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Ex Machina

Ciencia ficción. Thriller. Drama Caleb, un joven empleado en una importante empresa de tecnología, gana un peculiar premio: pasar una semana con el dueño de la misma en un lugar remoto en las montañas para evaluar si Ava, un robot-mujer con inteligencia artificial, tiene conciencia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 275
Críticas ordenadas por utilidad
20 de diciembre de 2015
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título quizás remita al latín "Deus ex Machina", que significa Dios desde la máquina, interpretación interesante que es insinuada por Nathan (profeta para los hebreos) y Caleb (explorador según la Biblia hebrea), protagonistas humanos de esta notable pieza de ciencia ficción. La película se plantea en un tono fundacional: la creación de la primera inteligencia artificial que supera la prueba de Turing y manifiesta una inteligencia propia y singular. Es curioso que de los labios de Nathan surja una frase proveniente del Bhagavad Gita, un texto religioso hindú, siendo que la película no plantea ningún dilema espiritual, es más bien fría y al final deja clara su intención. "En el sueño, en la confusión, en lo profundo de la vergüenza, las buenas obras del pasado definen al hombre", es una declaración de principios de Nathan, un genio programador de características narcisistas que cree fervientemente en que el fin justifica los medios. El novelista y director británico Alex Garland despliega un brillante guión, con diálogos inteligentes que abren interrogantes, y una puesta en escena notable en que alterna planos generales de la naturaleza con planos cerrados y claustrofóbicos del búnker donde Nathan experimenta con Ava y Kyoko, el otro robot. En algún minuto Nathan le insinúa a Caleb que si Ava fuera solo voz, ésta lo engañaría y pasaría por humana, un puente hacia "Her" (2013) de Spike Jonze, donde Samantha (sistema operativo) aprendía a velocidades insospechadas y adquiría un libre albedrío sin experimentar culpa. Algo similar ocurre con Ava, que de alguna forma se pone el traje de Rachel, la replicante del Blade Runner (1982) de Ridley Scott, imitación humana que carece de empatía, pero que tiene conciencia de su existencia. Las imágenes finales (excelentes planos fijos) muestran la técnica automática del pintor Jackson Pollock, dando a entender que Ava es una nueva conciencia, una cierta forma de arte genuina e individual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Anibal Ricci
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29 de mayo de 2015
32 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante debut de Alex Garland tras las cámaras en una película con interesantes aportaciones al tema de la inteligencia artificial, que quizá se queda a medio gas y no aprovecha del todo su metraje; de hecho, bien le hubiera venido un recorte a las casi dos horas de film, y no habría desentonado como nuevo capítulo especial de Black Mirror.
A ratos, sin artificios, se vuelve agobiante (especialmente el momento de las grabaciones de cámara), sin llegar a ser un slasher aunque con ciertos toques del género que parece persiguen a Garland, la propuesta se caracteriza por los diálogos justos y la dirección pausada incidiendo en su propuesta reflexiva, y ése es su mayor acierto, ya que lo verdaderamente potente, como en tantas otras cintas de ciencia ficción que están apareciendo últimamente, es su mensaje, y lo demás intenta no molestar, sino sólo darle algo de empaque para que no desviemos la atención de su propuesta: si lo consigue y no desviamos nuestra atención, nos daremos cuenta de que, tanto si nos molesta como si no su final, es la mayor prueba de que ha pasado con sobresaliente el Test de Turing.
samanosuke
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1 de junio de 2015
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia ficción independiente continúa en uno de sus años más fructíferos. Tras películas impresionantes que nos está dejando el 2015 dentro del género como “Autómata” de Gabe Ibáñez, “Spring” de Justin Benson, “I Origins” de Mike Cahill y “The Signal” de William Eubank; llega “Ex Machina”, un film que aborda el tema de la inteligencia artificial como pocas lo han hecho hasta ahora.

