El coleccionista de huesos

De ratas y hombres. La dinamo humana. El retrete humano.
Hace no tanto tiempo para considerarte un asesino, en serie a ser posible, de fuste, digno de respeto y admiración, como dios manda, había que ser, para empezar a hablar, un Einstein, un Picasso y un Shakespeare, de lo contrario, te comías los mocos, ni se te tenía en cuenta, tus asesinatos más logrados y esforzados eran simplemente despreciados, nadie les hacía el más mínimo caso, ya podías matar a uno o a setecientos, trocearlos o comértelos, que daba exactamente igual si no tenías la creatividad, inteligencia y sentido del humor suficientes para dejar pistas jugosas a policías salerosos, nada de nada, o jugabas al escondite, al pilla pilla y hacías esmerados sudokus con los huesos y las vísceras más selectas de tus pobres víctimas recién decapitadas o silencio absoluto, a seguir con tu vida de mierda, ignorado por las masas más sedientas de ídolos y ejemplo, hundido en la miseria de tu derrota y abandono, de tanta desesperación acumulada durante años de sacrificio inútil. Por lo tanto, para dedicarse al mundo del oprobio y el muere, el crimen nefando como una de las bellas artes, con verdaderas ansias profesionales y algunas ganas de llamar la atención, directo a la posteridad, para dominar el oficio de paso, había que tener varias carreras universitarias en los distintos campos del saber, tanto en las ciencias como en las letras, física, filosofía, filología, historia, química, medicina, espeleología, escatología y así ininterrumpidamente, alquimia y veterinaria tampoco estarían mal, más muchos, obviamente, años de experiencia de campo, de patearse la calle día y noche, de curtirse en la adversidad y la humillación, en hospitales, psiquiátricos, cárceles, guerras, editoriales, consejos de administración, rodajes porno y reuniones de ayuntamiento, si no querías correr el peligro de ser un simple aficionado u otro matarife manitas con ínfulas de querer aparecer en las noticias, pero sin preparación ninguna. Era, al fin y al cabo, un trabajo envidiable, como ahora el de futbolista, pertenecías a un grupo selecto, al de la gente de mucho pedigrí y alta alcurnia, mentes preclaras y cuerpos tallados en el más duro entrenamiento, en la renuncia y el máximo sacrificio.
Hoy, desgraciadamente, todo empeora y degenera, lo tengo muy dicho y no se me hace ningún caso, siempre un paso más cerca del infierno, ya no, cualquier tarugo, pelagatos o importante zoquete, un fulano, puede ser un criminal de relumbrón e importancia, salir destacadamente en todas la redes sociales, sin saber siquiera escribir o leer y sin tener la puñetera necesidad de matar a nadie, qué vergüenza y dejación de responsabilidades, en realidad están apropiándose culturalmente del legado de sus ancestros asesinos, atribuyéndose sus méritos sin pagar ningún precio por ello, basta con robar alguna triste cosa (dinero o grandes propiedades, por supuesto, no hablamos de las añoradas gallinas sustraídas por el gran Eleuterio) o hacerse político de cualquier partido, qué triste, para hacerse un hueco en ese proceloso mundo.
Pues eso, que la nostalgia me come vivo y alzo mi copa rebosante de buen vino por esos tiempos tan bonitos, el tiempo de los verdaderos asesinos, que jamás volverán, desgraciadamente, ahora solo nos quedan ya lágrimas y recuerdos, hacer mutis por el foro, rasgarnos las vestiduras y fruncir el ceño con desdeño, no nos queda más remedio, o también te puedes volver más lelo para estar a juego con tu tiempo, no dar la nota por ello.
Le película es una bomba de gran entretenimiento y sana estupidez, la gozamos a morir y la padecimos lo suyo. Es un castillo en el aire, un circo que levita, suspendido en el éter (siempre quise escribir esta palabra), una filfa la mar de divertida. Y ellos dos son imperiales, en esos ojos suyos te acurrucas para siempre, cuánto me gustaría bañarme en ese océano verdinegro.
Y los secundarios son fabulosos, el mítico actor de las matrimoniadas, maravilloso, el Rooker siempre maloso, perfecto, la reina Latifah, qué hermosa y redonda, el latino indispensable (si no es Guzmám, suele ser Leguizamo, a ambos los amo a modo).
Pero casi destrozan la película a última hora, con ese final absolutamente espantoso, aberrante e innecesario, formulario en el peor sentido. Menos mal que lo arreglan un poco con el epílogo tan cariñoso y jacarandoso

Más allá de que una como cinéfila una está abierta a ver absolutamente de todo, siempre hay pequeñas preferencias que una tiene, más allá de que nos gustan las películas por sobre el género, pero si hay que elegir, siempre hay géneros que sobresalen. Y el thriller es uno de los géneros por el que tengo especial debilidad.

