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Angustia de silencio

Thriller. Intriga. Terror Los habitantes de Accendura, un pequeño pueblo de la región italiana de Lucania, están aterrorizados por la aparición en la zona de varios cadáveres de niños.
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
1 de febrero de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fulci era un artesano del cine de género, con mucha capacidad para el morbo y las imágenes impactantes; de hecho en este filme cada secuencia, cada plano es agotador, va al límite de la expresividad cinematográfica al servicio de un giallo rural bizarro, provocador y terrorífico por momentos.
Sus defectos son evidentes, por ejemplos los efectos especiales, pero es la mejor película de Fulci, con un guión coherente, morboso y con crítica social incluida.
Las imágenes iniciales de la prominente autovía sobre un puente ya nos habla del contraste de la civilización con las costumbres supersticiosas del pueblo, eje argumental de la película.
Muy recomendable
Pedro
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4 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mejor película de la primera etapa de Lucio Fulci y una de las mejores de su carrera es este giallo francamente peculiar.

Para empezar, no sitúa la acción en una gran ciudad, sino en una localidad entre pequeña y mediana del sur y en los montes que la rodean.
Para seguir, da a los crímenes misteriosos cometidos por el consabido asesino en serie (que por cierto ni lleva máscara ni utiliza objetos cortantes) una importancia secundaria para centrarse en ofrecer un retrato bastante ácido de la sociedad de la época, con sus policías ineptos, sus garrulos supersticiosos, sus curas retrógados, sus ricos de pueblo pervertidos, etc etc. Prácticamente todos los personajes, tanto los del "pueblo" como los que llegan allí desde la ciudad se nos muestran en mayor o menor medida como hipócritas, ignorantes, inmorales o crueles. O un poco de todo. Y en medio de ese retrato tan poco complaciente se va desarrollando la historia de un asesino de niños y de cómo sus crímenes afectan al ya de por sí precario equilibrio en que viven los habitantes de la zona.
Para terminar, huye del esteticismo habitual del subgénero y utiliza un estilo sobrio, áspero incluso, que contribuye a meter al espectador en ambiente.

No es perfecta, claro: hay efectos especiales bastante cantosos, algunos diálogos de relleno, algún giro de guión algo tramposo y algún que otro bajón de ritmo, pero la trama avanza de forma adecuada, la puesta en escena es francamente buena, las interpretaciones son bastante correctas y hay algunas escenas francamente impactantes, no tanto por su violencia explícita (de hecho es una película notablemente poco sangrienta, sobre todo para lo que cabría esperar de un tipo como Fulci) como por la atmósfera cada vez más enrarecida en que se van sucediendo y por el clima de podredumbre moral que dibujan.

En líneas generales, una muy buena película que no deja títere con cabeza y que merece ser revisada por todos los amantes del cine de Fulci, del giallo menos académico, y del cine de intriga y suspense en general.

Para terminar, diré que tiene una de las escenas que más me ha impactado de todas las que he visto en una pantalla. En el spoiler la comento por si alguien tiene curiosidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
elviajero
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24 de abril de 2023
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Camina y su aura de muerte impregna la calle, hace a la gente volver la cabeza. Pero es la pura tristeza lo que llena su alma de oscuridad y provoca esa mirada sin brillo.
Los susurros se escuchan: "Es la bruja". Con el Diablo en el cuerpo se dirige, sin saberlo, a ser cazada...

La "bruja" en cuestión es Florinda Bolkan, una de las actrices, sin discusión, más grandes que habitó el cine italiano de género (pese a nacer en Brasil); para ella, la experiencia de repetir bajo las órdenes de Lucio Fulci era de alegría y a la vez de pánico debido a su inestable carácter, y por esas dichas de la vida consigue aquí una de las actuaciones más impresionantes de la Historia del cine. "Non si Sevizia un Paperino", parece mentira, pero llega justo después de "Al Senador le gustan las Mujeres", que es recibida con desprecio y la acostumbrada censura que oprime al director, en este caso política.
Se desliga de la comedia y vuelve al suspense, que tanta fama está adquiriendo en esas fechas, sin embargo fracasa en su esfuerzo junto a Roberto Gianviti por escribir un "giallo", y se les une Gianfranco Clerici; la idea original se desliza hacia algo un poco menos convencional: situar una fábula de superstición y horror folklórico e inspirándose en hechos reales (los terribles asesinatos de unos niños), acontecidos hacía poco. Para otros directores lanzarse a una producción tal, fuera de los estudios, en villas pobres auténticas y tratando temas tan espinosos, sería algo menos que un suicidio, pero el italiano gozaba de contar con tanta libertad y espacio.

