Pa negre (Pan negro)

En mi opinión, se trata de una buena película, que es aquélla que tiene dos características: que te abduce mientras que la estás viendo y que te sugiere muchas cosas cuando ya la has visto.

La película es un verdadero festín visual. Coincido con Villaronga cuando dice que pretende —y yo añado que consigue— que las imágenes sean absorbentes (son imágenes que magnetizan, que atrapan, que enganchan), ágiles (la película es trepidante, con mucho dramatismo contenido o explícito), misteriosas (es cine de misterio y no de suspense porque apela a las emociones y no a las reflexiones), evocadoras (hay algo proustiano en algunas escenas, algo de sabor remoto a magdalena, súbitamente recuperado) y atractivas (tienen un gran esteticismo).

Teixidor, y como consecuencia Villaronga, fija sin ningún margen de error las coordenadas de la acción. El lugar: la comarca de Osona en la provincia de Barcelona —en la película se hace continúa mención a Vic, que linda con Roda de Ter, donde nació Teixidor—. El momento: el año 1944, según nos informa un calendario en el que se recrea la cámara. Teixidor sabe pues de lo que habla: de su tierra natal cuando tenía 11 años, la edad que puede tener en la película Andreu.

Cuando se contextualiza hay que pagar un peaje. Contextualizar no sale gratis.

El retrato de la España campesina, nada más acabada la Guerra Civil, tiene elementos muy realistas: la reunión a la caída de la tarde al calor de la lumbre ya fuera una chimenea, una estufa o una modesta cocina para contar historias, casi todas de miedo —que recuerda a una gran película: "El árbol de los Zuecos" de Ermanno Olmi—; la clásica foto del niño con el mapa detrás; el protagonismo de la bruma, en un tiempo de incertidumbres; el ambiente espartano de los escolapios —ahormadores entre otras ordenes religiosas de la clase dominante de aquel tiempo—... pero en otros aspectos es poco realista:

1 ) Se ha cometido la herejía de insonorizar el campo. Falta el canto del gallo, despertador rural de eficacia contrastada. A los pájaros se les ve pero no se les oye. ¿Y las cigarras? ¿Y los grillos? Ya no hablo de mugidos o gruñidos porque la cabaña ganadera era parca, concluida la guerra, pero haberlos, habíalos.

2 ) En el mundo rural y en la inmediata posguerra no se actuaba así. La oralidad de esta película es completamente falsa. Las verbalizaciones son propias de un culebrón venezolano. La expresividad aldeana no está conseguida. Le han dado la Concha de Plata del Festival de San Sebastián a Nora Navas —en mi opinión merecidamente— por una buena interpretación de una mujer vitalista y romántica sobrepasada por las circunstancias—, pero no por una buena representación de una aldeana. Cójase la interpretación de Ángela Molina en "El Corazón del Bosque" de Manuel Gutiérrez Aragón, que había hecho un gran estudio gestual previo; o las extraordinarias interpretaciones en "Los Santos Inocentes" de Mario Camus.

Sigue en "spoiler"

Excelente film de Agustí Villaronga que cumple sobradamente con las expectativas creadas.
En su mejor obra hasta la fecha, el director catalán consigue atrapar en esta película el aroma del neorrealismo italiano. Pobreza extrema, dignidad humana pisoteada, lucha por la supervivencia,...
En casi todos los países europeos -excepto algunos países del Este- se han realizado grandes clásicos que ahondan en los traumas colectivos que dejaron en los diferentes pueblos los grandes conflictos bélicos del Siglo XX y la inmediata degradación postbélica. Sin embargo, en España, dada la larguísima duración de la dictadura franquista, pocos films se han atrevido a plasmar la crudeza de la posguerra al estilo de obras como "Alemania, año cero" o "El ladrón de bicicletas", obras que destilan por todos sus poros la palabra cine con mayúsculas.
Grandes films españoles se desarrollan en la posguerra ("El sur", "El espíritu de la colmena",...), pero son en muchos casos obras poéticas e intimistas donde la sordidez de la posguerra española sólo añade un punto de dramatismo al film.
Por el contrario, en "Pa negre", la posguerra es la protagonista absoluta. Gente que creía haber luchado por sus ideales acaba traicionándolo todo para poder llevarse, al final de ese día, un mendrugo de pan negro a la boca, héroes convertidos en vulgares robagallinas y espíritus que se creían libres vendiendo su alma al mejor postor para poder sobrevivir.
"Pa negre" es un film importante por la forma en la que nos muestra la posguerra, ya que no sólo fueron los muertos, sino también los que aquí quedaron los que tuvieron que sufrir con toda la intensidad del mundo las consecuencias dramáticas de ese enfrentamiento fatricida de vecinos contra vecinos, primos contra primos e, incluso, hermanos contra hermanos.
Hoy en día, cada cierto tiempo, los partidos de izquierdas, de derechas o nacionalistas sacan a la luz la llamada "memoria histórica", con la intención de debilitar al contrario.
Tal vez sea ya el momento de pasar página y mirar al futuro a la cara, pero, para eso, hacen falta muchas películas como "Pa negre" que, por desgracia, no se pudieron hacer en su momento y que se echan de menos para calmar la conciencia colectiva española, que a veces se sigue refugiando en la lucha entre fachas y rojos cuando vienen mal dadas.
Es el precio que nos toca pagar a todos por no haber podido saldar cuentas con nuestra conciencia en su momento, por haber tenido que soportar tantos años la prepotencia del vencedor que se ensañó con el vencido.

