Morning Glory

Típica y gastada comedia ligera (esto ya lo hemos visto muchas veces y mejor en películas como "El diablo viste de Prada", "Armas de Mujer", etc.) sobre la joven trabajadora recién llegada a una empresa que irá evolucionando (tras toparse con el duro y cabroncete mundo laboral) de ingenua y bienintencionada emprendedora a poco escrupulosa y airada adicta al trabajo.

En esta ocasión, la protagonista Becky (una joven productora ejecutiva interpretada por McAdams) deberá salvar a un horrendo programa matinal de la ruina y la cancelación. Para ello no dudará en planear cualquier estrambótica idea que sea capaz de dar audiencia al programa. La clave del éxito o el fracaso está en Mike Pomeroy (Harrison Ford), una antigüa y acabada leyenda de los informativos que se incorpora a regañadientes y por dinero a este vergonzoso magazine.

"Morning Glory" no es una gran comedia con la que el espectador vaya a sorprenderse, no ofrece situaciones inesperadas, diálogos ingeniosos o una sátira arriesgada. La mayoría de los momentos que envuelven a la protagonista se caracterizan por su simpleza y su previsibilidad, por su escasa originalidad y poca profundidad. Es de esas películas que dejan sensación de dejavú... como si todas las situaciones (tratadas tan boba y cándidamente como siempre) que envuelven a la joven Becky las hubiéramos visto demasiado (simplón romance en la cuerda floja por culpa del trabajo, relación de amor/odio con el reputado profesional lleno de ego, etc.). Es de esas películas en las que cuando un personaje gira la cabeza hacia atrás, sabemos antes que él a quien se va a encontrar "por sorpresa".

Pero por lo menos es un cinta entretenida, que transmite el optimismo y la relajación que toda comedia debe transmitir (gracias a alegres y acertadas canciones, una fotografía colorista, un guión ligero pero inofensivo, y unas actuaciones que son simpaticonas sin ser tampoco memorables). Es cierto que el film no hace reir tanto como se hubiera podido esperar, pero al menos hace pasar un rato agradable. El mundo de detrás de las cámaras también está muy bien recreado aportando un toque irreverente muy agradecido.

"Morning Glory" es un producto positivo, entretenido y a (pocos) ratos graciosillo; pero que tiene problemas con un guión tan previsible, inocente y cándido que hace que todo parezca demasiado visto. Esta comedia solo empieza a triunfar en su último tercio, cuando los recursos para salvar al magazine comienzan a ser tan estrambóticos que algunos momentos resultan hilarantes. Y es que "Morning Glory" es como el magazine que describe: una especie "Sálvame" que no es capaz de triunfar teniendo a todos sus invitados sentados y conversando civilizadamente de forma previsible... y que solo triunfa cuando se rompen las barreras de la fórmula para poder ver a la Esteban haciendo el tonto y a Karmele cantando.

En fin. Recomendable para pasar un rato medianamente agradable y ameno, pero poco más.

Lo mejor: ...

Una comedia ligera, que se deja ver y disfrutar. Una Rachel McAdams soberbia en su papel, algunas veces exagerada pero sin caer en el "histrionismo" de la Hattaway u otras. Harrison Ford no actúa, él es así de "impresentable" en su vida real. Diane Keaton, una diosa de la comedia que todo lo que hace lo hace con dignidad -aunque sea hacer el ridículo-. Goldblum, bueno, ahí está, desperdiciado, pero cobrando. En fin, una película divertida, blandita, con una parte media de escenas excesivamente ridículas -por las situaciones "increíbles" del hombre del tiempo- de demasiado "humor yanqui" -para mí, sinónimo de "bobo", "poco inteligente"-. Es la parte que más "afea" la película.
No hubiera estado mal explotar más la "relación" entre Ford y Keaton; podría haber hecho subir mucho a la película.
Para verla en casa.

LO MEJOR: La actuación de la McAdams.

LO PEOR: Las escenas del hombre del tiempo haciendo el ridículo.

Agradable comedieta que sabes, en todo momento, que va a pasar. Completamente predecible. Y a mayor gloria de Rachel McAdams, ya que todos los demás actores parecen secundarios sensu stricto. Apenas tienen papel. Por ejemplo, no sabemos nada de Diane Keaton fuera del estudio. Y sí, vemos la tele por dentro, lo que nos quieren vender como real. Es la herencia de "Al filo de la noticia".

Sin duda es una película alimenticia para sus grandes estrellas -Ford, Keaton- y poco más. No nos van a sorprender con nada. Se ve mientras planchas, o estás acabando un trabajo en el ordenador o bien escribiendo la crítica de otra película para Filmaffinity. Ayyyy, señor, y pensar que Harrison Ford llenaba cines...

A simple vista, el cartel promete. Uno se imagina una relación difícil, a veces tirante entre dos estrellas de la televisión, y que tiene como árbitro a una joven y dedicada productora. Este es la película que podríamos haber visto y que nos sugiere el cartel. Pero no es así.

Lo que podría haber sido una ácida crítica hacia el mundo de la televisión se convierte en una comedia dramática y endeble fácilmente digerible por aquel que espere justo esto. Para el resto, es probable que no les decepcione, pero seguramente querrían hacer algunos cambios.

Apoyándose en las muecas de Ford (tiene alguna buena frase) y el mutismo de Keaton, la historia transcurre sin apenas altibajos, con un sentido regular que se intenta romper con el excesivo nerviosismo de McAdams, algo sobreactuada. Es posible que se quiera dar a entender que es una profesión estresante, pero son muchos los tics utilizados.

Mientras van y vienen tomando cafés y las largas noches de trabajo dan lugar a interminables días también de trabajo, todos aquellos cabos que quedaban sueltos por el camino van confluyendo para terminar atándose en un final previsible e inofensivo.

Todos conocemos los ingredientes de algunos platos populares millones de veces preparados y degustados, pero no todos somos capaces de prepararlos y mucho menos de que estén en su punto. Es decir que por muy trillado que este un producto hay que saber hacerlo y que funcione. Morning Glory es uno de esos platos. Sencillo, del gusto de la mayoría de los paladares populares y que nos deja satisfechos sin que tengamos que haber utilizado de forma complicada ningún cubierto especial.
Este cuento amable y bienintencionado, entretiene y divierte sin profundizar en nada que no sea el buen rollito entre una blancanieves que tiene que poner orden en la casa de los enanitos catódicos que solo piensan en sacar diamantes de la mina a costa de lo que sea pero que en el fondo son encantadores. Harrison Ford se pone el gorro de Gruñón al servicio del cuento, secundado por Diane Keaton. Todo un lujo. Goldblun últimamente se prodiga poco pero se hace notar y al final todos pasamos un buen rato hasta que lleguemos a casa y conectemos cualquier programa de la telebasura.
jcelziete.blogspot.com