Las aventuras de Priscilla, reina del desierto

Las aventuras de Priscilla, reina del desierto es una película con alma, a pesar de ser una comedia y aunque no es una gran película tiene algo especial que la hace divertida y entretenida y analicemos eso pues lo que da a la película ese toque especial.
Es fácil caer en la simplicidad y construir unos personajes baratos y sensacionalistas para un público homosexual pero la primera cosa a destacar de la película es el alma de sus tres personajes, tres muy diferentes y muy bien diferenciados intentando mostrar tres realidades sociales, la “loca” y amanerada, el homosexual que tuvo que fingir su homosexualidad y vivir una vida matrimonial de la que dio como resultado un hijo y como aceptar la realidad de ser homosexual y tener hijos y el tercer personaje, el transexual, aquel que tuvo que vivir como hombre cuando siempre se sintió mujer, tres mundos diferentes y tres realidades tratados con total dignidad y respeto a la vez que genialmente actuados por parte de los tres.
Nos enmarca esta realidad en una Australia real, mostrando el enfrentamiento de esas mentes tradicionales ancladas en una vida rutinaria y sin vitalidad con esas personas que se sienten homosexuales o son transexuales, esa rivalidad social actual de hoy en día y de la que es difícil saber como tratar para que llegue a todos los públicos de una manera digna y humana.
Ese es otro punto a tratar de como el director llega a todos los públicos por medio de unas fabulosas canciones y coreografías pero sobre todo con un vestuario digno de premio tal como se reconoció.
Todo lo anterior ayuda a conseguir una película ligera y divertida olvidándose de las dificultades sociales que estas tres personas por naturaleza se sienten y haciendo una película agradable y entretenida pero no hay que quedarse en eso pues la película refleja la psicología real de estas tres personas.
Preciosa y agradable película que sirvió de comienzo y potenciación para las famosas Drag Queens.

Esta película australiana se ha convertido en uno de los films más importantes de la filmografía australiana, aparte de ser una de las mejores comedias de los 90 y de un film de culto para la sociedad gay.
La película plantea de manera clara los problemas a los que se enfrenta continuamente el colectivo homosexual, pero todo ello narrado con un toque de humor. Es cierto que no todo son risas y carcajadas, ya que tiene momentos tensos y duros, no tanto por las acciones, sino por ciertas frases que se dicen.
El director no presenta a tres drags queen que van en busca de realizar un espectáculo al sur de Australia, pero en realidad lo que van a encontrar es su verdadero yo, y a diversos personajes agradables, y no tan agradables.
El guión cuenta con una gran diversidad de frases llenas de significado, y que en muchas ocasiones son lanzadas al oído del espectador como dardos, creando reflexiones muy precisas.
Además de todo esto, hay que destacar el impresionante y extravagante vestuario, el cual está lleno de colorido, brillos y formas, las cuales resaltan sobre el paisaje monótono y árido del desierto.
En fin, una gran comedia de la que se disfruta de manera muy agradable, y en la que se pueden ver grandes interpretaciones llevadas a cabo por sus tres protagonistas.

Si Elvis era el rey entonces Priscilla era la reina, así de fácil. Pues impresionante película de Terence Stamp en la que hace una gran interpretación saliendose de su cliché habitual por completo, en uno de sus mejores trabajos. Obra de Stephan Elliot yo vi la versión con sus comentarios, cosa que me la enriqueció aún más. Con un vestuario magnífico cuenta la historia de tres reinonas que se hacen en un viaje rumbo a la realidad. Con una trama similar en su aspeco a "Wong Foo", nada que ver en realidad. Cada una tiene su firma y su auténtico sello. El dolor, la comedia y la risa ¿están reñidas? Quien lo haya pensado es porque no ha visto a Priscilla. Hugo Weaving está espectacular junto a tanta pluma y tan magníficas telas. Las reinonas están que se salen.

Me esperaba con cierta reticencia una película excesiva y extravagante, pero para mi sorpresa me encontré con una historia simpática y divertida en la que tres locas se embarcan en un peculiar viaje por el desierto australiano. Nos muestra un retrato de un colectivo humano, que tiene otra forma de sentir, con sus fobias, manías, sueños, tristezas y esperanzas como cualquier ser humano.
Lo mejor que tiene, son las tres soberbias interpretaciones, de lo mejor que he visto desde hace mucho tiempo, cada uno haciendo de un tipo de gay, el transexual (Terence Stamp), la loca (Guy Pearce) y el gay a secas (Hugo Weaving).
En ésta historia no hay justificación, ni victimismo, ni denuncia, sólo un divertido retrato de un colectivo humano, pero con la gracia de reirse de sí mismos y de todo lo que les rodea, que a veces bien muy bien para afrontar el día a día en ésta vida, un poco de sentido del humor y capacidad de reirse de nosotros mismos y del mundo tan loco que nos ha tocado vivir.

Insólita producción australiana que alcanzó un considerable éxito de público a mediados de los noventa. Adorada por la comunidad gay, la película es una comedia dramática, divertida y original que puede ser del agrado de todo el mundo. Fue nominada al Oscar al mejor vestuario que resulta muy imaginativo y espectacular.

Sorprende ver a Terence Stamp en un papel tan arriesgado bailando maquillado y vestido como una auténtica drag queen. También llama la atención la presencia de Guy Pearce con un papel en el que se luce interpretando a un travestido abiertamente homosexual. Así como al duro Hugo Weaving, que después interpretaría papeles tan antagónicos como el del señor Smith en Matrix o el de V de vendetta.

Me gustó la selección de marchosos temas musicales que bailan los protagonistas y el guión, que combina eficazmente la comedia y el drama.