Erin Brockovich

Julia Roberts representando el papel de mujeres-que-pueden-con-todo, que le hizo ganadora de un (merecido) Oscar en una película que si hubiese sido una historia original (no basada en ningún hecho) podría haber sido un telefilm, pero que al estar basada en la historia real de una ama de casa que lucho contra todo lo que se le venia encima para defender a los vecinos de un pueblo merece un aplauso. Película entretenida de ver, que plasma la historia de la verdadera Erin Brockovich de una forma estupenda.
La propia Erin Brockovich dio el visto bueno a la película y sale como la camarera del restaurante al principio de la cinta.

Erin Brockovich es una película agradable, bien escrita e interpretada, que no se diferencia mucho de un telefilme de sobremesa acerca de denuncias sociales. No es una obra maestra ni creo que pretendiera serlo nunca, y desde luego se le pueden criticar muchas cosas, pero es un buen melodrama con un gran Albert Finney y sobre todo una Julia Roberts que pocas veces estuvo más carismática e irradiando más fuerza. Si la lluvia de premios fue excesiva o no es algo que debe decidir el espectador, pero lo cierto es que Roberts carga con toda la película a sus espaldas y borda el carácter luchador del personaje sin despeinarse.

Lo mejor: Julia Roberts y Albert Finney.
Lo peor: Lo sumamente tópica y simple que es. Pero es una historia real, qué quieren.

De igual modo que hay una Poesía Social existen en el Cine y a mi parecer lo que yo llamo películas sociales, las cuales no sé si quedarían englobadas en lo que los más versados entienden por Cine Social pero que sí están destinadas a denunciar algo o a hacerse eco de denuncias o reivindicaciones que han sido referencia en el mundo en qué vivimos.
ERIN BROCKOVICH es una de esas cintas a las que yo atribuyo no poco corte social.
Bajo la batuta de Steven Soderbergh, uno de los más competentes directores de las nuevas hornadas hollywoodienses, el siempre magistral Albert Finney y la puntualmente soberbia Julia Roberts componen una de las más poderosas parejas protagonistas del Cine reciente.
ERIN BROCOVICH, bien contada y bien concebida, presenta a juicio universal una más de los cientos de miles de batallas de David contra Goliat que han acontecido desde el minuto 0, habiéndonos ganado ya desde el principio para la causa colocando en la piel de David a una bella, atrevida, sugerente, pícara y lenguaraz jaca de metro ochenta con las narices suficientes como para cantarle la tabla a su propio jefe.
Es decir, la compañera perfecta para el caso de que uno a ella le haya caído en gracia, vaya.

En esta película, se pudo ver que Julia Roberts era una gran actriz. Estuvo magnífica, sin duda lo mejor de esta película (merecidisimo el Óscar), ya que supo reflejar al personaje, y darle un toque picaresco que encantó. El guión también es estupendo, a veces con un ritmo un poco lento, pero a mí me atrapó la historia desde el principio. En cuanto al director, donde otros hubieran metido topicazos, el supo distinguirse, y distinguir a la película como una buena historia.
Lo mejor: El morro que le echa a la vida Erin.

Correcto film sobre una mujer que ve como los habitantes de la localidad en donde vive se enferman o mueren por causa del agua que ingieren.
Y su lucha sobre las empresas que contaminan el agua.

Lo malo de este interesante y buena idea, es que se realice en Hollywood con todas las convenciones que esto requiere, por empezar poner a Julia Robert a interpretar el papel de Erin Brockovich, ya que no logra llegar a ser Erin Brockovich sino Julia siendo simpática y en este caso "interpretando" a una madre soltera con dos hijos pequeños que combate contra una empresa.
Lo bueno las interpretaciones de los secundarios sobretodo Aaron Eckhart excelente cuándo lo sacan de sus eternos dos papeles de galán dulce y galán sarcástico, demuestra que puede ser un actor versátil, al igual Marg Helgenberger en la piel de una mujer enferma que se aferra a la vida, ella hubiera sido perfecta para interpretar a Brockovich hasta se parece más a la verdadera que Robert.