15 años y un día

Diálogos directos, sarcásticos, coloquiales y espontáneos (en cierta manera muy nuestros) puestos en boca de actores profesionales y agradables (los adultos, el chaval al principio no cae del todo bien pero se le termina cogiendo hasta simpatía) han hecho que no sea capaz de despegarme de la pantalla en este segundo visionado. Réplicas colmadas de cinismo y amargura. Ambientación cotidiana y costumbrista pasada por un barniz de pesadumbre (surgido debido a que hay circunstancias en la vida que no podemos controlar, en ese sentido me recuerda a otra obra de la realizadora, 'Hector').

Comienza muy bien. Resulta creíble y Maribel Verdú empieza estupenda. Sin embargo, a partir de ahí, todo parece muy trillado, plano, sin brío. Y va a peor. Todo se hace blando, manido como un telefilme de sobremesa que se ve como si no existiera. La historia deja totalmente de interesar, por vista, por falsa en su pretendido realismo. Hasta la música parece colaborar. Y hay frases sonrojantes, prefabricadas. La indiferencia se abre paso y me levanto del sofá tal cual comencé.

Películas sobre adolescentes rebeldes hemos visto muchas y a estas alturas, la película que llegue y nos cuente una historia parecida, ha de tener un hecho diferencial que llame la atención del espectador. Lo contrario es asentarse en el tópico y vivir del cuento. “Quince años y un día” intenta desmarcarse de los tópico y entrar en un terreno mas humanista, mas cercano, pero se queda a medias. La película funciona porque es agradable de ver, los actores principales están perfectos y el drama molesta menos de lo que el espectador espera. “Quince años y un día” se asienta en la relación personal de nieto y abuelo pero huye de conflictos generacionales y se centra en porque somos comos somos (o que nos mueve a hacer lo que hacemos), la pena es que no sabe desarrollar esa idea a fondo y a media película pierde el rumbo un tramo final a lo thriller policíaco que empuja la película pero la separa de sus intenciones originales. Tito Valverde está esplendido y el adolescente interpretado por Arón Piper cumple su cometido. Personalmente no es el tipo de películas que me atraen pero esta en concreto, huye del drama torturado y nos muestra la rebeldía para, a continuación, enseñarnos sus consecuencias. El problema es que todo en “Quince años y un día” parece apagado. Ese humanismo se le va de las manos a Gracia Querejeta y acaba cayendo en lo gris. Como si no hubiese sabido encontrar el contrapunto adecuado a la tragedia y pretende recuperar el pulso con una trama paralela policíaca que no ayuda demasiado porque convierte lo que hasta ese momento tenía cierto valor artístico en una película mas con un final edulcorado y previsible.
A pesar de todo esto, “Quince años y un día” es una película para disfrutar, una historia donde la mayoría de los espectadores encontrarán un lugar donde estar cómodos. Una buena historia, bien rodada y agradable de ver.

En mi opinión la película de Gracia Querejeta se pude ver, es bastante interesante para el espectador, contando la historia de un adolescente conflictivo, que va acompañado de un buen guión que quizás pudieron haberlo explotado algo más. La interpretación de Maribel Verdú es estupenda, como ya nos tiene acostumbrada esta gran actriz del cine estatal, Tito Valverde esta en su linea, bien, al igual que la del joven Arón Piper que para ser su primer largometraje esta bien.

A Jon, un adolescente rebelde y conflictivo, lo envía su madre a vivir con su abuelo Max, un militar retirado que estuvo en la guerra de Bosnia, y que ahora vive en un pueblo de la Costa de la Luz. Cuando Jon es expulsado del colegio, su madre piensa que quizá Max pueda enderezarlo. Pero a Jon le gusta vivir peligrosamente, y su abuelo se ha convertido en un hombre de costumbres tranquilas. Los dos tendrán que enfrentarse a sus limitaciones y a sus miedos.



Triunfadora en el pasado festival de Málaga con premios a mejor película y mejor guión, "15 Años Y Un Día" llegaba al público como una de esas pequeñas pinceladas de arte oculto, parcialmente independientes y siempre con toques humanos y carismáticos, pero el resultado final tras vislumbrar todo lo que la película ofrece, es un poco amargo y descafeinado.
Los resultados de taquilla no han sido muy resultones para la película de Gracia Querejeta, pero eso no es ninguna novedad en los tiempos que corren en nuestro cine. Dejando a un lado la taquilla y centrándonos en el reconocimiento de la crítica, la cinta que hoy nos ocupa no ha sido especialmente aclamada, salvo por ciertos sectores muy aislados, entre los que destaca la Academia de Cine, que ha creido conveniente nominar al film a siete Goyas, incluyendo el de mejor película y mejor director.
¿Son acertadas estas nominaciones? Lo cierto es que nuestro cine no ha sido tan bollante este año como el pasado 2012, por esta razón, ciertas películas han sido ligeramente sobrevaloradas para poder rellenar algunas categorías de los premios más importantes del cine español. "15 Años Y Un Día" es una de ellas. ¿Es buena película? Sí. ¿Tanto como para optar a galardones de tanto nivel como algunos de los Goya a los que está nominada? No.
En parte es por una dirección de Gracia Querejeta demasiado empeñada en hacer parecer a sus personajes extremadamente realistas, obligando a algunas situaciones a quedar muy descolocadas dentro de una historia que deriva de su trama principal en muchas ocasiones para centrarse en otras subtramas que nunca llegan a explicarse y hacen del conjunto un pastiche algo más confuso de lo que debería ser.
Los personajes están bien estructurados sí, tanto sus emociones personales como sus impulsos, pero esto sólo sirve para argumentar acerca de los tres principales protagonistas, ya que todo el elenco de secundarios es más bien sobrio y sin detalle salvo algunas excepciones.
En el guión también encontramos situaciones algo desconcertantes y diálogos forzados, especialmente de estos secundarios, que dejan ese realismo que pretende Querejeta apartado durante unos instantes.
Pero al igual que existen estos diálogos forzados y sin chispa, también tenemos escenas impactantes, en especial esa en la que Marivel Verdú mantiene un monólogo durante más de cuatro minutos, destapando emociones y sentimientos muy poderosos en su personaje.

¿Actuaciones? Correctas las de algunos secundarios y la de Arón Piper, buena la de Marivel Verdú, aunque en mi opinión no lo suficiente para optar a un Goya, salvo por la escena anteriormente mencionada. Notable la de Tito Valverde, nominado a mejor interpretación masculina protagonista, con verdaderos momentos de lucidez, aunque con subtramas personales que nada aportan a la trama principal,

La fotografía de la película es buena, pero una vez más, insuficiente a mi parecer para optar a un Goya en esta categoría.
La música de Pablo Salinas deja momentos interesantes y algunos notables, aunque peca de vacía e inexsistente en los momentos más tensos del film. Vestuario y maquillaje correcto, poco que añadir.

6/10 para una de las grandes favoritas a los Goya en este 2014. Sobrevalorada en mi humilde opinión en muchos aspectos, brillante y sobresaliente en otros. Al final el conjunto queda compensado de una forma adecuada otorgándole un resultado satisfactorio.

Lo Mejor: El trasfondo humano que refleja la cinta en sus momentos cumbre.
Lo Peor: El montaje de la película, muy por debajo de lo que podíamos esperar.

Para más críticas entrad en www.criticasdecinejorge.blogspot.com ¡Muchas Gracias!