La galaxia del terror

Vale, que cuando uno se enfrenta a una peli de Serie B que ya en su momento fue vapuleada por la crítica y casi se la pega en taquilla, no se debe ir con expectativas demasiado altas. Sobre todo debido al interminable reguero de exploitation espaciales que precedieron a 'Alien', a las que un tal Roger Corman quiso dejar su "estimable" granito de arena. Pero aún así es una pena ver como esta mediocre y ridícula space opera desaprovecha un material que podría haber sido muy disfrutable, y que se beneficia de unos escenarios tremendamente resultones bastante bien montados, unos F/X aceptables para la época (los efectos de sonido de blasters y demás parafernalia informática ya son tema aparte), y sobre todo, de muchas ganas y considerable imaginación para surtir de imágenes perturbadoramente sangrientas, con algunos momentos gore hiperbólicos (los niveles de destrucción del cuerpo humano en algunas muertes son dignos del primer Cronenberg).

Y sin embargo lo que hay aquí es una historia que se sigue a ráfagas y que no parece contar con una línea narrativa muy clara, cortesía de un infame libreto que dificulta la comprensión de la trama si es que la hubiese (incluso cuesta trabajo identificar qué grupos de personajes van juntos en cada momento), ni explica nada acerca de las motivaciones de los personajes o por qué hacen las cosas que hacen. Está todo tan absolutamente desdibujado que se convierte en una obra tan vacía en la que la ¿trama? se reduce básicamente a ver como un escuadrón de personas va muriendo dolorosamente sin que hagan NADA por impedirlo. De hecho, parece que tienen una extraña parafilia a la hora de exponerse al peligro. La cosa es tan chunga que incluso se obvian ciertos acontecimientos que deberían ser trascendentales para seguir un poco mejor el trasfondo de todo, pero ni en algo tan elemental se encuentran atinados. El guion parece que los olvida y el errático montaje se empeña en dificultarlo todo aún más.

Los personajes poseen actitudes tan delirantes que es imposible que pueda tomárseles en serio (Jack Blessing como el clásico acojonado del género, Sid Haig como el tipo duro de pocas palabras, y Zalman King como el líder agresivo, son tan exagerados que uno solo desea que caigan lo más pronto posible presa de estas desagradables criaturas), y por ende, tampoco sus espantosas interpretaciones. Edward Albert y Robert Englund son los únicos que mínimamente parecen ser personas con un mínimo de lógica interna, dejando la curiosidad de ver a Freddy fuera de su saga de pesadilla. Es imposible empatizar en ningún momento con unos protas que en ningún momento poseen presentación alguna, y que parecen avanzar únicamente mediante estímulos e impulsos emocionales (la Capitana Trantor se lleva la palma, no tiene sentido ni una sola de sus apariciones).

Algo tan deliberadamente desastroso a nivel de escritura y que plantea situaciones tan repetitivas constantemente solo puede suponer un sinsentido plagado de despropósitos con alguna idea medianamente curiosa (la inspiración de Paul W.S. Anderson para la fantástica 'Horizonte final' es más que palpable) pero que ni siquiera da para disfrutar de una velada de cine cutre ochentero. Una propuesta tan cutre y tan mal pergeñada en la que ni siquiera se obvia el destete gratuito, las escenas de acción tontorronas con volteretas y patadas voladoras sin sentido (el pésimo montaje de la cinta no ayuda en absoluto), ni los ridículos efectos de sonido sacados directamente de una maquinita recreativa con más de 40 años. Y ojito a cuando se quiere poner metafísica gracias al personaje de Ray Walston, ni Kubrick en '2001'.

Un splatter espacial con algunos momentos gore medianamente inspirados del cual lo mejor que se puede decir es que no llega ni a robarte 80 minutos de tu existencia. Mejor pasen de largo de esta abominable galaxia.

·LO MEJOR: Algunos escenarios. Ciertos momentos gore.

· LO PEOR: El resto.

Me ha gustado bastante esta película de ciencia-ficción-terror, es muy entretenida, con efectos especiales que no están mal para su época, unos escenarios chulísimos, unos monstruos muy currados y muy buenas escenas, algunas hasta gore, u originales, como la del gusano violador gigante.

Mucha acción y entretenimiento, la recomiendo para pasar un buen rato.

Interesante ejercicio ochentero de terror y fantaciencia, de bajísimo presupuesto pero bastante bien explotado. Los efectos especiales son absolutamente aceptables -recordemos, es de comienzos de los 80- y el argumento, que bebe de media docena de fuentes distintas, entre ellas ALIEN, resulta tan solo una excusa para entretener al espectador con una serie de excesos entre terroríficos y eróticos que hacen que el producto se diferencie bastante de otros serie B de esa misma época.

