidad, y a pleno riesgo, decidió entrevistarlos para obtener documentación fidedigna, y a diferencia de su más celebrado filme, donde la masa era prácticamente la protagonista, aquí son cuatro personajes principales los que asumen la operación con unas cuantas ayudas, lo que le permite entrar un poco más en sus relaciones interpersonales.

Resulta curioso -aunque fácilmente explicable- que, Pontecorvo, se limita a mostrar a Carrero Blanco como un hombre de iglesia que, religiosamente, va a misa cada ocho días y allí luce como un hombre frío, pero, muy “espiritual” … que inclusive ¡comulga! Para los que están avisados sobre los caminos de la hipocresía, esto es bastante diciente, pero no faltará quien, luego de ver la película, lance frases del type naïf: “¡que tipos tan malos, matar a un hombre tan bueno!”, y así queda "claramente" plantada la otra lectura.

Gian María Volonte’ (Izarra), Eusebio Poncela (Txabi) y José Sacristán (Iker), están muy bien en sus respectivos roles de combatientes urbanos, y Ángela Molina (Amaiur) y Nicole Garcia (Karmele) un buen punto de apoyo para las labores estratégicas de la operación. ¡y cómo no mencionar a ese ángel llamado, Ana Torrent, en su pequeño, pero significativo rol, de la pequeña vasca!

Le objeto a “OPERACIÓN OGRO”, las reiterativas idas y venidas entre 1973 y 1978 que, por momentos, llegan a confundirnos, y por esto mismo, creo que el filme se tarda un poco en conseguir atraparnos, pero, de resto, es un valioso material histórico que vuelve a dar prueba de los hechos extremos a los que obligan ciertos regímenes políticos.

Se cierra así, una muy corta, pero, sobresaliente obra cinematográfica, pues, infortunadamente, de aquí en adelante la labor de Gillo Pontecorvo se reduciría a la participación en algunos documentales colectivos sin demasiada relevancia… y de ninguna manera fue, éste, un buen final para un director que se merece un prominente lugar en la historia del séptimo arte.
Luis Guillermo Cardona
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20 de julio de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Películas como estas deberían ser de obligada visión en los colegios, siempre he mantenido esta postura y la seguiré manteniendo por los siglos de los siglos. Dicen que si no conoces la historia estás condenado a repetirla.

El director Gillo Pontecorvo se metió en un terreno espinoso con esta historia, el punto clave en la historia de nuestro país donde se pretendía acabar con la máxima representación del franquismo en aquellos momentos. La recreación de la situación es perfecta en todos sus ámbitos. Desde las votaciones en referendum para formalizar el grupo encargado de preparar el dispositivo en Madrid. Pasando por el típico traslado a la capital, los miedos, las desconfianzas, el no llamar mucho la atención, las claves de comunicación, los puntos de reunión, el piso franco, los falsos negocios. Es una cadena bien enlazada para que no quede ningún cabo suelto. La misión era secuestrar a Carrero Blanco, el cual parecía algo sencillo, ya que siempre mantenía las mismas costumbres y horarios y solo iba con un escolta. La cuestión se complica de verdad cuando asciende a jefe del estado español y su protección aumenta considerablemente. Lo que al principio era un cambio por 150 presos políticos en el país vasco, pasa a una misión más peligrosa y violenta...el asesinato de Carrero Blanco.

Todo el proceso de la elección del lugar, el momento, la carga, el hoyo a escavar, los ruidos, los sudores, el plan que parece que no llega...no dejan lugar al aburrimiento al espectador, la tensión se palpa en el ambiente durante toda la cinta, ha sabido manejar este fenómeno de manera magistral. El saber que en cualquier momento puede salir algo mal y aparecer la policía, con un futuro poco halagüeño en prisión...no es moco de pavo.