Así, en Accettura, Puglia y otros paisajes del Sur tiene lugar el rodaje, complicado, estricto, en especial para Bolkan, que traspasó varios límites todavía no cruzados en la anterior "Una Lagartija con Piel de Mujer". La visión peculiar del cineasta sobre lo terrible se revela desde las primeras secuencias donde unos chavales abandonan la iglesia para dar rienda suelta a sus preadolescentes fantasías eróticas, espiando a otros hombres del pueblo teniendo sexo con unas prostitutas (que no son precisamente modelos de Vogue, por lo que la escena se me hace incomprensible...).
Con esta quiebra de la inocencia y las buenas costumbres, Fulci ya deja abierta la trampilla para seguir sumergiéndonos en la mitología de lo prohibido, bien arropada por las apariencias, algo tan arraigado a los entornos rurales como la obligación religiosa, la superstición y la magia negra aquí practicada. Salimos del canon del suspense italiano y vamos a parar a otras zonas mucho más siniestras, incluso si el principio sigue sus clásicos métodos, con el secuestro y posible asesinato de uno de los niños protagonistas (Bruno), un chantaje a la familia, unos agentes de policía que no saben qué hacer y un sabueso periodista que ronda por allí (Martelli).

Y todo es humo en la trama, como lo serán la mayoría de acontecimientos que sucedan. La razón más importante que lleva a "Un Paperino" alejarse del imaginario del "giallo" es que ya nos hace saber la identidad del culpable de tales horrendas muertes; la vimos al principio, Maciara, la "bruja", escarbando en el barro para desenterrar los huesos de lo que fue un bebé. El arte del voodoo dobla cualquier lógica de intriga; aquí operan fuerzas maléficas que no pueden ser investigadas ni comprendidas por los detectives de turno, mucho menos por la policía local.
Fulci se adelanta al atrevimiento de "¿Quién puede Matar a un Niño?", evoca la violencia de Peckinpah y el terror gótico de Bava, aunque sin su sofisticación en cuanto a puesta en escena; el suyo es un empeño por arrastrarnos hacia los rincones viscosos de ese pueblo donde todo parece normal en el exterior pero se convive con la tentación, el miedo y la inutilidad de la fe cristiana como remedio al horror que acecha. Ella, Maciara, de tradición familiar ocultista, es la marginada, y aún es razonable sentir una tremenda repugnancia por ella, sucia y escurridiza (y eso que los niños no eran precisamente un dechado de virtudes), sin saber las grandes sorpresas que el libreto nos tiene preparadas. Se opera la ruptura.

Heredado del método "hitchcockiano", la culpable que los personajes de la historia no conocían pero sí los espectadores, resulta expuesta, incluso hay más: se demuestra su indiscutible inocencia, y en una jugada que bien podría ser una genialidad maestra o una inverosimilitud insultante, el guión se deshace de ella para lanzar la mirada a otro sitio. Fulci ejecuta esta digresión con tal ahínco que la que antes fue perversa asesina se transforma ante nuestros ojos en una pobre desgraciada cuyo mayor error fue simplemente haber nacido entre monstruos y seres humanos despreciables.
Primero en el bosque de Umbra, luego en el cementerio de Pietrasecca, la "bruja" será perseguida sin piedad, y la violencia de los hombres, que rezuma salvajismo "peckinpahniano", es captada sin florituras visuales y con exceso de hemoglobina, dejando un poso amargo que corta la respiración y pudre las tripas, y logrando dos de las secuencias más impactantes y desoladoras no sólo de toda la carrera de Fulci, sino de todo el género. Es entonces cuando dos individuos sin ningún peso en la trama, Martelli y Patrizia (explosiva Barbara Bouchet, quien aparece en cierta turbia escena con un niño que costó al realizador un duro proceso judicial), tomen las riendas cual pareja de detectives, queriendo resolver lo imposible.

