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La bella de Moscú

Musical. Romance Un compositor ruso que vive en París recibe el encargo de una productora norteamericana para que ponga música a una de sus películas. Remake en versión musical del clásico "Ninotchka". (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
8 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake musical del magnífico film de Lubitsch " Ninotchka". Con el gran Fred Astaire y la no menos extraordinaria Cyd Charisse para deleitarnos con sus danzas. Con música del gran Cole Porter. Una sátira del comunismo ( hay que ver cómo se cabrean algunos, relajémonos un poco, hombre), donde también Mamoulian reparte un poquito al sistema capitalista y las criaturas que engendra, encarnado en el personaje de Janis Paige. Parecería que lo tuviera todo de su parte para ser una gran comedia y un gran musical...pero no.
Si nos ponemos a valorarla como comedia, quizá no deberíamos, pero es inevitable que recordemos la de Lubitsch. ¿ La podemos olvidar acaso?. Y los tres actores que hacen de moscovitas...Por aquí parecen opinar distinto pero a mí me ha causado mucho dolor ver a un Peter Lorre tan deteriorado ejercer este papel. El único que se salva un poco es Jules Munshin que es quien lleva el peso cómico de la situación, aunque tampoco lo suficiente. También creo que a Janis Paige se le podía haber sacado más jugo...Todos ellos tienen unas cuantas frases ocurrentes que nos van a hacer sonreír pero yo no he podido evitar desear otro reparto.
Y con respecto al humor también es algo irregular. Tiene algunos chistes brillantes, sobre todo, en su primera parte, luego va adquiriendo un tono más serio a medida que se va desarrollando el romance y pierde gracia.
Con respecto a su valía como musical.. Tiene algunos números destacables, como el de la transformación de la funcional agente en bello cisne con el cambio de medias, la elegante danza que sostienen Fred Y Cyd cuando ésta sucumbe a los cantos de seducción de aquel, el número más moderno que protagoniza Cyd en su vivienda compartida de Moscú con sus convecinos y unos cuantos más..., que la hacen merecedora de un puesto destacado en su género, aunque todavía lejos de las grandes en mi opinión. Estos dos eran enormes y da gusto verlos bailar pero yo sigo apreciándolos más en otras películas. Aún así esta cinta es muy recomendable a los amantes del género, no cabe duda, y la van a disfrutar.
Izeta
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17 de diciembre de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
todos menos Fred Astaire. Las mujeres, al menos las parisinas, son todas medio putas o putas enteras. Los rusos son todos subnormales, y la KGB no existió o era una panda de corderitos (subnormales). La verdad es que sólo he visto veinte minutos de esta película, y no voy a seguir porque me voy a cabrear mucho; es más, por razones largas de explicar acabo de ver una película de Lina Morgan que me ha sorprendido sobremanera, entre otras cosas por feminista -dentro de un orden- a la que he puesto un 6, sin que sirva de precedente. En comparación, esta es mucho más retrógrada.

Para ser coherente, le he cambiado también la nota a Ninotchka de un sobresaliente a un suspenso. En lo que he visto, las bailarinas son muy buenas -y todavía no había bailado Charisse-, el vestuario fastuoso, la fotografía y el color inimitables, y la música excelente; pero no voy a ver más. No creo que la cosa tenga gracia hoy en día para nadie, la verdad; ni exsoviéticos, ni mujeres, ni parisinas, ni amantes del cine con dos dedos de frente, porque soy de la convicción de que no se puede amar de verdad sin inteligencia; y es una pena, porque la peli apuntaba maneras en música y baile.

