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La invitación

Thriller. Terror Will y Eden perdieron a su hijo años atrás. La tragedia afectó su relación de forma irreversible, hasta el punto de que ella desapareció de la noche a la mañana. Un día, Eden regresa a la ciudad; se ha vuelto a casar y en ella parece haber cambiado algo, convirtiéndola en una presencia inquietante e irreconocible incluso para Will.
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Críticas 138
Críticas ordenadas por utilidad
12 de abril de 2016
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué tienen en común Michelle Rodríguez, Charlize Theron o Megan Fox? Además de lo obvio, de tratarse de tres bellas actrices, todas ellas tienen en común que han protagonizado las tres primeras películas de la directora norteamericana de cine indie Karyn Kusama. La directora de padre japonés debutó en la gran pantalla en el 2000 con 'Girlfight', un intenso drama pugilístico protagonizada por la actriz hispana Michelle Rodríguez que le valió el premio a mejor película y dirección ese año en Sundance además del premio a mejor dirección en la Seminci de Valladolid. La prometedora carrera de Kusama sin embargo se vio sumergida en una severa crisis creativa cuando se encargó de dirigir por un lado la adaptación de la serie 'Aeon Flux' (Charlize Theron) -un monumental fracaso e taquilla y crítica- ,y años más tarde, el guion de Diablo Cody para la aún más floja 'Jennifer's body' (Megan Fox).

15 años después de su exitoso debut y tras las malas experiencias posteriores, Kusama vuelve a retomar un guion de la pareja Phil Hai / Matt Manfredi ('Aeon Flux') para mostrar que la habilidades mostradas en su ópera prima no habían sido fruto de la casualidad, dejando así vía libre a la artesana que maravilló en Sundance. 'La invitación', ganadora del premio a mejor película al año pasado en Sitges, es un film intenso, atmosférico, opresivo, de esos en los que la tensión y la duda sobrevuelan al espectador desde el minuto primero hasta casi el último y que constituyen una de las mejores películas estrenadas en el 2016 en nuestras salas.

En 'La invitación' conoceremos a Will (Logan Marshall-Green), quien tras una interesante presentación en pantalla se nos presenta junto a su novia Kira (Emayatzy Corinealdi) de camino a una cena a la que han sido invitados por Eden (Tammy Blanchard, a quien pudimos ver en 'La vida inesperada' de Jorge Torregrosa o en reciente musical 'Into the woods'), ex mujer de Will. Dicha cena quiere suponer el acercamiento del antiguo grupo de amigos que formaban antes del fatídico accidente en el que perdió la vida el hijo común de Will y Eden, accidente a raíz del cual ambos cónyuges se sumergieron en una profunda crisis. Eden muestra un cambio radical tras su unión con su nuevo esposo David (Michiel Huisman), con el que se ha renovado gracias a un profundo espíritu de redención.

Gran parte de acierto radica en el guión que Phil Hai y Matt Manfredi han realizado para la ocasión. Es cierto que resulta tramposo en varias ocasiones, que juega con el espectador, pero lo hace de una manera francamente efectiva que absorbe las sinergias de todo el que se introduzca en lesa espectacular mansión de Los Ángeles. La historia aúna un protagonista traumatizado por un drama de grandes dimensiones, una de esas incómodas reuniones de antiguos amigos que hace tiempo que no se ven y la duda sobre la actitud de una pareja con el espíritu renovado. Todo ello filmado con inteligencia. Con continuos primeros planos y lentos travellings sobre el rostro desencajado de un notable Logan Marshall-Green, planos desenfocados y varios flashbacks que muestran la dureza de la situación para Will, el juego de luces de la casa iluminada en plena oscuridad, la aparición de unos extraños personajes que parecen ocultar algo detrás de su aparente bondad, pero sobre todo la habilidad de Kusama en mostrar una hora de tensión creciente. Pausada, pero creciente. Un tiempo que para alguno puede resultar excesivo pero que no hace sino amasar ese gran final que se guarda para los veinte minutos finales.

'La invitación' es una digna vencedora en Sitges, un thriller de suspense que desprende un interesante aroma a cine indie en el que interesa todo lo que transcurre, donde todo tiene una explicación y un porqué y donde el espectador duda continuamente. No sabe a quien creer gracias a ese juego del gato y el ratón.

No sería justo alabar el trabajo de iluminación y fotografía de Bobby Shore, clave en la ambientación del film, sin hacer lo propio con el notabilísimo trabajo musical realizado por Theodore Shapiro, colaborador habitual de Kusama y más habituado a las comedias como 'El diablo viste de prada', 'La vida secreta de Walter Mitty' o 'Espías'; sin lugar a dudas un compositor efectivo que sube un peldaño en esta ocasión aportando esa melodía casi persecutoria que resuena durante la proyección y que eleva la tensión del espectador a cotas muy altas.

