Byzantium

No lo vais a creer, pero en esta peli de Neil Jordan no sale Stephen Rea, ni siquiera un momento. ¿Se habrán enfadao?

Esta es la historia de dos vampiras que han de buscarse el sustento, como todo el mundo. A la más mayor le toca mantener a la más joven, que todavía va al cole, pese a tener 200 años ya. Menuda putada, tú. Pero, pese a todo, no es cine de terror.

El argumento nos lleva por unos vericuetos algo intransitables a ratos, por despendolados, y algo predecibles a otros, pero se sigue con interés y cierto disfrute. La peli nos retrotrae a Entrevista con el vampiro, no sólo por su elegante estética gótica, sino, sobre todo, por sus dos protagonistas; una aguerrida y sensual vampiresa y su compañera, una lánguida vampira atormentada que necesita contar su historia, tal cual le pasaba al Louis de la anterior peli de Jordan, que también era un quejicoso, el tío.

Ni los crucifijos, ni los ajos, ni los rayos solares; lo único a lo que temen las protas es a sus congéneres masculinos, misóginos perdidos. Será, pues, que el inframundo también pertenece a los hombres, y las mujeres, por tanto, han de pelear para hacer valer sus derechos.
Así pues, pese a no ser de terror, resulta que sí es una peli de género.

Neil Jordan (En compañía de lobos, El hotel de los fantasmas, Los Borgia...) vuelve al mundo vampírico 18 años después de trasladar a la gran pantalla la excelente obra literaria escrita por Anne Rice, 'Entrevista con el vampiro'. Creando una historia a caballo entre el terror y el drama más romántico con un resultado final dispar por diferentes motivos. La trama nos introduce en la vida de una madre y su hija, que tras abandonar la escena de un violento crimen consiguen establecerse en una nueva propiedad para ellas llamada Hotel Byzantium. En ese lugar vamos conociendo todos los secretos que otorga la inexporable existencia de Clara y Eleanor, sus vivencias como seres vampíricos y su deambulante recorrido por la oscuridad de la inmortalidad. Consigue retratar una ambientación especial, con toques "vintage" entrelazados con un aspecto más moderno. A pesar de contar con una buena fotografía y una excelente música, las localizaciones suelen ser repetitivas a lo largo del desarrollo. Las piezas de piano tocadas dentro de la película son exquisitas, mucho más destacables que los efectos especiales y música ambiental. La explosivamente atractiva Gemma Artenton (RocknRolla, Quantom of Solace, Runner Runner...) queda eclipsada en todo momento por la interpretación de la joven Saoirse Ronan (The Lovely Bones, The Host, El gran Hotel Budapest...), un personaje abstracto, con mucha sensibilidad y empatía, atrapada en la eterna adolescencia y en los dilemas que ello conlleva, que a raíz de sus cartas que se pierden en el viento encontramos la línea para seguir el camino de la trama.

El guión bebe de otras historias similares, intentando obtener esa identidad propia merecedora de permanecer en nuestro recuerdo, sin conseguirlo. Los personajes secundarios no tienen alma, aún consiguiendo permanecer inmunes en el teatro dramático que ofrece, no están a la altura de una inexorable protagonista. Inyecta una dosis de originalidad narrando la historia en dos épocas bien diferenciadas, la vida de las no muertas en la actualidad y dos siglos antes, donde se transformaron en inmortales. Varias escenas sobrantes que alargan el metraje sin ofrecer nada a la trama, un desenlace atropellado y convencional que no sorprende. Múltiples detalles que dan todo masticado al espectador restando esa capacidad de pensamiento que generan esas importantes historias contadas del mundo del cine. Una estupenda Saoirse Ronan, una trama con gran contenido romántico, lirismo poético pragmatizados con una narración entre dos épocas muy diferentes es lo mas destacable del film. Sus puntos negros son la repetición de situaciones, la poca variedad de guión con escenas estériles y unos personajes secundarios que son meras figuras dentro de la pantalla. Se agradece una nueva historia de trasfondo vampírico huyendo de bobadas amorosas como las que se han estrenado en los últimos tiempos, pero que no llegan a igualar en calidad a otras obras más influyentes y reconocidas como 'Déjame Entrar' (Tomas Alfredson, 2008).

“Byzantium” no como me había imaginado. Sí, bebe de historias como “Crepúsculo” y es como si estuvieras viendo una repetición femenina de “Entrevista con el vampiro”, pero aún así es más diferente que todo eso. Por un lado tenemos a vampiros que pueden ver el sol sin sufrir ninguna consecuencia, pero por otro lado tenemos cosas de Lestat y Louis, como lo de beber sangre de la muñeca. Sin olvidar que de alguna forma reinventa el cliché de cómo crear un inmortal.
Dos mujeres. Una es Claire (Gemma Arterton), se dedica al mundo de la noche para ganar dinero para vivir y proteger a su hermana pequeña. Eleanor (Saoirse Ronan) cuenta su historia diariamente en un block de notas, pero lo único que puede hacer es arrancar hoja a hoja su historia. Ambas intentan huir de algo que las persigue. Ambas guardan un oscuro secreto. No es solamente una historia vampírica sino una historia de la consecuencia de la inmortalidad.