Lo imposible pues el guión de "Un Paperino" opera más bien por una serie de instantes siniestros y catarsis de pura visceralidad y tensión que por los caminos de una lógica sujeta a las convenciones del género.
Al final los dispositivos del suspense son trampas, y Fulci termina con una nota tan crítica como inverosímil, pero dejándonos una de las fábulas más oscuras sobre los miedos atávicos que se hayan concebido, la que nadie se habría atrevido a concebir entonces ni mucho menos hoy día. Poesía de la muerte, diablos encarnados, un viaje al negro corazón de nuestro abismo...
Chris Jiménez
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13 de abril de 2024
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Después de haber dirigido películas de comedia, western y drama, está claro que tras haber dirigido el thriller Una Lucertola Con La Pelle Di Donna en una época donde el giallo estaba empezando a ganar popularidad, Lucio Fulci había dado su primer paso en la escalera que lo llevaría a alcanzar su fama como maestro del terror y el cine gore. Non Si Sevizia Un Paperino fue el siguiente escalón para que comenzara a ganar popularidad por medio de giallo y tiempo después en el género de terror a nivel mundial. La película es un thriller bastante atrapante desde que comienza el primer asesinato y aunque no tiene todo el gore que caracteriza el estilo de Fulci, los casos de infanticidios vistos aquí son suficientes para que la trama sea bastante cruda. Realmente se trata de un muy buen thriller lleno de misterio e intriga, siguiendo las reglas de una historia intrigante llena de misterios. Como muchos otros giallos, el título solo es una carnada que sirve para conducir a alguna pista, escena o diálogo que pueda servir como pieza clave para resolver el misterio que ocurre en este tipo de películas. No se puede descartar la banda sonora de Riz Ortolani que logra generar un buen ambiente de intriga y suspenso. Non Si Sevizia Un Paperino es un thriller recomendable para al menos conocer uno de los inicios de Fulci antes de volverse otro icono del terror. Mi calificación final para esta película es un 9/10.
Elvis Del Valle
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15 de abril de 2024
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"Don't torture a duckling", "El extraño secreto del bosque de las sombras", "Non si sevizia un paperino" o como se conoció en España "Angustia de silencio", es un atípico Giallo que nos traslada de las grandes capitales italianas, al mundo rural de Basilicata. De la frialdad e individualismo de las ciudades, a la calidez del campo conociéndose todos con todos. De la oscuridad y planos en sombras, a tomas a plena luz del día. Y de que las víctimas en vez de ser mujeres y algún que otro despistado que osa cruzarse con el asesino, sean niños. Lucio Fulci, amado u odiado, se tomó una libertad creativa importante mucho antes de su etapa de "ultraviolencia" posterior, aunque aquí ya había pinceladas.

En el pequeño pueblo de Accendura, conviven sus habitantes mientras los niños del pueblo con las hormonas a tope, pasan sus días deseando que lleguen las prostitutas para poder mirar los servicios que tienen con sus clientes. Progresivamente, dichos niños serán cruelmente asesinados y la policía por un lado y nuestros breves protagonistas, El cubano-americano Tomas Milian y la alemana Barbara Bouchet, tendrán que descubrir quién está detras de todo esto.

El film arranca muy fuerte y con una escena por la cual las malas lenguas dicen que Fulci fue arrestado tras el estreno (spoiler). Como bien he dicho al inicio, Fulci era capaz de tomarse las libertades creativas que considerase, y dicha escena Argento o Bava no la hubieran filmado. La película apercibe a propios y extraños que no es una corriente al uso (aunque luego más o menos si lo sea) y el guión desgraciadamente se centra mas en la investigación policial, que en dar minutos en pantalla a un desaprovechado Tomas Milian (Infinidad de Spaghetti Western a sus espaldas, Eurocrimen etc...) y Barbara Bouchet (Reina de las comedias eróticas italianas de la época).

El misterio consigue mantenerse hasta cierto punto (leer spoiler), los planos son maravillosos, la fotografía es realmente bonita y tendremos alguna que otra escena brutal marca de la casa. Los asesinatos muchas veces no son mostrados en cámara, aunque consiguen generan su impacto posteriormente. "Angustia de silencio" es un gran exponente del subgénero amarillo italiano, que con osadía/libertad creativa dan un film único haciendo equilibrios como de costumbre entre la brillantez y el ridículo. Bastante original y arriesgada incluso para la época.

Una imperdible del género al cual le da una reinvención importante. Es para el Giallo lo que "El gran silencio" para los Spaghetti Western.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vampiro
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