Interpretativamente la película también sorprende por poco frecuente quizás en este tipo de films. Además del ya mencionado protagonista -Marshall-Green-, quién soporta la mayor parte del peso de la cámara, la película cuenta con un reparto francamente interesante y que da muestras de lo bien dirigidos que han estado. Todos, desde Michiel Huisman (popular por su aparición personaje en 'Juego de tronos') a Lindsay Burdge, pero sobre todo por Tammy Blanchard y John Carroll Lynch, interpretaciones que recorren varios perfiles con sutileza y ambigüedad.

Film muy recomendable para quienes disfruten de la películas con gran atmósfera y que desarrollen la tensión narrativa con calma pero sin pausa. Thriller de terror psicológico de gran nivel.

Lo mejor: La tensión y la ambientación. La dirección de Karyn Kusama.
Lo peor: Pequeños detalles de un guión tramposo.

VALORACIÓN:
Fotografía: 7,5
Banda sonora: 8
Interpretación: 7
Dirección: 8,25
Guión: 8
Satisfacción: 8,5
NOTA FINAL: 7,85

@hilodeseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
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10 de enero de 2017
15 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Will y su pareja Kira, son invitados por la ex mujer de él y su actual marido, para que pasen una linda velada con sus antiguos amigos, ya que ambos perdieron contacto luego de la muerte de su hijo. Will siente que algo raro sucede pero no sabe determinar qué.
En sí considero que gran parte de la película es un bodrio pretencioso, aburrido, lento, monótono, y en el fondo predecible, ya que lo que se intuye todo el tiempo es lo que finalmente termina sucediendo.
Lo mejor es la atmósfera creada, realmente se siente un entorno enrarecido e incomodo.
También me gustó mucho la alegoría a la estupidez y excesiva confianza de la burguesía, tan enfocada en sí misma, en tonterías banales, que se olvidan de todos los peligros que acechan y mientras una parte prefiere no mirar más allá de sus propias narices, otra que se refugia en sinvergüenzas que les prometen un montón de pavadas místicas, donde no existe ni el dolor, ni la muerte, y todo es ideal.
Pero las buenas ideas y certera crítica a un sector de la sociedad, no hacen que la película sea buena, su ritmo es pésimo, y los personajes no dejan de ser un cliché, incluso lo que desencadena la acción lo es.
Manuel
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7 de abril de 2016
13 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay multitud de películas que suceden en una casa llena de invitados, como Coherence del 2013 dirigida por James Ward Byrkit o Krisha de Trey Edward Shults del 2015. Y ahora me viene a la cabeza La soga de Alfred Hitchcock de 1948, Cluedo de Jonathan Lynn en 1985 o Un cadáver a los postres de Robert Moore en 1976. Todas ellas y muchas más incluyen muy pocos personajes y un espacio muy reducido, que puede ir desde la casa entera con jardín incluido hasta una única habitación. Y para ello se necesita un guión sólido como el hormigón. Algo capaz de aguantar casi todo un largometraje con diálogos, y ya no sé si estaríamos hablando de cine o de teatro. Y así empieza La invitación.

Will y su nueva novia van a casa de su ex-mujer y la pareja de esta para una cena de reencuentro con un grupo de amigos a los que hacían años que no tenían contacto. Se preveía una noche tensa pero incluso así todo es demasiado extraño, quizá los anfitriones tenían algo más planeado...

Antes que nada, si la película te interesa no veas ni el tráiler, ves siendo totalmente ignorante de lo que ocurre salvo las líneas de sinopsis de esta review (que se explica en los dos primeros minutos). La Invitación es una película de tensión, con un ritmo constante e interesante de principio a final. Es una cinta que juega con las sensaciones, durante tres cuartas partes no te cuentan nada pero te dejan caer algunos elementos y pistas para que vayas deduciendo a la par que el protagonista lo que sea que esté ocurriendo. Aquí entra la genial interpretación de su protagonista Logan Marshall-Green (Prometheus, La trampa del mal), que consigue que te pongas de su lado nada más empezar y que de verdad quieres que salga triunfador de la situación.

Dirige la directora Karyn Kusama en su mejor película hasta la fecha, cosa no muy difícil tras Aeon Flux y Jennifer's Body. Se recrea en largas conversaciones intrascendentes (o eso parece) pero cargadas de simbolismo y mensajes ocultos. En los puntos negativos coloco su desenlace, no por ser malo sino porque parece otra película. Te pasas todo el metraje con un ritmo y una estética y para el final decide acelerar todo demasiado. Habrá a quien le guste pero para mí sin ser un desastre no se sostiene tan bien como lo había hecho hasta ahora. También hay algún cabo suelto en lo que a alguno de los personajes se refiere y me extraña que no le dieran resolución alguna. Genial la banda sonora de Theodore Shapiro, ya no solo por la composición original cargada de instrumentos metálicos que te ponen todavía más nervioso, sino también por la selección de canciones (que ya me he encargado de buscar por spotify). Protagonizan aparte de Logan (que como ya he dicho es el más inspirado), Tammy Blanchard (The inherited), Emayatzy Corinealdi (Addicted), Michiel Huisman (Guerra Mundial Z). Grandes trabajos de Tammy y Michiel, no tanto de Emayatzy a la que he de reconocer que su personaje no me gustó en ningún momento y no creo que esa fuera la idea.