En definitiva, una película para yankis obsesionados con la Unión Soviética y para espectadores en general sin estudios primarios.
Helena
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8 de junio de 2023
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137/20(21/05/23) Desequilibrada comedia romántica musical, remake torpón de la gran “Ninotchka” de 1939 del gran Ernst Lubitsch, donde precisamente lo que más falla es la historia, sosteniéndose por una carismática pareja protagonista en las figuras del mejor bailarín de la historia (con el permiso de Gene Kelly), Fred Astaire a sus 58 años demuestra sus innatas habilidades para todo tipo de danzas imaginativas, junto a la talentosa (e infravalorada) Cyd Charisse, repetían emparejamiento tras el éxito de "Melodías de Broadway 1955" (1953), teniendo bailes ambos y por separado notables, en esto tiene atractivo el film, en los exquisitos bailes algunos que quedan para el recuerdo; a destacar también la presencia de un divertidísimo Peter Lorre (el mítico psycho-killer pedófilo de “M”, el asesino de “El hombre que sabía demasiado” el viscoso ladrón Ugarte de “Casablanca”) como parte del trío soviético de pícaros, Antológico su mantra de baile agarrado a una silla de sobacos y el otro brazo en una mesa estirando los pies en modo de baile ruso, y con algo siempre en la boca, se nota tan fuera de lugar en los bailes, epítome es el sarcástico ‘Siberia’, busca el bolsillo para meter la mano, como sus compañeros, y al final desiste de modo sibilino, espectacular en su picardía y bon vivant (llega una noche de madrugada y esgrime ante los camaradas que ha estado haciéndose la manicura, y responde con flema: "No puedo dormir con las uñas largas"; también reseñable la presencia (infrautilizada) de Janis Paige como una diva tontorrona de Hollywood (parodia indisimulada de Esther Williams cuando le preguntan por sus películas de bailes acuáticos), jocosa en las respuestas a los periodistas cuando le cuestiona sobre hombres (‘Solo somos buenos amigos’, dice esto incluso cuando le preguntan por gente famosa muerta como Tolstoi), haciendo pareja con Fred Astaire en el burlón y muy jocoso tema "Stereophonic Sound", teniendo otro notable tramo en el tema guiñolesco “Josephine”, actuación tan histriónica como fogosamente atractiva, lástima que en el tramo final se quede fuera.

Última dirección del georgiano Rouben Mamoulian (“Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, “La Reina Cristina” o “La Marca del Zorro”). Adaptan “Ninotchka” Leonard Gershe (“Una cara con ángel”) y Leonard Spigelgass (“La calle del misterio”), basándose en el musical teatral de 1955 homónimo (Silk Stockings) de George S. Kaufman-Leueen McGrath-Abe Burrows-Cole Porter, manteniendo la trama del film ‘lubitschhiano’ (aunque cambiando la nacionalidad del pretendienta de Ninotchka de francés a estadounidense, y es que a pesar de ocurrir el grueso de la trama en la capital gabacha, no aparece galo alguno) y agrega partitura de Cole Porter, presenta docena de melodías, con arreglos de André Previn (Ganador de 4 Oscar y 10 Grammy), y bailes cuentan con vistosas coreografías de Hermes Pan (colaborador habitual de Astaire desde 1933, participó en 17 de los 31 musicales del bailarín, hasta el último con “Finnian’s Rainbow” en 1968), añadiendo con respecto al musical de Broadway la nueva canción "The Ritz Roll and Rock", parodia del entonces emergente rock and roll (Elvis Presley estaba en todo lo suyo con su éxito del año anterior “Love me tender” y con el de ese mismo año, el mítico “rock de la cárcel”). De modo brillante Astaire combina su frac y sombrero de copa con el emergente rock, termina con Astaire rompiendo simbólicamente su sombrero de copa, elemento considerado una de sus marcas, gritando con ello alegóricamente que dejaba las películas musicales (al menos lo hizo para las de la MGM), y erigiéndose en momento parteaguas, al dar fin a una era y el comienzo de otra. Aunque Fred volvería al género 11 años después con Francis Ford Coppola y su “El valle del arco iris” (1967).

Cinta con efluvios a la Guerra Fría, visión ridiculizante de los soviéticos, no lejos de la realidad sus planteamientos, haciendo chanzas de la tiranía del régimen, de sus deportaciones al Gulag, hacen burlas de las deportaciones, de las represalias a las familias como chantaje, de las estancias donde se hacinaban familias en pocos metros cuadrados, de los espías domésticos, se ríen de la frugalidad austera en que viven. Son pellizquitos sin mucha mordacidad, se quedan en la superficie, retratando al estado soviet como algo cuasi infantil en su puritanismo. Ello contraponiéndolo al modo de vida occidental hedonista, de disfrutar de la vida, de los pequeños (o grandes) lujos, del amor puro, de su libertad. Aunque también se miran el ombligo (de modo superficial) en momentos como cuando Ninotchka comenta que los que hacen la película “Guerra Y Paz” pueden llegar a cambiar el final para que ganen los franceses, o como son capaces de cambiar música clásica por música moderna, en como hacen coña de las nuevas tecnologías con el tema "Stereophonic Sound", o en cómo se burlan del floreciente entonces Rock and Roll.

