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The Old Man & the Gun

Drama. Comedia Narra una historia real, la de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. (FILMAFFINITY)
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Críticas 61
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la vida real del ladrón Forrest Tucker, quien siempre, además, logró escapar de las cárceles donde estuvo detenido, narra los últimos golpes de su vida en el medio oeste americano, a la par que inicia un otoñal romance con Jewell, una criadora de caballos.
No obstante ello, el film es mucho más que eso. Es también la despedida de Robert Redford como actor cinematográfico, una leyenda viva del cine americano que en los años 70 se volvió uno de los actores más taquilleros de aquel momento con películas como Descalzos en el Parque acompañado por Jane Fonda, Nuestros Años Felices con Barbra Streinsand, o Butch Cassidy con Paul Newman. Años más tarde, en 1980, también debutó exitosamente como director cinematográfico ganando el Oscar por Gente Como Uno.
Un Ladrón con Estilo (The Old Man and The Gun) es anunciada como su última película, la de su retiro de la actuación cinematográfica. Y la leyenda Redford evoca aquí a otra leyenda, un ladrón de bancos al que le no le gusta la violencia, y pese a ir armado, intenta no utilizar nunca armas de fuego para lograr su objetivo. La película no plantea cuestiones morales. Tucker, su personaje, es simplemente un ladrón, y sus andanzas la hacen sumamente entretenida porque, además, se basa en hechos reales que protagonizó el delincuente Forrest Tucker, un convicto que logró evadirse nada menos que de la mítica cárcel de San Quentin.
Redford no se apodera de la vida de Tucker sino de su leyenda y construye un personaje, minuciosamente, a su medida. Un hombre que roba por el placer de robar. Nunca dispara una bala, nunca mata a nadie, pero logra robar muchos bancos en el medio oeste americano. Vivió del producido de sus robos y tampoco le interesó acumular dinero. Era alguien que simplemente disfrutaba de la vida haciendo lo que más le gustaba. La idea marca un sentido de la libertad más allá de cualquier convencionalismo. Era como el trapecista que se columpia sin red. Tucker robaba bancos por el placer de robar, por la astucia que desarrollaba en cada robo. Si lo agarraban, pagaba con la cárcel. En ese caso, contaba con la fuga. Un hombre que siempre vivía al límite de sus posibilidades.
Los personajes parecieran estar ligados al riesgo mismo que representa el hecho de vivir. Así como Tucker encuentra el sentido de la vida robando bancos y escapándose reiteradamente de las cárceles, su mayor perseguidor, el policía John Hunt (muy bien interpretado por Cassey Affleck), está obsesionado por detener a Tucker transformándose en la otra cara de una misma moneda. Así vista, la película esta contando la historia de dos obsesivos. Cada uno de un lado diferente, separados por el fino hilo de la ley. Ambos están dispuesto a todo con tal de alcanzar su objetivo. La vida como un juego. El juego del gato y el ratón.
El film parece preguntarle al espectador qué es lo políticamente correcto. Inclusive, cuando la película promedia bien valdría la pena pararla y preguntarle a espectador de qué lado está. Y posiblemente la respuesta encuentre un favorable y más que contundente respaldo a favor del personaje de Redford. Porqué ocurre esto si todos nosotros somos ciudadanos que respetamos minuciosamente la ley? Qué ve el policía Hunt en el ladrón Tucker? ¿Será, acaso un espíritu de libertad que es inalcanzable para él? El policía Hunt es un hombre común que trabaja y vive guiado y sometido por el imperio de la ley.
La cuestión es que Tucker, que se retiró después de los 70 años, amaba su trabajo. Lo hacía sentir un artista más que un trabajador. Cada robo era un desafío donde ponía en práctica una forma de robar diferente. Incluso amaba improvisar. Esto lo alejaba de cualquier tipo de rutina y cada robo era, como en el arte, una obra diferente.
En la película, la vida para Tucker parece un juego en el que siempre está al borde de un abismo. Incluso, cuando ya cumplidos los 70 años se cruza en su camino Jewell, una criadora de caballos que tiene un rancho en la zona, la relación que entabla con ella es pura seducción y magnetismo. Como si esa relación fuera simplemente otro juego más, el juego de un gran seductor, incluso, un juego a secas. Porque para Tucker la vida no es un drama sino un juego. Tucker juega con Jewell hasta que se da cuenta que ella, como mujer, no quiere jugar sino busca una relación estable. Ella quiere encontrar al hombre. En ese momento de la película, él es detenido una vez más va a la cárcel y su juego vuelve a empezar.
En otro momento del film, Jewell le pregunta si ha tenido hijos. Tucker le responde “espero que no”. En esa frase, no solo pareciera marcar una distancia de Jewell sino también enfatiza en una cualidad muy americana: el héroe viril, solitario, individual: el héroe americano. Una cualidad que caracteriza a dicha sociedad e incluso explica parte de su bonanza, posiblemente emparentada con el modelo anglosajón con el que se desarrolló la mayor parte de los Estados Unidos.
En todo momento el film es una gran elegía sobre la libertad absoluta, aquella fuera de toda norma, ya sea sociales, legales, religiosas, o morales. Tucker es, ante todo, un hombre libre. Eso lo hace un hombre feliz. Redford pareciera replicarlo. Festeja, esta, su última película como actor, feliz de haber realizado una carrera exitosa, que seguramente se extiende también a su labor como productor y director, actividades en las cuales también ha cosechado tanto méritos como éxitos. Él también ha logrado la libertad de hacer lo que quiso hacer.
Con un muy buen guión de su autoría y una rítmica dirección, David Lowery saca adelante el film de Redford (también productor) acompañado de un grupo de actores entre los que lucen Sissy Spacek, Cassey Affleck, Danny Glober, Tom Waits, y Keith Carradine, desenmascarando otro juego que es el juego propio del cine. Una realidad virtual que nos permite reflexionar sobre la vida… y nosotros mismos, sus actores.
Charly Barny
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5 de diciembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El último adiós a Robert Redford es más que gratificante y sumamente positivo, quizás el nombre de la cinta como tal no llama la atención pero realmente "The Old Man & the Gun" es un peliculón de pies a cabeza donde uno se va a divertir y entretener sin lugar a dudas al 100%. Un poco de comedia, un poco de crimen, drama y situaciones de robos sumamente intensas y graciosas a la vez, todo eso combinado de una forma espectacular que hacen disfrutar todavía aún más la película.