Alex Garland, la mente maestra detrás de los guiones de tres títulos consagratorios como “28 Days Later” (2002), “Sunshine” (2007) y “Never Let Me Go” (2010), dirige su primera película, y es la historia de Caleb (Domhnall Gleeson), un empleado de una empresa de programación e informática que gana el premio de pasar una semana en casa de Nathan (Oscar Isaac), dueño de la empresa, una persona al que pocos tienen el privilegio de conocer. Una vez allí, Caleb no sólo descubre una mansión secreta llena de lujos y avances tecnológicos, sino también la máxima creación de Nathan, Ava (Alicia Vikander), una robot de apariencia humana con la que éste pretende revolucionar el mundo de la Inteligencia Artificial (I.A.).

La I.A. ha sido abordada en numerosas cintas desde los inicios del cine. “Metropolis” (1927) ya planteaba visionariamente esa posibilidad; “2001: Odisea del Espacio” (1968) tenía en HAL 9000 un elemento clave; George Lucas con “THX 1138” (1971) lo volvía a poner en discusión; y en 1982, Rick Deckard se hacía cargo de la búsqueda de los mejores replicantes de la historia en un clásico como “Blade Runner”. Sin ir más lejos, la saga de “Terminator” se sostiene sobre el enfrentamiento con Skynet, la I.A. que lidera el ejército de las máquinas.

Sin embargo, es en las últimas dos décadas donde han surgido títulos en los que la I.A. es el protagonista absoluto de la trama y, por ende, la deconstrucción del tema y el desarrollo de la cinta giran de manera exclusiva en torno a esta tecnología, cuestionando su uso y acercándonos a un futuro que cada vez tiene menos de ficción. “El Hombre Bicentenario” (1999), “Inteligencia Artificial” (2001), “Yo Robot” (2004) y recientemente “Her” (2013), a modo de ejemplo.

“Ex Machina” se suma a estos títulos, con el gran mérito que, a diferencia de las recién mencionadas (exceptuando “Her” de Spike Jonze), es el propio Alex Garland el que esta detrás del guion y no está basada en novelas escritas por monstruos de la ciencia ficción como Isaac Asimov o Brian W. Aldiss, lo que representa un reto mayor y del que sale gloriosamente bien parado.

Con tan sólo 15 millones de dólares de presupuesto (una cifra insignificante respecto a otras producciones), “Ex Machina” puede definirse como un “thriller psicológico romántico científico”, que plantea hasta qué punto la I.A. puede alcanzar completa autonomía en la mente de un robot y cual es el límite entre la realidad y la ficción, donde una máquina es capaz de sentir y, más aún, llegar a ser consciente de ese sentimiento y tener el albedrío de decidir si lo que es correcto para él, también lo es para el resto, y viceversa, es decir, una inteligencia creada, superior a la mente humana y, lo peor de todo, convencida de su propia existencia.

Si bien la cinta pierde ritmo por momentos, la minimalista puesta en escena, el escaso número de personajes y la poca cantidad de tecnicismos en los diálogos, permite que nos centremos en lo importante: la relación de Caleb y Ava (en clara alusión a Eva y la costilla de Dios), que comienza como la de un tutor con su alumna, a la que evalúa en su desarrollo en base a conversaciones, pero con la que se ve atrapado poco a poco, entre la admiración científica y su belleza física. Este ejercicio es conocido como el Test de Turing, donde Nathan oficia de juez, observando todo desde una cámara de vigilancia. De manera paralela, Caleb va descubriendo los secretos que se ocultan detrás de las habitaciones de la casa y de Kyoko (Sonoya Mizuno), la atractiva asistente de Nathan.

La cinta tiene grandes momentos, siendo las charlas “a solas” entre ambos protagonistas el punto más alto, donde la pantalla exuda erotismo. Los diálogos son agudos, en un constante desafío a la inteligencia del otro y con ello, también a la del espectador, poniendo a prueba nuestra empatía para con los personajes, sin abandonar la premisa sobre el valor de vida, la libertad y la cuestionada perfección de Dios y su máxima creación.

