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La peor persona del mundo

Drama. Comedia. Romance Julie va a cumplir los treinta y su vida es un desastre existencial. Ya ha desperdiciado parte de su talento y su novio Aksel, un exitoso novelista gráfico mayor que ella, la presiona para que contenga su energía creativa y siente la cabeza. Una noche se cuela en una fiesta y conoce al joven y encantador Eivind.
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Críticas 111
Críticas ordenadas por utilidad
10 de mayo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película que nos habla de las indecisiones, insatisfacciones y sobre todo exigencias externas en la generación millennial, dando además un apunte de cómo va cambiando la mentalidad a lo largo de los años con respecto al papel de la mujer.

Una generación donde el "debes hacer esto porque es lo que la gente hace" no llega a ser suficiente, donde buscando su lugar en el mundo, muchas personas no acaban de decidirse por ningún camino concreto, donde la pasión por el presente y el sentido de la vida tienen una correlación.

No obstante, nos habla también de una generación que no acaba de definirse, en una transición entre lo tradicional y otra perspectiva rebelde. Esto puede provocar una aparente volatilidad que acaba teniendo claras consecuencias irreversibles; donde tal vez precisamente el no poder mojarse del todo en ningún lado sea el motivo de esa insatisfacción. O quizás solo sea autoengaño, ya que adaptarse suele ser la respuesta más fácil.

Cuando alguien dice "soy la peor persona del mundo" no es otra cosa que su mente culpabilizándose de sus sentimientos de insatisfacción y falta de logros obtenidos. Y, lo más importante, de las personas externas que son arrastradas/heridas en este proceso.
carrete_revelador
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19 de agosto de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la que quizás es la mejor película de Joachim Trier, pues integra de una manera brillante conceptos que en otras de sus películas solo abocetaba sin llegar al nivel de profundidad que aquí refleja, vemos un halo de melancolía durante todo el metraje. Los flashbacks aquí, son usados para comprender la melancolía de la protagonista, Renate Reinsve. En el caso del protagonista masculino, Anders Danielsen, pese a tener retales melancólicos (especialmente en una parte de la película), los flashbacks nos sirven para comprender mejor su psicología. Esto también ocurre con ella, y Trier consigue que empaticemos con ambos casi de inmediato. Esto es lo que nos engancha. A partir de ahí, Trier puede hacer lo que quiera con nosotros, pero él decide hablarnos de las relaciones de pareja (con ecos de Bergman), de las dudas existenciales que incluyen la maternidad, del trabajo e incluso de los sueños personales. En todo podemos empatizar, porque ya estamos dentro de los personajes. La narrativa es emotiva, pero nunca cae en la lágrima fácil. Trier muestra la vida con una capa áspera, la sangre corre por las venas, no solo de los personajes, sino de las historias que cuenta.

El resultado es una película que nos puede recordar al mejor Allen, al amor visto por Linklater, a la Noruega que relata Knausgard, pero sobre todo, al propio filtro de desolación y belleza al que nos tiene acostumbrados el propio Trier.
gpiqueras
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27 de noviembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se podría decir que ya lo hizo W. Allen con Match Point pero en este caso se trata de una película Europea y de director Noruego por lo que veremos psicología introspectiva y protagonismo individual. Aún así considero que sí mantiene ese mirada romántica hacia la psicologia dinàmica que también está presente en la película de W.Allen.

Desde un inicio se salva gracias a la extraordinaria actuación de la protagonista que te lleva a una trama que se va desarrollando a través de los 7 capítulos que se divide el guion de las propias vivencias de una insegura protagonista que se acerca a los limites de la edad para empezar a entender qué no se puede decidir no madurar y la irremediable decisión de enfrentarse al miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
casuals
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3 de enero de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada hace casi un año en el Magaly, y haciendo mi lista de lo mejor que vi en el año me encuentro esta joya que había demorado mucho en ver. No es extraño sentirse atraído y representado por el personaje principal (maravillosa actuación de Renate Reinve), sus dudas, sus miedos, sus diálogos, sus miradas, sus lágrimas, sus temores, sus sonrisas han sido nuestras algunas veces en la vida. La empatía y naturalidad de cada escena dividida en capítulos es pasmosa, y como la vida misma tiene sus momentos de magia maravilloso, y duelos internos del pasado que no terminan de sanar todo. Es una clase brutal de guion lo de su director y guionista Joachim Trier y Eskil Vogt. Amo esa magia que tiene el cine de zarandearnos y movernos con cine así de sentido y genuino, una maravilla, cine como la vida misma.