Y el thriller noventero es bastante particular porque hasta posee cierta estética propia que lo separa del resto de los thrillers que se han rodado. Es el que generó esa frase "famosa": "La policía siempre llega al final", porque ciertamente parecía que en las historias policíacas de los '90 la policía siempre era la última en enterarse de todo y cuando sonaban las sirenas aparecían los títulos de crédito final.

Y es ese concepto de thriller noventero el que me hacía pensar que esta película era mejor de lo que yo la recordaba. La había visto hace muchos años y ahora al revisarla me quedé con gusto a poco. Lo cual no es malo porque significa, entre otras cosas, que me quedé con ganas de ver más. Pero el problema es que parece que todo se resolviera muy fácilmente.

Noyce logra crear una atmósfera que a una le remite al cine de Fincher, aunque en los '90 no era el que es hoy -tenía casi que "Se7en" y poco más-, no obstante nos lleva a este cineasta caracterizado por jugar muy hábilmente con los ambientes húmedos y oscuros. Y además tiene a Washington y a una siempre interesante Jolie -desconocida por aquel entonces, era una joven promesa que no llegaba al nivel que hoy posee una Jennifer Lawrence: novata prometedora-. La premisa es fantástica: taxista asesino que deja huellas para jugar con la poli. El jugueteo del gato y el ratón es de lo más divertido que puede ofrecer un thriller, recordábamos "Se7en", pero también están "Zodíaco", "El silencio de los inocentes", y muchos otros asesinos en serie que son más inteligentes que los policías. La cuestión es que Washington es muy inteligente -elige a Jolie como compañera, inexplicablemente- y no obstante el asesino es más hábil aún -debe pertenecer a MENSA-. Pero lo más ridículo de todo es que al final la que descubre la identidad del criminal es Jolie -casual y milagrosamente- pero peor aún, ni siquiera eso es suficiente para atraparlo, tiene el asesino que dejarse atrapar metiéndose en la boca del lobo. Pero peooooor aún es que se justifique de forma muy absurda quién es el asesino, no tiene un móvil creíble. Estos detalles le quitan cuerpo a la historia y la dejan con poca sustancia.

Pero no me malinterpreten, es muy entretenida de ver porque está muy bien hecha, tan bien hecha está que en un punto una hasta se olvida de lo tonta que resulta la historia si se piensa en serio. Por eso siempre valen la pena este tipo de films.

Algunos guionistas se creerán que la gente somos imbeciles y que nos vamos a seducir por argumento tan estupido y soso.
Den un vistazo al spolier.

Y es que en esta película encontraras todos los tópicos y alguno más de los thriller donde se persigue un asesino en serie.
La película es entretenida pero nada sorprendente.
Denzel muy bien en su papel y Angelina esta a su altura ( casualmente en esta obra no hace de tía mega maciza...).
Si te gustan los thrillers donde se busca al asesino siguiendo pistas, este film se deja ver pero no te aportará nada.
El final sinceramente cuando lo veas preferirás "era todo un sueño" porque vaya tela....

La película es como un capítulo de CSI de dos horas de duración, lo cual al menos yo agradezco porque siempre se me han pasado, al menos a mí, volando. Este thriller me resultó muy entretenido e interesante, a pesar de que el tema está más que sumamente visto.

Denzel Washington está bastante bien tanto en este registro como en cualquier otro porque es un gran actor. Al principio parecía estar fumado, pero claro, en su estado es comprensible. Angelina Jolie también me ha convencido, y aunque tiene papeles mucho mejores yo no creo que sea tan mala actriz y tan poco creíble como bastante gente piensa. Lo que deberían hacer algunos es ver ciertas películas suyas en vez de tanto Tomb Raider, Salt, 60 segundos y todas sus demás películas comerciales que no hacen más que dejarla en mal lugar (y no estoy muy de acuerdo con eso). El resto del reparto también me ha convencido bastante, aunque no entiendo muy bien el propósito del detective toca-narices ese, que al final no se sale con la suya.

El guión es normalito y lleno de escenas previsibles a más no poder, y aunque intenta liar al espectador con el tema de los ojos verdes y el pelo castaño, Angelina Jolie queda descartada totalmente para al final llevarnos una sorpresa todos con el asesino verdadero.

Película recomendable para los amantes de CSI y todo tipo de series o películas policíacas y thriller.