La cena de los acusados

Película que tuvo muchísimo éxito en su día con lo que se hicieron varias secuelas con los mismos protagonistas.

Es una comedia que es resultona, pero que tiene una trama algo complicada de seguir, al final me dejé perder y perdí bastante interés.

Sintiéndolo mucho, al final no me gustó mucho. La comedia sí, la pareja hacen un buen papel y se notaba mucho que había buen feeling y eso se ha transmitido a la cámara y seguramente es lo que a la gente le llegó y obtuvo éxito. Eso por eso que hubieron muchas secuelas.

La cena de los acusados es una comedia de misterio dirigida por W.S. Van Dyke que adapta la novela El hombre delgado de Dashiell Hammett. El film gira entorno a una misteriosa desaparición y un posterior asesinato, dos incógnitas que irán creciendo a lo largo del metraje hasta alcanzar su resolución final. Brillan por encima de los múltiples personajes de esta historia coral William Powell y Myrna Loy interpretando al particular matrimonio formado por Nick Charles y Nora. Van Dyke convenció a los ejecutivos de la Metro Goldwyn Mayer para que Powell y Loy pudieran encarnar a la pareja protagonista, pese a las preocupaciones por la edad de Powell y los últimos papeles de mujer fatal de Loy. Todo un acierto. La química de la pareja con sus constantes discusiones y bromas internas alcanzan por momentos los ingeniosos diálogos de un lúcido Groucho Marx. A esa química hay que sumarle la presencia de Asta, un Fox terrier que acompaña a Nick y Nora y que acrecienta el tono cómico que los rodea. Con tono desenfadado, divertidos diálogos y un caso a resolver que consigue captar la atención, la película obtuvo un gran éxito de público y de crítica, con cuatro nominaciones a los premios Óscar y la posterior realización de cinco secuelas. Llama la atención la cantidad ingente de alcohol que se consume en la mayoría de las escenas, especialmente el personaje de Nick el detective, quien no pierde la ocasión de tomar una copa sean cuales sean las circunstancias que le rodeen (aunque lo estén amenazando a punta de pistola). Todo un reflejo de la finalización el año anterior de la Ley Seca que estuvo en vigor durante los años 20 y parte de los 30 en Estados Unidos.

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Intrigante y divertidísima película de detectives con una pareja protagonista cuyo carisma te cala hondo, es tremenda la química que hay entre estos 2 actores, y las conversaciones, discusiones y piques contínuos de pareja son realmente geniales, uno disfruta muchísimo la película ya tan solo por este matrimonio tan especial.

Sobre la trama, se nos presenta un caso bastante extraño, no solo por el principal implicado, si no por toda la gente que le rodea, todo personajes muy curiosos, desde su propia familia, que está cada cual peor de la cabeza, hasta el último de ellos. Todos raros, especiales, simpáticos a su manera.

No recuerdo haber visto muchas películas con tantísimo sospechoso, con una trama que de tantas vueltas pero siga teniendo su lógica e interés.
La escena final, la cena, es tremenda.
Una película que creo que no es tan conocida como se merece, me ha parecido realmente grande.

Estupendo entretenimiento el que te da esta película.

La resolución de un crimen al estilo clásico, con todos los sospechosos reunidos al final del film para una cena (como ya te anuncia el título de la película antes de que esta siquiera empiece), es el colofón a una entretenida historia.

La verdad es que hay de todo:
Hay varios sospechosos (todos con algún motivo para cometer el crimen, como mandan los cánones). En general, actuando todos bastante bien y con roles chocantes y divertidos.
Hay un desarrollo emocionante e inesperado en varios momentos.
Hay una pareja protagonista con una espectacular y muy creíble química entre ellos.
Hay una historia contada con fluidez y que se sigue con claridad. Buen trabajo de dirección y de montaje.
Hay un ambiente sofisticado y elegante que adorna la historia pero que no la tapa. Un humor que sabe a champán con fresas y que huele a asiento de cuero en un descapotable.
Hay ganas de saber más de esta simpática y molona pareja.
Hay un humor elegante, tierno y cool.

¿Por qué ya no hacen películas así?

Tener en los primeros minutos de la proyección la certeza de que nos hallamos ante una gran película es uno de los privilegios de los amantes del cine.
Algo que rara vez se consigue y por eso se celebra con alborozo.

Un punto de humor, otro de suspense, mucho de intriga y una permanente atmósfera que intriga, desasosiega y desconcierta son la mejor carta de presentación.
Es el mérito del argumento.
Y del guión, debido a A. Hackett y F. Goodrich.
Y del director, naturalmente W.S. Van Dyke.
Y de la interpretación excelente.

No hay que olvidar que la película se estrenó en 1934 y que entonces el cine todavía estaba explorando sus posibilidades.