La resistencia de los muertos

Secuela directa de El diario de los muertos, que transcurre penas 6 días después que la anterior, se centra en el escape hacia un isla de un grupo de militares.
La historia por si misma no tiene mucho, creo que por falta de presupuesto y de mayor entusiasmo de Romero, curioso siendo su última película, aunque no creo que en su momento él supiera que lo sería. Si tiene un buen planteamiento, el dilema moral de si los muertos revividos pueden llevar una vida normal de alguna forma o tienen que ser eliminados, pero lo hace de una forma muy básica, el resto la voz en off con soliloquios pretenciosos, las subtramas familiares y conflictos entre vecinos, el consabido desmembramiento por parte de los zombies de algún mortal, etc.
Igual dentro de todo es entretenida, pero muy floja con respecto a las anteriores entregas.

Pffff, no sé qué decir después de haber visto esta película. Vayamos por puntos:

1- Tiene que ver con su anterior film "El diario de los muertos" ya que cuenta la historia alternativa de unos militares que se convierten en bandidos y salen unos minutos (cuando abordan la caravana de los estudiantes).

2- En el fondo no estoy con mal sabor de boca porque pienso que es casi imposible hacerla peor que el Diario y me esperaba algo así... Correcta película de zombies donde abunda la sangre y las escenas gore y le meten quizás demasiada comedia, sobre todo a la hora de matar zombis.

3- Sí que es verdad que hay demasiado diálogo cargante, aburrido y que no lleva a ningún sitio pero en general es entretenida.

4- De las 3 últimas pelis hechas por Romero la mejor sin duda es La Tierra de los muertos vivientes. Me sorprende el bajón de nivel que ha pegado con estas dos (El diario y Sobreviviendo). Es que incluso Zombis Nazis (Dead Snow) que tendrá mucho menos presupuesto es mil veces mejor en todos los sentidos que esta.

Veo que le han concedido 4 estrellas....¿No es un poco exagerado?. Los protagonistas se pasan casi toda la película de "cotorreo". Esta película no tiene "ni chicha, ni limoná". Carece de ritmo. Desde luego, la isla donde se desarrolla el film es lo único que merece la pena. La fotografía no está mal. Más que pasar terror, he llorado, de lo mala que es la película. Le he montado la "pirula" a la propietaria del videoclub, por insistirme en que era una joya.
¡Es una desvergüenza para las fuerzas del mal!

No seré yo, quien afirme que este western zombie que se ha sacado de la manga el Señor Romero, signifique un antes y un después en el género, pero dado el lugar de honor que en el corazón del aficionado a tan baqueteado genero se ha ganado el Gran Romero, y que por más que le pese a algún mastuerzo desagradecido, podemos encontrar aquí su impronta y buen hacer a lo largo de todo su metraje (renovados y reinventados destellos gore marca de la casa, toques de humor "Romero" de esos que el buen y agradecido aficionado sabe reconocer de inmediato, y ese recurrente – y a mi juicio, muy acertado - en sus últimos films, germen de inteligencia en los zombies), además de una evolución lógica (dentro de lo lógico que el tema puede llegar a ser, aclaro este aspecto para evitar que la frase se confunda con esas risibles sentencias con las que los autoerigidos y risibles expertos en el tema acostumbran a dar la barrila a la que se les presenta ocasión) en comportamiento y resabios de vivos y muertos.

En resumen, entretenido y divertido western zombie, de visión obligatoria para los agradecidos a los buenos ratos que George A. Romero nos ha brindado a lo largo de los años con sus lentas pero mortíferas y aterradoras criaturas (joer, todavía estoy esperando sentir una sensación tan inquietante y desasosegante como las experimentadas - aun hoy, sobre todo con la luz apagada y a solas – con los primeros minutos de "La noche de los muertos vivientes 1968", - ¡Barbará, van a por ti!), ratos que en lo que a mí respecta impiden defenestrar sus últimas películas, y enfocar su visión en la degustación de los detalles marca de la casa que solo estas contienen (las habrá mejores y peores, pero no son de George A. Romero), que en este caso son numerosas y muy resultonas, y están rematadas de forma genial en la vacilona escena que da paso a los títulos de crédito finales.

La resistencia de los muertos es la segunda entrega de la saga remakeada (por sí mismo) que comenzó, en principio, con La noche de los muertos vivientes para empezar de nuevo, 40 años después, con El diario de los muertos.

George A. Romero escribe y dirige. No se acaba de adaptar Romero a este nuevo enfoque que él mismo quiso dar a su gran saga zombi y en La resistencia de los muertos nos presenta una trama que, además de ser bastante confusa en algunos sectores, es bastante aburridilla. Nada que no se le perdone a Romero, pero bueno, es lo que hay y hay que decirlo. Así, a grandes rasgos, La resistencia de los muertos es un ejercicio gore en el que el tema de las familias enfrentadas y ese aire western que sobrevuela toda la película, con forajidos y cowboys (y cowgirls) incluidos, sirven de marco para que empiece la fiesta. No hay mucho interés y la crítica social, siempre metida en el cine de Romero (y en cierto modo, por extensión, en el cine zombi) se reduce muchísimo hasta dejar al espectador con la duda de si apoyar a los O'Flynn o a los Muldoon. No hay mucho más, esa es la verdad.

El reparto pues bueno, ahí está. Kenneth Welsh y Richard Fitzpatrick interpretan a los cabecillas de las familias O'Flynn y Muldoon respectivamente y lo hacen con aplomo aunque aportan poco a nivel dramático pese a que sus personajes son los únicos, por su situación y su historia común, en despertar algo en el espectador. Alan Van Sprang vendría a ser el protagonista, aunque da la sensación, como casi todos sus compañeros de reparto, de estar atrapado en un cuerpo sin mucha vida al que es difícil aportar algo sin romper el molde. Devon Bostick es un secundario graciosete poco explotado que, a nivel interpretativo, podría ser el que sale mejor parado de todo el reparto. Kathleen Munroe ahí está, interpretando a una vaquera sexy sin aportar grandes cosas. Athena Karkanis, con su morbazo en dosis industriales, hace un trabajo de rol en el que la evolución no es más que una palabra de cuatro sílabas y la aportación no es más que una rima de la anterior.

Resumiendo: La resistencia de los muertos es flojucha. Entretiene, ¿eh?, tampoco nos llevemos a engaño... La cosa está en que, en determinados momentos, nos acostumbramos a un cine por parte de romero tan potente a nivel visual como poderoso a nivel mental. Y eso, aquí, pues como que no.