La peor persona del mundo

“Worst Person in the world” Es una disección minuciosa en las entrañas de una mente millennial como de cuarta ola llamada Julie.
La manera en que construyeron el personaje de la protagonista (no de los más insoportables con los que me ha tocado lidiar en pantalla) es tan humano que terminé por tomarle un poco de cariño, empatizando no, porque en esta película llamada vida a mí me tocó ser más como Aksel (el tema de brecha generacional) aunque claro, todos tenemos nuestra alta dosis de defectos.
Total que prácticamente cada cosa que sucede dentro de la historia se siente tan real que resulta complicado no engancharse con “X” o “Y” situación para tomar partido por alguno de nuestros dos protagonistas y levantar el dedito acusador para juzgar severamente al otro.

8.5

Cada cierto tiempo, tengo el enorme placer de encontrarme con joyas tan enormes, cuidadas, inteligentes y certeras como esta brillante película de Joachim Trier (director del que no había visto nada hasta hoy y con el que voy a ponerme las pilas urgentemente).
Y cada una de esas veces me reafirmo aún más en mi enorme amor por lo grande y maravilloso que es el cine.

Con una historia que algunos, quizás, tildarán de "no ir de nada". La película nos regala una historia sobre la vida. Ni más ni menos que eso. Durante algo más de dos horas vamos a asistir a las experiencias vitales de nuestra protagonista en su búsqueda de un lugar en el mundo. En ese camino de aciertos y errores que todos debemos recorrer intentando hacerlo lo mejor posible pero sabiendo que fallaremos en algún momento. Porque nadie es perfecto y Julie es el mejor ejemplo de todo ello. Su personaje tiene dudas, a veces está triste y otras brilla de felicidad; su personaje no sabe si quiere ser doctora o fotógrafa, si quiere o no hijos o sí el hombre con el que está saliendo es o no el definitivo.
Pero lo que sí sé yo después de ver su historia es que Julie es un enorme personaje y que tiene una complejidad psicológica ante la que yo, simplemente, puedo aplaudir a los guionistas. Y, después de aplaudirles a ellos, debo aplaudir a dos manos y hasta que duela a Renate Reinsve. El papel que se marca la actriz es de esos que merecen entrar en cualquier quiniela de cualquiera de los premios importantes. Porque su habilidad para mostrarnos su interior únicamente con la mirada es algo que muchas actrices no tienen. Y porque en una película tan basada en la relación empática que el espectador establezca (o no) con el personaje principal, tener a una actriz realizando un papel de este calibre es un seguro de vida.

No quiero extenderme mucho más ni entrar en el argumento en sí por no haceros spoilers. Solo quiero añadir un par de pinceladas.
La BSO me parece excelente. No tiene temas de esos que se te quedan en la cabeza durante días. Pero sí tiene la calidad necesaria para acompañar a las imágenes como una suave caricia.
En cuanto a la dirección, creo que detrás de las cámaras hay alguien con un enorme talento. Sus ideas de puesta en escena y su originalidad en ciertos momentos de la cinta (ojo al momento "tiempo") demuestran que este producto está muy bien dirigido y que su director es capaz de crear imágenes muy poderosas a nivel visual.

No hay mucho más que decir. Pienso que esta es una de esas pelis que yo recomendaría a casi todo el mundo. Una cinta capaz de tocarte el corazón con muchísimas de sus escenas y que, al final de la cinta, cuando la pantalla se funde a negro, únicamente queda rendirnos a la evidencia y aplaudir.

PD: Vender esto como "una comedia romántica, debería ser ilegal. Eso o hay gente opinando en algunos medios sin ver la película, que también podría ser. En cualquier caso... ¡Viva el cine!

Drama romántico muy bien estructurado y bastante atrayente sobre la vida de una joven que pareciera estar experimentando toda la película sobre todas las cosas posibles.
Me niego a pensar que ésto es un tratado realista, porque por mucho que las situaciones sean bastante semejantes a la realidad, los comportamientos no creo que lo sean, quizás por ello ese título le venga que ni pintado. Ver spoiler.
Me ha gustado porque me ha entretenido, pero tampoco es para fliparse.
Eso sí, las actuaciones son excelsas, sobre todo del trío protagonista, muy buenas.

*Revisionando las comedias románticas

La peor persona del mundo está protagonizada por Julie (Renate Reinsve), una joven que no sabe qué hacer con su vida. Aunque tiene numerosas inquietudes parece no concretarlas nunca en nada. Primero comienza a estudiar medicina, luego decide probar en psicología, para posteriormente interesarse por la fotografía e incluso la escritura. En mitad de uno de estos cambios, Julie conocerá a Aksel (Anders Danielsen) un tipo bastante mayor que ella que se dedica a los comics. Los dos conectan vertiginosamente y empiezan una vida en común, siempre marcada por los deseos de él afianzar su relación mediante los hijos. Algo que ella no ve claro, aunque nunca acaba de descartar del todo. Quedando claro los diferentes estados vitales que ambos atraviesan.

Nunca realmente satisfecha, Julie cruzará un punto de no retorno tras colarse en una fiesta y conocer a un desconocido llamado Eivind (Herbert Nordrum). Con él pasará una noche muy reveladora, repleta de conversaciones y juegos que nutren a la protagonista del vértigo que lleva tiempo sin sentir. Y aunque nada llega a suceder entre ellos, esa noche ya no saldrá de la cabeza de Julie. Sabiendo que quizás esa plenitud que busca en su vida debe buscarla junto a ese desconocido. De modo que tras un parón, que no hace más que confirmar la deriva de su relación, Julie correrá al encuentro de su nuevo amor.