He visto esta película porque ha ganado 9 premios Goya y quería comprobar por mi mismo que tal estaba. Sinceramente, esta cinta es más de lo mismo por mucho que se empeñen en decirte que es diferente, que no es una más sobre el género y bla, bla, bla. “Pan negro” no deja de ser otra película más sobre la posguerra española desde el punto de vista del bando perdedor, con niños en papeles protagonistas de por medio y, además, visitando los mismos lugares comunes y poseyendo los mismos personajes estereotipados propios del género. Esto es así a pesar de que muchos críticos de cine se vayan por los cerros de Úbeda hablándote de otras cosas que no tienen nada que ver con el filme o se centren en pequeños detalles a los que le dan una importancia que realmente no tienen.

No me ha parecido una mala película, desde luego que no, pero la encuentro sobrevaloradísima y ni que decir tiene que los 9 Goya que le han dado me parece lo más exagerado, desde hace muchísimos años, en cuantos certámenes he visto. No sé, creo que cualquiera que no la haya visto pensará que algo tiene que tener para que le den tantos premios, pues qué quieres que te diga… te animo a que la veas y luego me lo expliques puesto que yo no lo entiendo de ninguna de las maneras.

“Pan negro” es cine de corte académico, clásico, el cual supongo que será visto con mejores ojos por aquellas personas que gusten de este tipo de películas. De acuerdo que está hecha de forma sobria y detallista, que plasma con gran acierto la vida rural de los años 40, que la fotografía no está nada mal y que tiene buenos planos de pintorescos paisajes rurales, pero a mí no me ha gustado por muchas razones que en el siguiente párrafo detallaré.

A pesar del arrollador arranque de la película, muy pronto empieza a perder fuerza como si de una mala gaseosa se tratara. El interés por la historia va decayendo paulatinamente hasta convertirse en un producto que aburre y donde te da exactamente igual lo que sucede y lo que pueda suceder. Mucha culpa de esto la tiene su pulso narrativo tan pausado, pero por desgracia no es lo único: la mezcla de géneros que propone el filme no funciona y desorienta al espectador, el director naufraga al construir la trama y muchos de los personajes, ya que se preocupa más por la forma que por el fondo, las interpretaciones de los actores son flojitas en líneas generales, el guión está repleto de subtramas que o bien no sirven para nada o bien las resuelven de un plumazo de manera muy desdibujada, los personajes se comportan de forma caótica, con diálogos rebuscadísimos y nunca terminan por calar en la historia y, por último, el desenlace te deja frío, apático y no emociona en ningún momento.

En definitiva, “Pan negro” no es más que otra rancia película sobre la posguerra inflada infinitamente, como de costumbre, por críticos de cine empeñados en encontrar algo sublime donde no lo hay.

La película tiene poco que criticar. Hacer una buena película basada en una buena idea es posible. Hacer una buena película basada única y exclusivamente en propaganda política es prácticamente imposible. Esta película no es una excepción. Pero claro, una película que tiene una subvención del 84% de los 4,5 millones de presupuesto, pues obviamente, como todo en la vida, su objetivo principal no es un producto de calidad para el público, pues ya que hay una manifiesta incapacidad para hacer algo de calidad que guste al gran público, se hace un subproducto dirigido a un pequeño sector, el sector que me dice el subvencionador, y así sale lo que sale.

Sale una cinta que sólo han visto 140000 espectadores. Y han retirado tres veces de cartelera debido a su nefasta acogida por el público en su estreno original. De todas formas sus otros dos estrenos tampoco fueron un éxito a pesar de los "independientes y prestigiosos" premios Yoya.

Mientras el cine esté subvencionado será un instrumento político y será poco más que ver una sesión parlamentaria. Eso sí, siempre hay algún cineasta de gran "talento" que dice que el cine debe estar subvencionado, sí señor, eso es objetividad. Es como si un taxista dice que el taxi debe estar subvencionado. Pero bueno, da igual porque a España le sobra el dinero.

Conclusión:

-Una estatuilla de metal muy fea.
*precio: lamer el culo adecuado.

-Una sala de cine llena de público.
*No tiene precio.

Una historia sobre la población civil en período de posguerra, sobre la perversión que la guerra y la necesidad que deriva de ella, producen sobre ciudadanos comunes. Familias separadas por una línea roja. Muros. Niños convertidos en adultos de la noche a la mañana. Mano de obra del bando perdedor para el enriquecimiento de los poderosos. Derecho de pernada. Luto perpetuo.

Una historia de secretos, crímenes, traiciones e ideales desde el punto de vista de un niño que ocupa excesivo protagonismo dadas sus capacidades para la actuación. Infantes dados en adopción de los que se adueñan los potentados. El triunfo social para quien es capaz de dejar a un lado a su madre. La necesidad de perdonar al padre.

Una filmación con luz tenue, enigmática y escenas que recuerdan vivamente a otras ya rodadas. El mítico (aunque real) hombre escondido en el armario de “Los girasoles ciegos”, el juego bélico de los niños de “Las bicicletas son para el verano”. El recurso a la fantasía desde el punto de vista infantil que ya abordó “El laberinto del fauno” a cuyo guión recuerda “Pa negre” como una copia a su original.

No observo la singularidad que ensalzan los medios. Me suena a repetida, aunque el mensaje no es por ello menos real. Tristemente.