El gran halcón

Al principio parece que la peli va a ser entretenida, el mejor ladrón de guante blanco vuelve a sus cabales... y Bruce Willis llama la atención siempre con su caracterización tan peculiar.
Pero cuando empiezas a ver escenas tan patéticas y con tan poca gracia, y esos personajes "malvados" que arruinan literalmente el argumento, empiezas a creer que sería mejor apagar la tele. Pero yo me quedo a ver como termina el robo del codigo Da Vinci, por curiosidad.

El gran halcón tuvo el dudoso honor de ganar el razzie a la peor película del 91. Normalmente estos premios se suelen otorgar a películas de gran presupuesto de las que se espera mucho y acaban repudiadas por el público estrellándose en la taquilla. Hudson Hawk no me pareció mala, puede que en el fondo sea una tontería pero está bien hecha y entretiene que no es poco. Fue un caro capricho de Bruce Willis, que aprovechando el tirón taquillero de sus películas en esa época, convenció al productor al que hizo rico, Joel Silver, para producir la película.

El guionista de Jungla de cristal, Steven E. De Souza, fue el encargado de dar forma al argumento ideado por Willis. La trama es disparatada y surrealista pero si te dejas llevar la película se ve con sumo gusto. Contiene escenas divertidas y entre Aiello y Willis hay química. El guión da muchas vueltas y nada es lo que parece, son esos giros argumentales los que acaban por despistar al espectador pero en un film tan estrambótico como éste quedan perdonados.

Lo que menos me gustó fueron las exageradas interpretaciones de Richard E. Grant y Sandra Bernhard, sus extravagancias acaban por resultar cansinas. Pero lo demás sirve para echarse unas risas sin complejos y prejuicios sobre todo, si te gusta Bruce Willis, cuya vena cómica queda potenciada por el estupendo trabajo de doblaje de Ramón Langa, su doblador habitual.

Por todo ello considero que el razzie lo ganó desmerecidamente y su fracaso comercial fue injusto. Candidatas aquel año al antioscar no faltaron, como por ejemplo: Los inmortales II o El imperio del mal.

Una de las películas con más giros de guión que he visto, ningún personaje dice la verdad sobre si mismo. Lo malo no es que cambie tanto de parecer sino que lo haga con tan poca gracia, es decir, es una comedia negra que no funciona como tal, sus exageraciones se ven desproporcionadas y absolutamente fuera de lugar, por no hablar de la poca gracia y empatía que generan.

Los actores cumplen con su cometido pero los diálogos con gracia son pocos (no digo que no los haya) y las escenas con buenos gags llegan recién al final cuando el espectador está bastante aburrido y con ganas de irse a dormir.

Desde lo técnico tampoco hay gran destaque, sobre todo si nos fijamos en el supuesto presupuesto asignado a la producción.

Lo mejor: los personajes (aunque exagerados) de Grant y Bernhard.
Lo peor: la meseta aburrida que se genera durante el segundo y tercer cuarto del flm.

A pesar de haber sido un fracaso de taquilla en el momento de su estreno estamos ante una pelicula que ha ganado con el paso del tiempo, ya que actualmente no se hacen peliculas tan entretenidas y desenfadadas como esta.
Ver a Bruce Willis haciendo de héroe-ladron simpático sin tomarse en serio es una autentica delicia.
El guion del gran Steven E de Souza es una maravilla la peli es original y se pasa volando , verla hoy en dia solo nos hace recordar aquella época de finales de los 80 y primeros 90 en la que el cine era puro entretenimiento. Lo dicho si te gusta el Bruce Willis en plena forma de su primera época esta es un pelicula casi de culto.

Casi siempre a Bruce Willis se le ha encasillado en papeles dignos de interpretar en películas de acción desbordante (La Jungla de Cristal; el Último Boy Scout; Persecución Mortal; El Quinto Elemento; los Mercenarios, etc…) pero cuando su carrera empezaba a ser fructífera ya era todo un comediante que se había paseado en la galería de Blake Edwars y su desternillante “Cita a Ciegas” (Blind Date, 1987) después de la buena acogida televisiva que obtuvo en su interpretación en la serie televisiva “Luz de Luna” al lado de Cybill Sheperd, dado que fue el trampolín decisivo en su carrera. Y por no decir que durante años ha entremezclado varios papeles que van desde la desfachatez del tipo duro al cómico forzado. Y esta amarga combinación le sale rana en “El Gran Halcón”.

La película se concibe indiscutiblemente como un sofrito alimenticio en que la aventura, la acción y las dosis de, mala comedia, se chocan. El personaje de Willis, un ladrón de guante blanco apodado “Halcón”, sale de la prisión después de diez años con la intención de llevar su vida a buen puerto compartiendo el negocio de un bar de copas con su socio Tommy (Danny Aiello). Pero la banda de Cesar Mario (Frank Stallone), apoyados por un híbrido de mayordómo asesino le obliga a emprender un viaje relámpago a Italia con la intención de robar unas reliquias ecuestres de Leonardo Da Vinci que esconden un secreto bien guardado: unos cristales que pueden convertir en oro todo lo que reluce… El Vaticano y la CIA más corrupta no dudarán en ir tras él…

Film únicamente destinado a entretener que en los años ha ido recayendo en simpatía, porque en su momento fue un fracaso comercial de lo más estrepitoso que se había visto en años. Pero goza de buenos momentos.