Erin Brockovich

La interpretación de Julia Roberts en este film es completamente perfecta, no podría encontrarle ningún pero y no me extraña lo más minimo que ganara el Oscar, rotundamente merecido.
Me parece una peli muy equilibrada en el sentido de que hay un poco de todo: Existe un drama familiar y una mujer luchadora que intenta sacar a sus hijos adelante como buenamente puede, también está el momento amor con el motero macarra pero buenísima persona, y por supuesto está el suspense con ese caso que parece que nunca va a tener fin.
No le sobra nada, no falta nada, es absolutamente perfecta. Me encantó.
Mi nota: 10/10.

Julia Roberts nos regala una mágnifica interpretación que le valió un merecido Oscar, y que ha hecho que el nombre de esta madre coraje se nos quede memorizado en nuesta mente.
Basado en hechos reales, la película nos cuenta la historia de una mujer que por las circunstancias de la vida no le ha ofrecido muchas cosas buenas. Desde que fue elegida Miss en su pueblo, su vida cae en picado teniendo como únicos regalos sus tres hijos. Tres bocas que debe alimentar gracias a trabajos que no puede conseguir. Es una mujer lista, pero se la juzga por su temperamento y su forma de vestir. Un mujer luchadora que hará todo lo posible por lograr darle un futuro mejor a sus hijos.
Este personaje llega a un punto en el que no se puede caer más bajo. En ese momento recibe un atisbo de esperanza y se pondrá a trabajar en un despacho de abogados. Ahí investigará un caso que hará revolucinar a todo el país en el que cientos de personas están involucradas en una mentira creada por una gran multinacional.
La película está magistralmente rodada por Steven Soderbergh, apoyado en un guión magistral que sorprende sobre todo porque está basado en hechos reales. Una historia que parece sacada de la pluma de cualquier escritor de suspense. Una historia de investigación, miedos y asesinatos.
Decir que como guiño aparece la auténtica Erin Brockovich haciendo de camarera mientras sirve la comida a Julia Roberts y los tres niños.
En fin, una grandísima película que en ningún momento se hace pesada y con la que uno podrá disfrutar de magníficas interpretaciones y de una historia que engancha desde el principio.

Lo más interesante que tiene esta cinta es el retrato de su protagonista la petarda e insufrible Erin Brockovich. Que a semejante personaje se la quiera representar como modelo a seguir, como ejemplo del feminismo y otras chorradas por el estilo, indica varias cosas preocupantes, que se pueden concretar en que se entiende el feminismo como una simple inversión de roles: las mujeres tienen que comportarse con lo hacen los hombres, pero no los educados, correctos y formales sino los más desvergonzados, desagradables y prepotentes, o sea, "masculinos". O sea Erin hace todo lo que tradicionalmente se le ha reprochado a los hombres.

Lo peor de todo es que este deseo de ser varones esconde una gran frustración y un complejo de inferioridad, manifestado en Erin en la escasa formación y su nulo valor profesional y hasta humano, lo que hace que Erin sea una tía (encaja más que decirle mujer porque en verdad que es una tía a secas) tan desagradable, mordaz, hiriente, ofensiva, mal hablada, desconfiada, y sobre todo, egoísta. Porque, por ejemplo, a la abogada pelirroja la humilla, la deja totalmente hundida. Menos mal que Edward, que es el auténtico héroe de la cinta, le dice las verdades a Erin. Que por cierto, es Edward, su jefe, quien saca todo el caso adelante a pesar de las broncas, pataletas y desconfianza de Erin, una inútil que sólo tuvo suerte.

Pero antes he dicho que lo peor es que Erin es una egoísta. Si se analiza bien la cinta todos los personajes que aparecen en ella están para servirla: su jefe, sus hijos, su novio y hasta las víctimas. Todos cumplen la función de resaltar su ego, valorar sus méritos, "quererla tal como es", alabar su "genio", hacer de canguro o de "amo de casa", pagarle el dinero que se merece, etc. Porque esa es otra, el materialismo en el que se mueve es tan desvergonzado como el de las familias afectadas que por un puñado de dólares se olvidan del daño causado por la empresa contaminante.

En fin, si tradicionalmente se alababa como virtudes especialmente femeninas la capacidad de empatizar, su abnegación, su carácter conciliador, afable y tierno, su modestia y recato, cintas como "Erin Brockovich" les ofrecen perniciosos modelos para transformar a las féminas en seres egoístas, prepotentes, incapaces simplemente de disculparse, agresivas, soeces, bordes, con derecho a todo, narcisistas, incapaces de amar o de mostrar cariño, que visten como fulanas, que no aceptan una crítica, que miran a los demás por encima del hombre, que tratan a los hombres como a la mierda y a las mujeres como enemigas. En fin, el peor retrato de un varón. O sea la propia Erin Brockovich.

Película para ver a la linda de Julia Roberts cambiar de ropa en cada escena, lucir minifaldas y escotes atractivos y, al mejor estilo americano, maltratar a medio mundo (con los clásicos "carajo" en inglés) y adorar el dinero. Por lo demás ya lo habíamos visto todo en el cine: corporaciones perversas, investigaciones, juicios, amores conflictivos. Un simpático abogado (Albert Finney) la soporta sólo porque Erin abre la posibilidad de hacer un buen negocio. Todo perfectamente previsible, con aires de "dejà vu".

Al principio de ver esta película piensas que va a ser un truño pero nada de eso, es un film intrigante, con mucho suspense y muy entretenido y además creo que esta basado en un hecho real, el papel que hace Julia Roberts es impresionante sin un pero. Muy buena película.