Robert se destaca de principio a fin, con un carisma y una sencillez que deja perplejo a cualquiera que vea esta cinta. A fin de cuentas termina siendo un "adulto de 60 años... bastante amable", tal como lo tildan en la historia en base a ciertos momentos. Los demás personajes logran interesar bastante y si bien no todos terminan teniendo un trasfondo al 100%, todos hacen que nos llevemos algo de ellos y sus grandes actuaciones. Hay una muy buena química.

Ni hablar de la banda sonora y la ambientación que presenta la trama, si, no será muy original ya que la hemos visto miles de veces ya, pero vamos, calza perfecto con la trama, los personajes y obviamente lo que se narra basado en un suceso real. La fotografía es fantástica. 

En resumen, "The Old Man & the Gun" puede no ser la mejor película del año, ni de la década, pero es una de las mejores despedidas que pudo tener Redford. Una trama sencilla, entretenida y divertida de principio a fin.

www.conpochoclos.com
ConPochoclos
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3 de septiembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entrañable película sobre la vida de un atracador que no puede parar de delinquir porque le hace feliz, porque disfruta burlando la ley, un transgresor que vive la vida al limite, Hay una frase del protagonista que dice algo así como que no se trata de ganarse la vida, se trata de vivirla.
Esa parte romántica del personaje, un atracador que transmite paz, felicidad, que disfruta con lo que hace. Todo me parece poco real, poco creíble, pero es la ultima película que rueda Robert Redford, todo se le perdona a este gran actor, uno de los últimos iconos del Hollywood de los setenta.
La retirada de los escenarios, de las pantallas de uno de los actores mas famosos del mundo, Robert Redford ha sido sinónimo de belleza masculina durante varias generaciones, un sex simbol. Él y Paul Newman marcaron una generación y rodaron varias películas juntos que les hicieron mas grandes a ambos.
Una proposición indecente, Habana, Memorias de Africa, Brubaker, El mejor Gran Gatsby, El golpe, Descalzos en el parque, Dos hombres y un destino y Las aventuras de Jeremiah Johnson. La filmografía de este actor merece un homenaje. Como director no llega a la altura de su coetáneo (mas, menos), Clint Eastwood, pero hizo sus pinitos.
La actuación de Robert Redford es impecable, un ladrón de bancos tan educado y encantador que solo el podría endulzar tanto a un personaje. Sus compañeros de reparto son Sisst Spacek, una actriz icono del cine de terror que es un ligue perfecto para un anciano que un día fue el referente de belleza masculino.
Completa el reparto Casey Affleck, una actor que me impactó en la película Manchester frente al mar.

