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...Y si no, nos enfadamos

Comedia. Acción Kid y Ben, amigos pero rivales, participan en una carrera de coches cuyo premio es un estupendo "dune-buggy", un minibólido rojo con capota amarilla. Después de innumerables peripecias, Kid y Ben llegan juntos a la meta, por lo que el minibólido les pertenece a los dos. Kid propone que se lo jueguen a "cervezas y salchichas".
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
9 de marzo de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Bud Spencer y Terence Hill han formado parte de nuestras vidas y están directamente relacionadas con nuestra niñez.Claramente este hecho condiciona enormemente cualquier valoración que pueda hacer acerca de ellas.Se que sus guiones,interpretaciones,música,personajes,etc... no cambiaran la historia del cine pero hay cierto cine cuya grandeza radica precisamente en su intrascendencia.Concretamente esta pelicula es de mis favoritas aunque la verdad es que no hay demasiasdas diferencias entre unas y otras.Fue rodada en España y contiene algunas de las escenas más recordadas de este singular dúo cómico que a base de judias y puñetazos logró hacernos nuestra infancia un poquito más feliz y por ello siempre les estare agradecido.
juanjo
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24 de julio de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los dos protagonistas del film, accidentalmente se ven inmersos en una cuestión de trabajos sucios de mafiosos que atacan un local donde ellos compiten para ver quién gana: el que tolera más ingestiones de salchicha y cerveza consecutiva. Por otro lado, los delincuentes tienen el propósito de destruir un parque de diversiones y levantar allí un rascacielos, el más grande. Los protagonistas, que tienen un aplomo a prueba de balas, sin un rasgo de inquietud en su mirada, y haciendo valer su fuerza y su habilidad para la lucha, sin despeinarse tampoco, enfrentan todas las celadas y los ataques de los mafiosos sin perder nunca el humor y la ironía. El problema comienzan cuando su Buggy roja y de techo amarilla es incendiada. Reclaman entonces al jefe de la banda una de las mismas características. Ciertamente, el capo ni tiene intenciones de devolverla. La película abunda en gags cómicos, en general bastante logrados, como la lucha contra los motociclistas. Terence Hill le informa a través de una radio al jefe de la banda que se rompió la cabeza de uno de los motociclistas (contra un árbol). El interpelado, lejos de enojarse, comienza a saltar con mucho entusiasmo. Su colaborador y motivador, un delincuente alemán le recuerda: "pero es uno de los nuestros". No importa el argumento, ya que el jefe replica alborozado : "una cabeza rota es siempre una cabeza rota...". Así, la película discurre en una atmósfera realmente humorística, aunque quizá puedan ser algo sobreabundante las escenas de pugilato donde, demás está decir, siempre salen gananciosos los miembros del dúo. Las actuaciones, muy buenas. 8,75
elneon
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10 de enero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguna fórmula mágica debe tener esta película que 40 años después sigue haciéndome reír. Un humor básico, basado en la química entre 2 tipos que se llevan como el perro y el gato y tortas a cascoporro, pero que más da, funciona y a eso se le suma la nostalgia, el recuerdo de esas risas de mi niñez.
Tiene varios gags realmente descacharrantes como el del gimnasio, o el del asesino a sueldo, me he reído con ganas como si no hubieran pasado 20 años desde la última vez que la vi.
De este famoso dúo esta es de las pocas realmente buenas, la mayoría de las restantes repiten la fórmula de forma incesante pero con mucha menos gracia.
mohinder
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14 de febrero de 2016
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film se me antoja indispensable conocerlo porque quizá estemos ante la obra cumbre de la famosa pareja italiana. Unos mafiosos, por medio de la fuerza, quieren desalojar un terreno para construir un casino pero se encontrarán con un impedimento: Dos amigos muy peculiares que llegan allí casualmente.

Existe un aire infantil en su trama que puede no augurar algo noble, e incluso ese “puede” llegue a convertirse en sospecha firme. Pues no hay que temerlo, Bud Spencer jugando en un cochecito como un crío no se hace extraño, veamos en él ese gran valor del hombretón-crío: la inocencia cuando más grande mejor. Y si seguimos no no costará ir adentrándonos en la obra, disfrutar de ella e ir descubriendo una película muy elaborada pero al mismo tiempo, sencilla.

Estamos ante una película que pertenece a su tiempo, una obra de mirada limpia, sin contradicciones, y en la que confluyen un acierto tras otro. Junto a la comicidad no disfrazada, nos encontramos un guion prácticamente invisible, dentro de un ambiente tierno y nostálgico, y muy lejos de lo absurdo y la exageración.

El ritmo de una pegadiza canción de ritmo setentero es un arma que nos atrapa, su música nos envuelve en los instantes claves en los que Bud y Terence sueltan sus famosos mamporros que chascan como duros latigazos y que, sin disculpas, son desternillantes a más no poder. No hay escape.

Ya con los coches de choque te encuentras una compleja secuencia más difícil de hacer de lo que parece que es el aperitivo del momento "gimnasio de boxeadores", un reparto de golpes clásicos, marca de la pareja, que definir es algo peliagudo por temor a quedarnos cortos; diríamos sencillamente: Secuencia Homérica.
Por suerte, tenemos oportunidad de volver a asistir a otro compendio de este tipo de reparto de golpes varios a base de dos contra todos.

No merece la pena extenderse más, sino hacer hincapié en la recomendación. Verla y ya de paso, contemplar y descubrir a orillas del Puente de Toledo, los desaparecidos solares o descampados de las afueras de Madrid, más escenas en la Casa de Campo y las pistas de lo que sería la M30. Duelos con Ducati, la Ossa Enduro 250..., y las apariciones entrañables de Luis Barbero, Emilio Laguna, Donald Pleasence, Patty Sherpad…, en resumen, una obra con muchos e importantes alicientes.
floïd blue
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3 de septiembre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si juntasemos a todos los españoles que eran niños en los ochenta, y todas las veces que vieron esta pelicula, "...y si no, nos enfadamos", tendría el honor de ser, sino la película más taquillera del cine Español, sí la película que mas han visto los españoles. Y es que esta película, es, sobre todo, un pequeño clasico de la infancia. Quizás no tan memorable como Regreso al futuro o Terminator, dos obras trascendentes, pero si una buena película artesanal de mamporros. Infantil, divertida, y de naif ultraviolencia. Las películas de mamporros, son, o tendrían que llegar a ser, junto al porno, los dos principales argumentos del cine infantil. Un cine que muestre a nuestros hijos las dos pulsiones dominantes de la naturaleza humana, el sexo y la violencia, pero que haga abstracción de sus consecuencias. Películas donde Bud Spencer pueda dar su golpe del martillo pilón, y el arrodabrazo, sin que sus victimas sean desnucadas o tengan derrames cerebrales, o películas donde se pueda hacer sexo sin condón, matrimonio, o enfermedades.
SinverguenzadeAsis
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