Como en todas las producciones made in Corman, numerosas secuencias de la película se volvieron a utilizar en otras realizaciones de su productora, una práctica habitual de abaratamiento a la hora de filmar.

Un producto que se deja ver bien en nuestros dias, especial para los que amamos el fantástico ochentero, sin demasiadas dilaciones ni exigencias.

Uno de esos clásicos tapados de la ciencia ficción de serie B de los ochenta, que tiene entre sus filas a ni más ni menos que James Cameron como Production Designer.

El planteamiento de Galaxy of Terror sin duda es interesante, tomando ideas similares a Planeta Prohibido, y se compagina de forma genial con su estética y atmósfera, algo que no conseguía el clásico de los cincuenta.

Sin embargo hay muchos fallos en esa búsqueda del terror psicológico mezclado con el visceral. Las interpretaciones son horribles, el guión es un desastre y la edición es demasiado irregular y acelerada. La construcción de los personajes y su evolución a través de la trama es incoherente y sus reacciones parecen esporádicas y erráticas, cuando deberían ir evolucionando poco a poco, escalando la tensión en la película. Todo es muy rápido e incoherente. Por no decir que el montaje tiene cortes, que dan la sensación de que hay escenas perdidas

Existe un intento de crear una mitología interna al universo del filme, pero no está bien planteada y por ello no se entienden muchas acciones de los personajes o incluso de qué están hablando.

Una lástima, porque sin duda hay material interesante en la película. Una atmósfera que se deja influenciar por el arte de Gieger y ciertos toques del expresionismo alemán y una trama que podía dar juego tanto a un nivel psicológico, como a un nivel físico y visceral, como años más tarde conseguiría La Cosa. Es sin duda carne de cañón para un buen remake.

Si la carátula no deja claro qué película estás a punto de ver, los primeros minutos te lo confirman a lo grande. En algún lugar de la galaxia un hombre escapa de algo, aporreando botones como un poseído y corriendo sin sentido de un lado para otro. En algún otro punto del universo, un ser extraño que brilla mucho y dice ser el maestro de alguna cosa se pasa el día jugando al tres en raya tridimensional con un oráculo desdentado. No sabemos nada más, pero ahí queda eso.

Superadas esas escenas iniciales tan apasionantes e intrigantes, pasamos al verdadero meollo de la historia. Hay que rescatar a la tripulación desaparecida de una nave en un extraño planeta y para ello envían una nave de rescate con la peor tripulación posible, por si desaparecen también. Esta tripulación de pirados es una risa, en ella nos encontramos con el loco de los cristales, que al parecer solo ataca con cristales, se defiende con cristales, y suponemos come cristales, duerme en una cama de cristal y lleva zapatos de cristal. Nadie lo supera, pero la loca de la capitana, que al parecer es la última superviviente de alguna misión relacionada, poco le falta. Ésta está obsesionada con llegar pronto al lugar de la misión, a golpe de hiperespacio, para luego dejar que sean los otros los que exploren el planeta mientras se pone a jugar a un videojuego de marcianitos. Cosas de capitanes. Entre los demás integrantes también se encuentra un tío muy tenso que da las ordenes y es completamente ignorado, una prima de Ellen Ripley que hasta parece la propia Ripley en algún plano, Robert Englund, que a las primeras de cambio ya se encuentra entre las piernas de una mujer, una rubia cañón que será vilmente mancillada por un gusano espacial imaginario violador en una escena inmortal, o un viejo que no dice nada toda la maldita película, pero en el fondo es el más tarado de todos.

En cuanto a ambientación, en exteriores tenemos escenarios sombríos, calcos de Alien incluso en los sonidos, que no están del todo mal pese a notarse muy cutres. En interiores la influencia principal son las discotecas, con sus luces de colores y neón, parpadeantes y cambiantes, y solo superadas por la oscuridad reinante.
Hay muertes que tienen lo suyo, al menos un par de escenas que pueden pasar al clásico de lo cutre, acompañadas de casquería, monstruos horribles y diálogos vergonzosos. El vestuario es ridículo, como era de esperar. El guion no tiene pies ni cabeza y pasa por varias etapas: un inicio en que siembra la semilla de una historia disparatada, un nudo donde desaparece, y un desenlace donde se desmadra y se pierde en desvaríos del 'todo vale'.

Al final, pues te hechas unas risas. Si es que estos bodrios de la caspa no están tan mal, pese a lo mal que están.