No sé, he tenido sentimientos muy positivos viendo la película. Además que he tenido la misma sensación que viendo la de Anne Rice, un personaje dominante y otro que quiere escapar pero no sabe cómo. En serio es mucho mejor de como la han tratado. Gemma Arterton juega con su sensualidad para interpretar a un personaje atormentado pero consciente de lo que es y de lo que les persigue. Por otro lado Saoirse Ronan está maravillosa y esa mirada que procesa es espectacular, ella quiere contar su historia a toda cosa, quiere quitarse un peso de encima… pero no quiere traicionar a Claire.

Ambas actrices y sus personajes bien definidos dan la sensación de no pertenecer al tiempo actual en el que está rodada la película. La estética neo-gótica que recrean termina de meterte en la historia vampírica. Por otro lado el guión deja mucho que desear en cuanto a la historia y el desenlace, pero el relato que les precede y la construcción de las protagonistas es bastante positiva.

La fotografía de Sean Bobbitt es simplemente soberbia y magistral, los primeros planos de la actriz Saoirse Ronan son maravillosos, los tonos rojos de la sangre y azules de los ojos de Ronan predominan en el metraje, es como si nos hipnotizaran. Todo ello sin olvidar la música de Javier Navarrete que termina de meternos de lleno en el metraje. Para mi uno de los mejores aspectos de la película son estas dos cosas.

Como conclusión decir que para mí es buena, tanto que de un 7 o incluso 7,5 no bajaría. A pesar de que Neil Jordan pueda tomar ciertas cosas de anteriores trabajos o incluso de otras películas vampíricas y el guión de Moira Buffini podría haber aportado más historia, el lirismo y romanticismo vampírico está clavado en el metraje y todo aquel que beba de “Entrevista con el vampiro” seguramente no se sentirá tan defraudado como puedan creer.

Antes de Drácula, de Stoker, el vampiro fue Carmilla (o Mircalla), del también irlandés Sheridan Le Fanu, que al igual que el primero hace una presentación fundamentalmente misógina del personaje, venido del paganismo para despertar pulsiones inaceptables en la rígida moral victoriana, según la que se aconsejaba a las mujeres, en el tan inevitable como al parecer indeseable acto del débito conyugal, "cerrar los ojos y pensar en el bien del Imperio".
Neil Jordan, como ya hizo en En compañia de lobos, da la vuelta al estereotipo narrativo y presenta a Carmilla como una victima de las locuras masculinas de los no-muertos, que había relatado extensamente en La entrevista con el vampiro, de la que, en ocasiones, Byzantium parece una continuación. Una victima que, sin embargo, se defiende con admirables energía y eficacia.
Con la potencia visual del mejor Jordan (que usa, como hizo en Mona Lisa, un parque temático de fondo a modo de contraste bufo con la acción), se presenta esta potente, gótica, bizarra, historia de vampiras obligadas a la supervivencia en un mundo masculino y hostil.
La película es excelente, aunque en mi opinión no escapa de su maldición misógina, como demuestran la presentación de Gemma Arterton como una devoradora de hombres, para mayor regusto de éstos, todo sea dicho, y el hecho de que, pese a sus 200 años de vida, Carmilla no parece haber aprendido otro oficio que el "más antiguo del mundo".

Y sí; es cierto, recuerda a Déjame entrar en algunos aspectos. También a Entrevista con el vampiro recurriendo de nuevo a las retrospectivas narrativas. Tiene puntos originales que, de no ser por la anterior película sueca ya comentada, hubieran sorprendido más y que, ahora se quedan en un nuevo punto de vista dentro de la misma línea argumental y de puesta en escena. No es redonda porque peca de ese "buenismo" (ver spoiler) que se aleja de la carga trágica que parecía llevar inicialmente. Aun así, la recomiendo porque es un excelente entretenimiento y, entre tanta moda vampírica hortera, cuesta encontrar cintas buenas de verdad que, tratando este tema tan fascinante, no se dejen arrastrar por tanta neurona "teen", escenarios "cool" y vestuario digno de desfile de modelos que, acaban por despojar a las historias de un verdadero fondo; para convertirse en culebrones con colmillos. Buena propuesta, en definitiva. Lo peor son los "malos"... sobre todo en la parte final de la historia narrada dentro de la peli y, de la "actual" de los personajes. Esos malotes son un poco de TBO.