El señor de las moscas

Película de impacto, que refleja y provoca una reflexión filosófica sobre la condición humana desde un punto de vista original y escalofriante. El hecho mismo de que los personajes sean niños proporciona al espectador una carga dramática e intensa. En ciertos aspectos recuerda a la terrorífica ¿Quién puede matar a un niño? de Ibáñez Serrador.

El Señor de las Moscas de 1963 es una película impactante y magistralmente realizada, como olvidar a esos chicos con sus caras y cuerpo pintados, con esas lanzas y sus ropas desgarradas, buscando un horizonte para su subsistencia. Como una metáfora de la lucha del hombre por dominar a un ambiente inhóspito, la lucha por el poder, la adoración de imágenes como ídolos, la guerra, el miedo a lo desconocido, el destino de los que quisieron adentrarse en buscar soluciones lógicas a los problemas y esa intolerancia al pensamiento diferente. Una fotografía maravillosa en blanco y negro, magistral musicalización y dirección. Esta película nos confronta con la realidad de la vida y estremece los cimientos de lo que ha sido nuestra civilización y nuestro pasado como seres humanos y la búsqueda de esa racionalidad tan difícil de encontrar.

Excelente historia y muy buena película, el tiempo paso muy rápido por lo bien narrada y lo entretenida he interesante que resultaba.

Tal vez por la época en que se hizo esta película pero siempre sentí que las reacciones de los niños tenían que ser un poco más crudas, más intensas pero como eran niños, aunque a pesar de eso, actuaron bastante bien todos y todos tenían su buen carisma.

Me fascinaría ver una nueva versión de esta historia escrita y dirigida por Christopher Nolan, creo que haría algo único porque la situación donde se encuentran los niños da para sacar mucho jugo a la mente humana y a su comportamiento.

El final estuvo bueno, lo que no me gustó mucho fue el inició, los primeros 4 o 5 minutos no me gustaron.

La dañina naturaleza humana es retratada en esta película que hace uso de un grupo de niños perdidos en una isla desierta para plasmar los problemas de nuestra sociedad. Este potente mensaje no acaba de desarrollarse con toda la fuerza que requiere, ya que está rodado de un modo casi experimental con demasiados cortes bruscos y escenas inconexas, lo cual funciona para empaparnos del caos reinante en esta pequeña civilización aunque desdibuja en exceso una historia que seguramente, y como es habitual, en la novela original defina mejor los hechos y los personajes.

Aun así, tiene mucho mérito conseguir que un grupo tan grande de chicos ofrezca unas actuaciones tan orgánicas y naturales, marcando bien sus diferentes roles sin resultar cargantes ni interponerse en lo realmente importante, transmitir una idea arriesgada con calidad y convicción.

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Debo decir que tenía ciertas reticencias antes de ver el film. Porque odio las películas con niños estúpidos que hacen comentarios estúpidos y tienen comportamientos estúpidos.Porque en las historias de hombres no pintan nada los niños. Porque los niños sirven para rellenar metraje y provocar mentirosas empatías. Pero esta película me hizo olvidar todo esto.
Unos niños quedan atrapados en una isla del Pacífico (no sobreviven adultos a un accidente aéreo) y deben organizarse y mantenerse con vida antes de ser rescatados. La relación entre ellos va deteriorándose con el paso de los días hasta el punto de exteriorizar los más viles comportamientos humanos.
Destacaría de la película:
-la fotografía en blanco y negro
-la coherencia de la historia y de la evolución de los sentimientos de los niños
-la presencia de dos elementos (la bestia y el fuego) como catarsis a sus temores y esperanzas
-la naturalidad en la interpretación de los niños