9/10

Opinión Final: A veces, solo a veces hay momentos donde el cine llega a un nivel de naturalismo y empatía que todo se fusiona en un viaje para darnos milagros como The Worst Person in the World. Un filme que sacude y emociona, que extrañamente nos conecta con una protagonista genuina y maravillosa, el amor, los errores, los deseos, las relaciones interpersonales, la vida misma está retratada en este filme de una genuinidad y honestidad insólita.
CINELOCURA
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26 de marzo de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Joachim Trier es un vivo retrato de la "modernidad líquida" que teoriza Bauman en su obra. El filósofo decía que “el arte de romper relaciones y salir ileso de ellas supera ampliamente el arte de componer relaciones”, y es que, como una relación que se ha roto, es imposible salir ileso de la sala de cine tras ver esta película.

Es innegable la habilidad de Trier para enaltecer lo mundano, para enfatizar la rutina en una antinomia magistral. La protagonista de la película lucha, de manera inconsciente, contra esa rutina en la que acaba cayendo por el impulso de la "sociedad líquida" que define Bauman. Vemos cómo Julie, nada más comenzar el filme, está completamente perdida. Prueba una cosa detrás de otra, sin lograr encontrar algo que la llene plenamente. Comienza a estudiar medicina simplemente porque tiene buenas notas y puede entrar en la carrera, pero se da cuenta de que no es lo suyo y decide probar con la psicología, para luego decantarse por la fotografía, sin que nada de eso llegue a contentarle realmente. El personaje de Julie vive la frustración de una insatisfacción enquistada en el mundo posmoderno. Así, podemos llegar a comprender que ese narcisismo o egoísmo en los que se disfraza la personalidad de Julie no son más que un intento desesperado por encontrarle un sentido a su vida. Es más, las relaciones de su personaje no dejan de ser consecuencia de su imperiosa urgencia por encontrar su propio lugar en el mundo.

Este es el encanto de la película, que presentada en forma de tragicomedia romántica sabe reunir todo aquello que nos remueve las entrañas, que nos recome por dentro. Trier es capaz de reducir toda una montaña rusa de emociones a una cinta de 128 minutos en los que nos reímos y lloramos con todas nuestras dudas existenciales y todos nuestros miedos plantados delante de nuestras narices. Ese es su talento. Al fin y al cabo, la película es un encuentro cara a cara con todo lo que nos negamos a enfrentar. Es un encontronazo con la realidad del carácter efímero, "líquido", del cuento que nos vende la sociedad, de un estándar de vida que se supone que nos tiene que llenar y que, cuando no lo hace, asusta.

Pero es que, a Trier, este matiz existencial del relato le sabe a poco y, para más inri, se atreve a presentarnos todo esto envuelto en una esfera cómica. Sin duda, los tintes de humor negro que adornan toda la secuencia son quizá lo que mejor hace funcionar a una película de este género. La maestría del director se escuchaba en las risas, pero también en los silencios ensordecedores que llenaban la sala. Una vez más, las decisiones de Trier son un acierto en mayúsculas, desde la elección del elenco (con una deslumbrante Renate Reinsve) y la construcción de los personajes hasta la composición de un guion feminista medido al detalle.

En definitiva, la película es una reflexión sobre la huella que dejan los demás en nosotros; sobre cómo, sin saberlo, somos el conjunto de todas las personas que han pasado por nuestra vida.
En su obra, Bauman decía: “el amor es la supervivencia del yo a través de la alteridad del yo”. Y es que somos esa parte que sobrevive cuando alguien nos abandona. En cuanto a esta película, es solo un ejemplo más de cómo cualquiera de nosotros puede llegar a ser la peor persona del mundo.
Angela
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