Byzantium

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Byzantium tiene algo extraño, como su director. Capaz de rodar comedias mainstream con Sean Penn y Robert De Niro, triunfar en medio mundo con la irregular El juego de lágrimas y pasar desapercibido con la interesante El fin del romance. Un todoterreno de 64 años que va por libre. En Byzantium vuelve a mostrar que, con un presupuesto suficiente, puede rodar una cinta estéticamente impactante.

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La película de Neil Jordan trata de evitar los clichés propios del género. En algunos casos lo consigue, en otros no. Rodar una historia de vampiros con una protagonista adolescente y salir airoso de comparaciones malintencionadas no es nada sencillo. La sombra de Crepúsculo y sucedáneos es demasiado alargada.

Byzantium también está dirigida a un espectador joven, pero más exigente. A pesar de la presencia de la imponente (tal vez, demasiado) Gemma Artenton (Hansel y Gretel), Byzantium no es una pasarela de guapas, poses y abdominales. La cinta de Neil Jordan trata de ofrecer un espectáculo lírico, exuberante y romántico. Saoirse Ronan (The Host) quiere madurar, a pesar de que sabe que siempre tendrá 16 años. La madre lleva 200 años protegiendo a su hija. Tal vez ha llegado el momento de cambiar…

A pesar de las buenas intenciones de la película, a pesar de su potencia visual, Byzantium no logra satisfacer por completo. Su guión está un tanto deshilvanado. Nos cuesta desentrañar el mensaje de la cinta, sin duda porque no hemos puesto en el visionado de la película toda nuestra concentración… Son cosas que pasan. Creemos que Byzantium (que podría haberse titulado de cualquier otra manera) habla sobre la memoria, sobre la pesada carga de recuerdos que porta un ser que vive para siempre. Ya es pesada para un mortal…

Lo Mejor: Trata de ofrecer una historia original sobre vampiros. El aspecto estético. Las localizaciones.

Lo Peor: Puede aburrir. Le falta nervio.

[crítica completa en alucine.es]

Qué curioso que se estrene ahora esta película que ví hace cuatro o cinco meses...

Bajo la elegancia del director, y la belleza de sus protagonistas (sexual la de Arterton, platónica la de Ronan) se muestra en esta teatral obra, creo yo, una historia de la lucha de sexos. Los hombres, poderosos, pertenecientes a una liga vampírica, ostentan el mando y control de la inmortalidad y sus miembros, que sólo pueden transmitirse entre varones. La mujer, bajo condena por haber tomado la inmortalidad sin ser "invitada", y además haber vampirizado a su hija, es fiel reflejo de la sumisión impuesta de su género. Curioso y genial traslado de la realidad, en que es la mujer la que no puede "engendrar" (inmortales) en esta alegoría de amor por la sangre en otros sentidos a los habituales.

Extraña y genial también la forma en que se convierten aquí en vampiros, por vía de un espíritu, o santo, que se presenta bajo la propia apariencia en una primitiva cúpula de piedras, para a continuación asesinar al candidato desangrándolo, que resucita después en la vida eterna que le acompañará por siempre.

Tomada la inmortalidad por esta madre coraje, se dispone a cuidar de su hija huyendo siempre de los hombres poderosos que buscan su muerte, sobreviviendo (continuación de la alegoría) de la única manera en que en un nivel casi antropológico podría: la prostitución. Sierva de su propio sexo, y sometida por él, la mujer tipo que interpreta aquí bastante bien Arterton (normalmente pésima actriz) debe vivir a costa de su cuerpo y su apariencia, sometida de otro modo a esos hombres que la maltrataron y que paradójicmente siempre ostentan el poder sobre ella. "Tienes idea de lo que tengo que hacer por ti?".

El hombre tiene el poder, físico, económico, legal... la mujer vive en una prostitucion contínua, ya sea ante sus maridos, ya ante extraños. Esta peli es lenta, pausada. Esta peli es muy buena, amigos. No es tanto una historia de vampiros, como de "vampirismo".

PD1: a Ronan la veo bastante buena candidata para las nuevas de Star Wars... lástima que le hayan dicho que no...

PD2: imprescindible ver en VO.

Está muy influenciada por el tono moroso e intimista de "Déjame entrar", lo cual resulta una buena noticia para los que aplaudimos aquella. Tiene ciertos altibajos y desde luego no es redonda, pero sus pinceladas feministas y su simpatía hacia los marginados (¿Caleb Landry Jones otra vez haciendo de enfermo?) la coloca algunos escalones por encima de la media. Las dos actrices principales están convincentes (sí, también Arterton) y la música del español Javier Navarrete le otorga cierto aire melancólico que le viene muy bien. Se nota que detrás de todo el tinglado tenemos un sólido director como Neil Jordan. Se atreve a unir dos tiempos y el resultado es digno, aunque la trama actual me pareció mejor aprovechada que la del pasado. Un film de momentos antes que una película de concepto.

Neil siempre o casi siempre es sinónimo de polémica, ya lo hizo con Desayuno en Plutón y después con La extraña que hay en ti y en esta ocasión ni iba a ser la excepción. Pero el simple hecho de que su pre estreno fuera en televisión deja entrever que puede tener ciertas carencias.

Una vez vista la sensación que deja, es de haber dejado una buena idea irse por los mares de lo poético sin haber exprimido más el jugo de lo dramático.

La trama resulta muy interesante, con una atmósfera muy controlada y con una estética negra muy singular, que hace que desde en un principio prestemos mucha atención a lo que nos están contando, ya que se prevé un desarrollo de los acontecimientos frenético y es en esos primeros compases donde pueden estar las respuestas a futuras preguntas, pero una vez pasada esa barrera de sugestión controlada el trascurso de la historia sigue esa misma linea que no termina despegar, llevándose consigo cierto interés por parte del espectador hacía una historia cada vez más inverosímil , ya que va preparando el terreno para algo que no llega y que cuando parece que remonta, la historia está medio terminada, habiendo perdido demasiado tiempo en la recreación de unos acontecimientos, adornándolos con un toque poético y estético aceptable pero invirtiendo poco en la creación y evolución de una historia que podría haber estado mucho mejor contada.
Por otro lado tenemos a sus protagonistas, de las cuales se puede decir que Gemma Arterton es el personaje tópico de la película y todo lo que ella aporta esta sujeto a un alto grado de predecibilidad alto , y por su lado opuesto tenemos a Saoirse Ronan que realiza un trabajo un poco forzado, dejando a su personaje en un lugar de dudosa reputación.

Como conclusión se puede decir que se trata de una película para los amantes de las buenas palabras, que buscan más lo estético y poético y no recomendada para quienes busquen en ella algo de terror, ya que si hay algo de lo que carezca en demasía en de eso mismo.

Lo mejor: La elegancia de la propuesta
Lo peor : No haberla hecho más oscura.

Neil Jordan vuelve al fantástico cogiendo el género que le elevó al olimpo de los que mejor han sabido sacar partido del género vampírico. Este Byzantium es un quiero y puedo, pero el material no es lo suficiente sofisticado y trascendente para decir algo diferente dentro del género vampírico, eso si, es la mejor inclusión al género desde... no sé yo... quizás desde La sombra del vampiro allá a principios del siglo XXI.

La película tienen muchas similitudes con Entrevista con el vampiro, sobretodo todo el rollo existencial, y creo que la película homenajea muy bien el cine de finales de los ochenta y principios de los noventa, donde todavía no se notaba el excesivo uso digital que se da hoy en día a producciones muy similares de este género vampírico.