Quemar después de leer

Fuí a ver esta película animado por las críticas favorables y esperando pasar un buen rato con una buena película, incluso divertirme ante una "comedía disparatada de los Cohen". Y voy a exponer aquí, sin más pretensiones, el resultado experimentado: me moví incómodo en la silla no sé cuantas veces e incluso llegué a pensar en salir de la sala, de puro aburimiento. Y no fuí el único: cuando se encendieron las luces de la sala se respiraba una sensación de "¿y esto es todo?" y cerca de mí un espectador daba irónicamente las gracias a su compañera por haberle aconsejado esta película.
Pocas veces estoy tan a contracorriente de la crítica sesuda y oficial, pero esta vez me da la impresión de que hay mucho de generosidad de fieles incondicionales. Sí que resultaba curioso ver a Pitt y Clonney haciendo de necios, restandoles así mucho de su atractivo sexual, supongo, pero eso sólo es algo que simplemente quedará para las curiosidades de la historia del cine. Fuera de esto, la película no digo que sea mala, pero sí que es muuuuuy aburrida.

Retorno a la comedia de los hermanos Joel y Ethan Coen, que son los autores del guión, basado en la novela autobiográfica “Burn Before Reading: Presidents, CIA Directors And Secret Intelligence” (2005), del antiguo director (1977-81) de la CIA, Stansfield Turner. Se rueda, entre el 27/VIII y el 30/X de 2007, en exteriores de Washington DC, New Jersey y NYC y en los platós de Steiner Studios (NYC), con un presupuesto relativamente modesto de 27 M dólares. Producido por Joel Coen, Ethan Coen, Tim Bevan y Eric Fellner, se proyecta en público por primera vez el 27-VIII-2008 (Festival de Venecia).

La acción dramática tiene lugar en Washington DC, Arlington (Virginia) y alrededores, en 2008. Osbourne “Ozzie” Cox (Malkovich), analista de la CIA, abandona la agencia al ser trasladado de departamento a causa de sus problemas con el alcohol. Con ánimo de revancha escribe unas memorias explosivas, que guarda en el PC. Su esposa Katie (Swinton) saca una copia de las mismas por consejo del abogado que prepara su demanda de divorcio. El CD con las copia, olvidado en un gimnasio, cae en manos de dos empleados poco escrupulosos, Linda Litzie (McDormund) y Chad Feldheimer (Pitt).

Ozzie es inteligente, irascible, agrio, amargado, sarcástico y escribe muy mal. Katie, casada con Ozzie, es médico pediatra, está resentida, se siente fracasada y tiene un apasionado romance con Harry Pfarrer (Clooney). Éste es empleado del Tesoro, algo más joven que Katie, vive obsesionado con las reacciones alérgicas. Linda, de pocas luces, es empleada de un gimnasio, desea obsesivamente hacerse varios retoques de cirugía estética, es interesada, se encuentra en plena crisis de los 40 años y es adicta a las secciones de contactos personales de internet. Chad, de escasísimas luces, es empleado del gimnasio, masca chicle sin parar, bebe Gatorade y es adicto al uso del iPod.

El film suma comedia, thriller, espionaje y crimen. Es el primero que escriben los Coen desde “El hombre que nunca estuvo allí” (2001). Desarrolla una trama disparatada en la que se mueven unos personajes de media edad (40/45 años), frustrados, amargados, derrotados y en crisis. Impulsan la acción tres personas increíblemente tontas (Linda, Harry y Chad), que se mueven por malentendidos y falsos supuestos, cometen errores, fracasan e insisten y hacen estupideces con graves consecuencias. El humor se basa, además, en enredos, mentiras, engaños, deslealtades. Se apoya en personajes patéticos, situaciones disparatadas, lances de sátira (personal, institucional, política y social), de farsa sexual y de humor negro. Se burla de las dobles vidas, la infidelidad conyugal, la mentira, el engaño, el miedo a la vejez, las adicciones electrónicas (internet, iPod). Parece hacer uso de una concepción del mundo en la que la estupidez es la norma general y la sensatez la excepción.

Frente a las películas de espías , de agentes secretos elegantes e inteligentes, complejas conspiraciones contra el gobierno perfectamente urdidas y ejecutadas, James Bonds o Jason Bournes que matan de un modo distinguido, controlan en todo momento la situación y saben lo que hacen y por qué lo hacen ....Los Coen nos presentan a una serie de personajes, cada cual más torpe y estúpido si cabe que el anterior, -en la línea del antihéroe por excelencia "El Nota", (un gran gran lebowski )- que por ambición/ estupidez/ y por ser tan peliculeros, se van a ver enredados dentro de un chapucero chantaje contra un ex agente de la CIA con inesperadas consecuencias.