Me ha encantado la recreación específica del atentado, es como si lo hubiese vivido en directo, como se aproxima el coche, la lentitud del momento, la explosión, la onda expansiva y el coche volando por los aires hasta llegar al tejado de un edifico colindante con la iglesia a la que momentos antes asistía el presidente. Más de cien kilos de explosivos fueron utilizados para dicho atentado.

Yo he disfrutado muchísimo con esta película, independientemente de las ideologías políticas, pero es un hecho de mucha importancia y que tuvo un cambio radical en los acontecimientos posteriores, suficiente motivo para echarle un vistazo y recordar parte de nuestra historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
THE CROW
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6 de agosto de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconstrucción del asesinato del almirante Carrero Blanco, en la convulsa época (1973) en la que se buscaba forzar intercambios de presos políticos, luchadores contra la Dictadura, a cambio de secuestros y otros actos sobre miembros del poder dictatorial, por la banda terrorista ETA. Sin esconder en ningún momento su carácter izquierdista, el italiano y muy competente Pontecorvo ("La batalla de Argel") logra un thriller muy digno y entretenido, con un reparto comprometido a la causa y dónde Ennio Morricone pone la música. Aguanta mejor de lo que parece el paso del tiempo. Éxito de público en Italia y España y división crítica a partir de su caracter tendencioso.
kafka
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15 de mayo de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Operación Ogro de Gillo Pontecorvo es un thriller dramático basado en hechos reales sobre el atentado terrorista de ETA que acabó con la vida del presidente del gobierno nombrado por Franco, Carrero Blanco. Dirigida con un ritmo paulatino y con un estilo fiel a los hechos verídicos, es una obra necesaria para conocer de primera mano un episodio de la España negra en la época final de la dictadura franquista, sirviendo como un eficaz testimonio fílmico tanto del día del atentado como de los meses anteriores en los que se preparaba todo, concluyendo un film portentoso que arrolla a todos en su visionado y que mantiene al público expectante todo el film.
La fotografía es alusiva y competente en un trabajo idóneo que muestra lo siniestro de aquel día, impactando al espectador y desconcertándolo por las violentas escenas en que se muestra el sorprendente atentado, logrando una labor estéticamente apropiada para lo que narra el film. La música es inquietante e insidiosa en las escenas claves en un buen acompañamiento musical de la mano experta de Ennio Morricone, añadiendo tensión cuando es requerido. Los planos y movimientos de cámara consuman una decente labor técnica a través del uso de los plano-contraplanos, avanti, primeros y primerísimos planos, subjetivos, voyeur, cámara en mano, travellings e informales que dan más dramatismo a las partes claves de la película.
Las actuaciones son creíbles y firmes. Cuenta con las verosímiles interpretaciones de Gian Maria Volonté, José Sacristán, Ángela Molina, Eusebio Poncela, Féodor Atkine y Fernando Chinarro entre otros e incluso un pequeño papel de Ana Torrent. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones evocadores a los personajes y la época en cuestión, ya sean niños, etarras, sacerdotes o los temidos grises en una correcta labor que junto con los oportunos decorados te transportan in situ. Cabe destacar también, unos efectos visuales estremecedores al plasmar el escalofriante atentado con mucha verosimilitud.
El guion, escrito por Ugo Pirro y Giorgio Arlorio, es fiel a los hechos reales sobre al atentado de Eta al presidente de gobierno Carrero Blanco no solo en su definición, sino también en la preparación los meses antes para explicar detalle a detalle al público como ocurrió todo y los cambios de planes que surgieron cuando fue nombrado este presidente del gobierno. Esto se lleva a cabo con una narrativa sugestiva que de forma expresiva y en ocasiones desesperanzadora muestra a cada personaje tal como era en una cumplidora tarea.
Concluyendo, la considero una obra inmortal e indispensable en la filmografía española para conocer un atentado que cambió la historia de España y el modo en el que la población miraba a Eta. Además, tiene todos los componentes necesarios para ir creando suspense poco a poco hasta su conocido final. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de Operación Ogro, un film impresionante en su final e implacable en la realidad de todo lo que expone.
Elcinederamon
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