La tensión y la frialdad se respira desde la primera escena y gran mérito recae en las inmejorables interpretaciones de los tres personajes principales: Nathan como un tipo genio en la materia pero de evidentes carencias sociales; Caleb como un joven prodigio, permeable y admirador de la ciencia y su trabajo; y Eva, un personaje que consagra a la hermosa Alicia Vikander gracias a su capacidad de transmitir con detalles y lograr que empaticemos absolutamente con una máquina diseñada para pensar, convencer y conmover.

“Ex Machina” es un film redondo desde cualquier perspectiva. Su dirección es elegante y cada plano es más hostil que el anterior, que bailan sobre una banda sonora tecno futurista hipnótica, ahogándonos en una atmósfera misteriosa pero estimulante, que juega con los géneros y donde cada detalle está minuciosamente estudiado. Una propuesta reflexiva que juega con el misterio en clave de ciencia ficción, donde para ser víctima no sólo hay que serlo, sino también parecerlo.

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www.elotrocine.cl
Wladimyr Valdivia
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15 de julio de 2015
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando he terminado de verla he soltado un silbido que me ha salido de dentro, vaya peliculón acabo de ver.
Últimamente andaba yo muy desanimada con los blockbusters y estrenos de sci-fi que no aportan nada nuevo salvo efectos especiales a tutiplén y guión hecho en una tarde de domingo con los colegas en el bar.

A favor:
- Actores sublimes, el elenco de protagonistas actúa con una naturalidad encomiable.
- Es sencilla, elegante, bonita y turbia.
- Da que pensar, te provoca emociones, te remueve cosas por dentro: erotismo, compasión, empatía, desprecio, horror, claustrofobia, desengaño, sorpresa.
- Aunque el tema de la Inteligencia Artificial está muy trillado estas máquinas te dejan reflexionando acerca de lo que verdaderamente distingue a la condición humana de los robots.
- Inevitable pensar en Barba Azul, genial revisión del cuento clásico.
- No hay giros de guión absurdos ni trampa ni cartón. El guión está mimado, hay cariño en lo que se ha hecho.

En contra:
- En mi humilde opinión le falta un poco de arte, de magia, para ser perfecta. Es demasiado aséptica e impersonal.
- A veces la lentitud descoloca un poco. Me interesaba la historia y quería más información, que profundizara mucho más en la historia y se dejara de tanto plano de paisaje.
- El tono modernillo y hipster de la peli habrá a quién le guste, a mí me parece un poco pretencioso.

En definitiva, una muy buena película que recomiendo de corazón para todos aquellos que estamos un poco hartos de acción injustificada y guiones pobres.
SraRocknRol
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27 de julio de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata exactamente es eso, su respuesta ante situaciones donde se plantea el sentimiento de empatía, la podrían hacer fallar en el test de Turing y además se podría llegar a determinar que, en circunstancias extremas, podría ser potencialmente peligrosa para la especie humana (más por omisión que por acción…como los sistemas de conducción automática de Volvo, jeje). En la película, Ava demuestra que es capaz de despertar en los demás sentimientos de fuerte empatía, pero de lo que se trata en este caso es de poder demostrar un sentimiento de empatía propio hacia los demás. Pero detectar esto con el test de turing es más que difícil…no parece estandarizado en cuanto a método y análisis de resultados y depende de la subjetividad del interrogador y las discusiones sobre ello entre el programador y Nathan (el desarrollador y dueño de la empresa que ha construido a AVA), son buena prueba de ello. En cambio el test Voight-Kampff empleado en Blade Runner, se centra precisamente en la detección de la falta de empatía, para afirmar que no se trata de un humano y por tanto, sin uno de los requisitos básicos para poder convivir de igual a igual con nuestra especie (los androides de “¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?” estaban para servir a los humanos y en todo caso, les estaba prohibido estar en la tierra). No es casual que Philip K.Dick ya hablase de la importancia de inducirse emociones que te permitan permanecer cercano al resto de la humanidad y no caer en la desesperanza, como única salida psicológica a un mundo tecnológico hostil que trata de aislar a los individuos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
omegaman
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