Me ha llamado la atención el cambio del titulo de ingles al cine español, no se lo que habrá cobrado el responsable de ese cambio, pero envidio su trabajo.

Ultimo trabajo del cazador de osos, del jugador de póquer con ventaja, de uno de los dos hombres que compartían destino y del que anduvo descalzo por amor, por el parque.
pikuet
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13 de octubre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta el cine de este tejano de 38 años que no le hace ascos a ningún género y que igual le mete mano a un western trágico como "En un lugar sin ley" que se atreve con un remake de Disney "Peter y el Dragón". Y en ambas sale igual de airoso como director y guionista. Disney le ha premiado con su nueva versión de Peter Pan, un reto que va a dar la auténtica medida de Lowery. Su estilo suave y dúctil se adapta a la historia como aquellos grandes directores, Michael Curtiz o William Wyller a los que se tachaba de simples artesanos. Y es que de momento confirma con este homenaje a Redford que su cine tiene influencias muy actuales pero sin perder el aroma a clásico. 

La historia real del atracador de bancos Forrest Tucker o su versión del articulo escrito en el 2003 sobre el personaje para The New Yorker por David Grann solo toma auténtica dimensión cuando Lowery entiende que el personaje de Tucker y su empeño por vivir la vida tal como le gusta por muchos riesgos que conlleve se transmuta paralela a la del propio Redford como icono de un cine en peligro de extinción tan seductor, pícaro e irresistiblemente  embaucador como él. Paradigma del galán cinematográfico Redford ha dejado claro en su brillante carrera como actor y director que no fue ni es solo un rostro agraciado o una buena percha. Sus interpretaciones no podían compararse con Pacino o De Niro pero su capacidad para traspasar la pantalla y que empatizaramos con sus personajes son envidiables como pocos. Ahora a sus 83 años dice que se retira y Lowery le ha construido un memorial perfecto y entrañable plagado de referencias a sus carrera en el que le acompaña como partenaire (su mejor pareja fue Paul Newman) la siempre genial Sissy Spacek que le mira con el amor y el respeto de todo un público que le acompañamos descalzos por el parque o quisimos protegerle de la jauría humana.

Este chico rebelde y bohemio de california no estaba especialmente interesado en la interpretación. Cuando empezó en la tele su padre le dijo: ¿Por qué no te buscas un trabajo de verdad?. Y vaya si lo hizo. Del teatro al cine donde ya cumplidos los 30 comenzó una leyenda que a poco que le aguante el cuerpo hará como Forrest Tucker y saldrá a robarnos amablemente el corazón.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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1 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que describe muy bien el histórico criminal que fue conocido por su modus operandi determinado por la buena educación y la sonrisa que ponía cuando atracaba y cuando le cogían. Muy bonita película y muy bien desarrollada para estar basada en un artículo escrito en el New York Times junto al historial de Forrest Tucker. La interpretación de Robert Redford está muy bien pero también me ha gustado mucho la de Sissy Spacek y Cassey Affleck. Y si hablamos de Elizabeth Moss, lo poco que sale se come la pantalla, es increíble la forma de gesticulizar y expresarse que posee en cada escena que interpreta, sabe muy bien como exteriorizar cada actuación. Película divertida, con toques de comedia escasos pero muy bien compaginados y un acercamiento a la historia del protagonista sin prejuicios, invirtiendo solo el tiempo en representar lo mas verosímil posible.
Ismael Alzola
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