Quizás puede que esté un poco exagerada la torpeza e idiotez de los personajes, pero sin duda éstos tienen mas cosas en común con el mundo real que con los inteligentísimos y perspicaces espías y villanos que aparecen siempre en este género de películas . En realidad, los de la CIA son tan cutres como los que más.

Brad Pitt hace un papel muy gracioso como monitor del gimnasio un poco falto de luces , (los ojillos que pone el cabrón en la escena del coche de John Malkovich son tronchantes ) O el padre de “A dos metros bajo tierra”, (Richard Jenkins) interpretando a un asustadizo encargado que desde la puerta no sabe qué leches de información tiene el CD pero no para de decir, “que follón, esto es un gimnasio, sacadlo inmediatamente de aquí.”.... Por otro lado el personaje de John Malkovich ante tanta incompetencia está quemado con todo y con todos. O un débil George Clooney obsesionado con las infidelidades y con hacer footing... Todos son personajes bastante patéticos e imperfectos; y por lo tanto bastante humanos.


Aunque para mí el más gracioso, el jefe del departamento de la CIA, J.K.Simmons (que ya lo habían utilizado los Coen en la infravalorada "Ladykillers") con tremendas frases como: “Vuelva cuando algo de esto tenga sentido” y “La Madre que nos parió, ......la madre que nos parió, ...... la que se ha liado..... Espero que no vuelva a repetirse...... aunque no se qué coño hemos hecho!!”

Los hermanos Coen, amigos de la comedia negra, alcanzaron unas cotas difíciles de superar en el inolvidable "El gran Lebowski".
En este film retoman dicho subgénero -comedia negra- y, aunque se quedan lejos de los resultados de aquel film de culto, nos regalan 96 minutos de carcajadas y, lo que es mejor, su peculiar visión del Mundo que coincide con una célebre frase del Campeón del Mundo de ajedrez, el hindú Anand: "El Mundo funciona como parece que funciona...", es decir, un conjunto de planes maquiavélicos que casi siempre se estropean por situaciones tan cotidianas como inesperadas, y que dan como resultado una monstruosa chapuza que acaba llevándose por delante a quien menos se lo espera.
Como telón de fondo queda, para quien lo quiera entender, la cuestionable -me refiero al punto de vista técnico y profesional, no sólo al ético- actuación de la CIA en los últimos conflictos bélicos, bombardeando Belgrado en base a un plano callejero ya caducado, o buscando armas de destrucción masiva en una fábrica de inodoros situada a varios kilómetros de Bagdad (evidentemente, el Mundo funciona como parece que funciona).
Las actuaciones de Clooney, McDormand y un impagable Pitt, dando rienda suelta a su registro más cómico, hacen el resto.
Lo dicho, no quemar esta película sin haberla visto antes.

Ya el título es bastante ortopédico, en realidad, la película me ha parecido una prótesis defectuosa. Soy un admirador de los Coen, fanático recalcitrante del Nota y seguidor fiel de prácticamente toda su filmografía. Pero esta vez no; esta vez, en realidad, tampoco. Parece que la estirpe Coen atraviesa una crisis de inspiración que esperemos sea pasajera. Si esta película no viniese firmada por ellos, muchas críticas hablarían de comedia fallida, desangelada, con personajes mal perfilados y una trama entramada, valga la expresión, con todos los calzadores del mundo. Pero, ya se sabe, cría fama y échate a dormir. Ya “Crueldad intolerable” me pareció floja, y la tan celebrada “No es país para viejos”, bastante decepcionante, ante todo por su irregularidad, pues contiene tramos realmente buenos, pero otros que rayan el patetismo. Se podrían comentar montones de cosas, pero creo que el problema se reduce a uno: es una comedia sin gracia. Los diálogos, especialmente los de la primera media hora son para salir corriendo, y algunos de los actores tienen las mismas dotes para la comedia que Pavarotti para la natación sincronizada. El guión me parece flojo, flojísimo. Desde que abandonaron la comedia gamberra e irreverente y se pasaron a un registro teóricamente más refinado y supuestamente irónico, los Coen han ido de mal en peor. ¡Que vuelvan los meapisos y el trío nihilista, por favor!