*Deteniendo el mundo en búsqueda del amor

Joachim Trier divide La peor persona del mundo en doce capítulos, con un prólogo y un epílogo. Una forma de narración fragmentada que funciona de forma fluida, salvo algunos episodios un poco disparatados, como el de las setas alucinógenas. Viviendo sus momentos álgido, según quién escribe, en su quinto y sexto capítulo. En su quinto capítulo, titulado Bad timing, Julie se cruzará de nuevo por caprichos del azar con Eivind, en la librería donde ella trabaja. Él está mirando libros con su novia, pero extasiado ante la presencia de Julie consigue acercarse a ella para concertar una cita. Un encuentro que precipitará su decisión de dejar a Aksel y apostar por otro tipo de relación.

Residiendo el encanto de este capítulo en las decisiones formales que toma su director. Con una secuencia mágica, en la que el mundo detiene su frenético avance, para que Julie corra en busca de esa vida que cree que se le escapa. Con unas calles desiertas de acción, habitadas por unos ciudadanos congelados, protagonistas de primera mano del torrente amoroso que siente Julie. Todo acompañado de una banda sonora que durante toda la película muestra una sutileza muy acertada. Con destellos de música jazz, que junto al tono y contenido de la cinta, irremediablemente recuerdan al gran Woody Allen.

Y seguidamente, la acción nos muestra, mediante su sexto capítulo, los orígenes de la relación de Eivind con su novia. Al fin y al cabo ambos deciden finiquitar sus respectivas relaciones, en busca de algo más. En un capítulo repleto de un humor muy surrealista y loco. Con el medio ambiente como protagonista y responsable de la distancia inseparable de los miembros de la pareja. En un capítulo casi preludio del drama posterior, que barrerá con el tono fresco y lleno de mala leche de la primera parte.

*Protagonizada carismáticamente, creo que brilla más en su ligereza

Siendo quizás en su parte tremendamente dramática cuando La peor persona del mundo pierde parte de su gracia. O simplemente se aleja de esa originalidad y frescura que le había hecho brillar durante casi toda la cinta. En un ruptura de su tono y ritmo que no sé si hubiera sido estrictamente necesaria. Porque además, aunque durante todo el metraje su director parece no juzgar a su protagonista, dejando que vuele libre. En este último tercio da la sensación de que Julie sea castigada por su conducta alérgica a las convenciones sociales sobre lo qué supone madurar. Una sensación que también queda, fruto de esa relación tan problemática con su padre. Aunque su final consigue dejar las cosas en alto y ser fiel a su esencia.

Porque sin tener en cuenta su última parte, la cinta consigue mostrar deliciosamente los vaivenes de una joven. Una joven que intenta experimentar la vida según se le va presentando. Y a la que interpreta de forma entrañable, tierna, divertida, traviesa o despistada, la actriz Renate Reinsve. Con un rostro sano, tendente al sonrojo y una mirada repleta de significado, la cámara se sabe ganadora en su compañía. Siguiéndola siempre muy de cerca y dando la sensación de que la intérprete está disfrutando de su trabajo. Un disfrute y dedicación que atraviesa la pantalla y contagia al espectador.

*Conclusión

En resumen, La peor persona del mundo es una curiosa comedia romántica sobre la indecisión y la imperfección que todos guardamos en nuestro interior. Puede que no seamos la peor persona del mundo, pero muchas veces hacemos o decimos cosas que nos alejan de aquello que deberíamos. Porque ni nosotras mismas sabemos muchas veces lo que queremos. Aferrándonos a cosas que no nos dan plenitud, sin comprender que la vida es una renuncia constante.

En ese sentido la cinta sobresale, siendo un acertado relato generacional, repleto de frescura, con un humor muy particular. Quizás en momentos excesiva, fruto de una voz off verborreica en ocasiones demasiado existente. Cuenta con algunos momentos inolvidables, gracias a impecables decisiones formales y una actriz principal ante, quizás, el papel de su vida. Sin embargo, en su último tercio la cinta coge el camino del dramatismo y aquí su lucidez va perdiendo fuelle. Con un marcado desasosiego que rompe el tono de la historia y la libertad que durante toda la cinta el director había mostrado con su protagonista. Fruto posiblemente de una ambición excesiva por parte del director, quién quiere tratar un torrente de temas. Aunque sin duda resulta una experiencia satisfactoria.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta

Muy buena película, candidata a mejor película internacional y con una actuación espléndida de Renate Reinsve, premiada en Cannes con el galardón a mejor actriz.

Al final para hacer una buena película y reflejar las inquietudes del alma humana no hace falta ponerse tan pesado ni explícitamente profundo y trascendente, como intentan muchas películas hoy en día que con sus 3 horas de metraje lento se hacen insoportables (sí, me refiero a Drive My Car)

Esta es una película sin pretensiones, sobre la vida de una chica que podría ser cualquiera de nosotros, una chica normal con sus imperfecciones, dudas e inseguridades que busca su sitio en la vida y disfruta y sufre en sus relaciones sentimentales y se ve siempre cercana, humana y real.

¿Cuál es nuestro sitio en el mundo? ¿Qué sentido tiene buscar la felicidad con tantos sinsabores venideros? Eso se pregunta Julie, y uno saca sus propias conclusiones pero la mía es que a pesar de todo, la vida merece la pena ser vivida aunque solo sea por esos instantes, momentos o personas que compensan todos los sufrimientos pasados y futuros.