Habrá a quien no le guste su final, no por ser malo sino por tirar un poco a lo fácil, no obstante es una película muy recomendable si lo que te gustan son las escenas largas y tensión a destajo.

http://www.terrorweekend.com/2016/04/la-invitacion-review.html
TerrorWeekend
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1 de diciembre de 2015
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hablar de The Invitation, es necesario partir de que la primera premisa del thriller debe ser la de introducir al espectador en su trama. A ese punto intentan llegar todos los cineastas mediante la deconstrucción que se haga de este argumento en tareas de guión, la habilidad del director para la puesta en escena y no estropearlo todo en el posterior montaje. En el caso de Karyn Kusama, parece tener esto grabado a fuego. Tanto es así que ha diseñado una obra que resulta tan estúpida en varios de sus presuntos giros argumentales como genial a la hora de mantener al espectador pegado a la butaca. Una cinta en la que decir “nada es lo que parece” sería tan erróneo como asegurar “todo sucede según lo que parece”, donde las trampas se convierten en pequeños y sutiles trucos. Una película, por tanto, que se presta a una diversidad de opiniones gigantesca, aunque pocos podrán negar su exagerado magnetismo.

The Invitation, cuyo triunfo en el pasado Festival de Sitges generó no pocos ríos de tinta, sitúa a Will visitando a su ex pareja Eden dos años después de su último encuentro y con una dramática separación a sus espaldas. Allí se encontrará con varios de sus viejos amigos, además de alguna que otra cara nueva que no le genera demasiada confianza, sobre todo en una casa donde los recuerdos acumulados son demasiado potentes para sus sentimientos. Una vez en este punto, entran en juego diversos conceptos que todos conocemos como los típicos juegos de beber, así como otros más americanos y que se centran en la siempre temida figura de las sectas.

Poco más se puede contar de la película sin hacer spoiler, pero lo cierto es que tampoco lo sería tal. Porque The Invitation hace gala de un postureo tan brutal que no le importa saberse burda desde el primer momento, ya que realmente está consiguiendo su objetivo: suministrar a quien está al otro lado de la pantalla las dosis justas de tensión por minuto como para mantenerle pegado a la butaca. Esto queda perfectamente reflejado en cosas tan sencillas como que el papel de Pruitt caiga en manos de John Carroll Lynch, un tipo que genera mala espina nada más verlo aunque su personaje pueda ser el tipo más maravilloso del mundo, que es precisamente lo que demuestra aquí en sus primeras intervenciones. Un mero ejemplo que podría ser complementado con otros como un morreo espontáneo, una inoportuna revelación o una pregunta sin resolver. Ya sabemos, pequeñas dosis.

Con este ritmo diesel, que seguramente le evitarían a Kusama y a sus guionistas cualquier quebradero de cabeza en pre-producción, nos plantamos en la recta final de la película. Y ahora qué, se preguntarán muchos. La respuesta inmediata es la más fácil y, precisamente por ser la más fácil, fue la que escogieron la directora y su equipo: darle al espectador lo que quiere. Tal cual. Pero lo mejor de todo es que esta parte sí se desarrolla sin ningún tipo de trampas o trucos (si dejamos de lado la futilidad de lo que motiva la propia trama en sí misma); de hecho, hay un detalle cuya honestidad sorprenderá a más de uno. Todo ello adornado con un plano final que, por supuesto, es hasta hilarante.

Es tremendamente difícil valorar The Invitation desde una perspectiva seria, ya que ni siquiera ella parece tener la madurez suficiente como para suscitar tal debate. Pero consigue aquello que persigue y por eso es una obra redonda dentro de sus limitaciones, que se logran alcanzar merced a una creciente tensión y una intuición de manual para saber cuándo hay que detonar por completo la trama y dar así el brochazo final. Kusama no será una directora muy habilidosa y sus guionistas definitivamente no gozan de un talento especial para la escritura, pero sí son gente inteligente para saber administrar los esfuerzos y conocer al dedillo cómo puede reaccionar el espectador a lo que ve en pantalla. El resultado es un thriller psicológico de notable categoría que engancha tantísimo durante sus 100 minutos que es necesario perdonar los múltiples trucos que utiliza para llevarnos al redil, sobre todo porque estos no son nada azarosos.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
53 Festival Internacional de Cine de Gijón
Kasanovic
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13 de abril de 2020
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Karyn Kusama crea una potente y absorbente atmosfera, un thriller psicológico construido con aguda maestría; con caras, revelaciones, gestos, silencios y una banda sonora envolvente y sugestiva que te encarcela y te oprime. Aun así, la película se desarrolla mediante un argumento pronosticable y solo apto para un público devoto que crea en las resoluciones efectistas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Frank Booth
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