Por supuesto que no se puede comparar ni de lejos con el referente original “Ninotchcka”, no más allá de ser un afiche, carece de la chispa, del ingenio, carece del humor orgánico, todo se siente manufacturado, así como en el nivel romántico resulta impostado, fluye sin calor alguno, todo por imperativo del guion. Hay una sub trama atropellada sobre el compositor ruso, metida con fórceps, este no tiene su reflejo en la original, donde el deux machine eran simplemente el reclamo de unas joyas por parte de los soviéticos, aquí se lían con esta sub trama; No aprovechan para innovar con respecto a la original, rodando en París, esto podría haber dado sentido al remake (el de Lubitsch tampoco se filmó en la Ciudad de la Luz, pero era Lubitsch), filman en cantarines sets de sonido, hace la puesta en escena se sienta plana, se supone lo que encandila a Ninotchka es la seductora capital gala, esto queda falso... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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3 de noviembre de 2016
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es un film, que a mi juicio, merezca una reseña, a no ser porque habiendo revisado prácticamente todo el musical de la MGM e incluso el de otras productoras como Fox, he comrprobado cómo siguen vigentes las virtudes de ese espléndido género. Modificando mi apreciacióny valoración de algunas como "It's alwais fear weather", obra maestra donde la integración de la música dentro del melodrama llega a su cénit y otras como "Brigadoon", donde la exquisitez pictórica de Minnelli supera su "Americano en París" en cuanto a movimiento de cámara y decorados, aunque como obra total ésta sea mejor.
Incluso "Papá piernas largas" tiene virtudes que sin llegar a las grandes obras del musical de la MGM, el tiempo la ha respetado, tanto por su tratamiento de comedia con la elegancia de Negulesco como en los notables ballets de L. Caron.
En el caso del Ninotchka musical tiene graves defectos tal y cómo la he visto en esta ocasión: No puede competir con el guión y la realización de Lubitsch donde la ironía y la vivacidad eran la tónica, frente a un guión soso y aburrido. Mamoulian no consigue respaldar con la cámara los movimientos ni de la comedia ni de los números musicales, limitándose a una puesta en escena funcional. Los números cantables de Cole Porter no son de su mejor cosecha ni han pasado a la historia. Los números de baile tampoco son de la mejor coreografía en cuanto a integración en la historia, a excepción del magnífico de Cid Charisse probándose la ropa femenina. Incluso Fred Astaire está un tanto apagado y falto de convicción.
El resultado es de un cierto sopor añorando continuamente a Lubitsch y a los tres rusos de B.Wilder en su corrosiva "Un, Dos, Tres".
rocamadur01
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6 de junio de 2017
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película con mensajes obvios, tan obvios que pueden despistar a los ingenuos fascinados por la “magia” de la industria de Hollywood. Uno de ellos es el siguiente: es mejor ser capitalista en un país capitalista que comunista en un país comunista, y sobre todo más divertido. Eso ya lo sabe cualquier trabajador con dos dedos de frente de cualquier país capitalista. Otro, aún más transparente, y por tanto menos apreciado por el público y la crítica es que en el mundo socialista la mujer es una persona y en el capitalista un mero objeto de placer masculino. Esta realidad ya es menos conocida, pero por ello no es menos cierta. Hay otros mensajes menos importantes, algunos falsos, todos ellos al servicio de la propaganda burguesa; pero yo me quedo con los dos que he destacado y que me parecen los más importantes.
En cuanto a sus méritos artísticos, dejando aparte un par de números de un Astaire que comenzaba a decaer y de Charisse y de la música de Cole Porter, el filme no vale gran cosa. Incluso da un poco de pena ver a Peter Lorre intentar hacer lo que ya casi no puede.
jokinr
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