Gente de mala calidad

Quitando la parte técnica, que es más que aceptable, el guión, la construcción de los personajes y la interpretación de ellos mismos falla, pero falla hasta el extremo, haciendo de esta película un auténtico coñazo. No tiene momentos desternillantes y, creo que salvo un par de escenas y algunos cuantos diálogos ingeniosos apenas he esbozado una sonrisa. Cavestany se rodea de lo mejorcito que hay en este pais (Verdú, San Juan, etc) y los estrella totalmente. Un mal guión para que Verdú entre por la puerta grande en la comedia (Tras la nefasta Lisístrata) y en mi opinión solo un discreto Francesc Garrido se salva de la quema, San Juan puede dar más, siempre puede dar más.

Cuando me dispuse a ver esta película, sabía que aunque no iba a ver nada del otro mundo, alguna situación me haría reir. Al empezar la película, la presentación de los personajes daba a entender que podría sacar una buenas risas y algún que otro guiño al aguna problemática social; pero conforme avanzaba la película, ésta no aportaba nada a sus planteamientos, no termina de contar una historia coherente y termina aburriendo.

El principal problema de la película es un paupérrimo guión que aburre, no esta bien hilvanado y que transforma posibles escenas chistosas en escenás cutre-dramáticas. Se salva el original planteamiento y una muy buena actuación de Alberto San Juan: el resto para olvidar.

Es increíble la facilidad que tienen algunas personas para llegar lejos en esto del mundillo cinematográfico, sino, que le pregunten a Juan Cavestany, que ha salido como ha podido de la sepultura en la que lo enterraron tras su opera prima "El asombroso mundo de Pocholo y Borjamari" para llevar a cabo la peor película que se ha rodado en nuestro país, sin duda alguna, tras esto, la vida laboral de Cavestany está inmensamente perdida... Lo que no entenderé ni en cien vidas es como actores como Alberto San Juan o Maribel Verdú han podido aceptar guiones como éste, sin sentido, sin esencia, en definitiva, sin NADA.

En conclusión: nunca pensé que 90 minutos fuesen tan largos de superar...

Bien, esta película es la típica sobre la cual es muy fácil "rajar", hablar mal vamos, pero mi opinión es que resulta entretenida y con momentos bastante graciosos.

No es perfecta, ni mucho menos, sin ir más lejos los personajes están un poco exagerados y el final es algo flojo, pero tiene aspectos interesantes, y bueno, se trataba de reirse un poco...

Coincido con Jordi Costa en cuanto a que Cavestany es capaz de mantener intacta, a lo largo de todo el metraje, una innegable capacidad de incomodar al espectador. ¿Donde está el fallo entonces? Fácil: simplemente, Cavestany no es Solondz y sus historias sobre el fracaso no convencen ni de lejos como convencieron las de Happiness. Esa es la diferencia entre la mediocridad de uno y la genialidad de otro.
Al film le falta credibilidad, guión y en muchos casos, interpretación. Le falta alma, le falta cuerpo. Quiere y en modo alguno puede. Y termina resultando un producto defectuoso, pese a sus méritos, que también los tiene.
No diré que es una cinta de "mala calidad", pero sí que la misma se diluye tanto que resulta difícil de apreciar en demasiados instantes. Alberto San Juan no termina de cuajar en la piel del estrambótico perdedor que interpreta y Fernando Tejero, por desgracia, no deja de ser Fernando Tejero. Únicamente brilla la Verdú, sobrada, como siempre, de presencia y carisma, hasta en un film fallido e irregular como éste.