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Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra

Aventuras. Fantástico. Comedia. Acción Mar Caribe, siglo XVIII. El aventurero capitán Jack Sparrow piratea en aguas caribeñas, pero su andanzas terminan cuando su enemigo, el Capitán Barbossa, después de robarle su barco, el Perla Negra, ataca la ciudad de Port Royal y secuestra a Elizabeth Swann, la hija del Gobernador. Will Turner, amigo de la infancia de Elizabeth, se une a Jack para rescatarla y recuperar el Perla Negra. Pero Barbossa y su tripulación son víctimas de un ... [+]
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Críticas 193
Críticas ordenadas por utilidad
13 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mar adentro, donde las aguas se oscurecen y no se aprecia el fondo, donde el horizonte se divisa cada vez más distante y el silencio es tan sepulcral que casi provoca escalofríos, sin duda trae mala suerte cantar una canción de piratas, especialmente cuando un navío de velas negras aparece surcando el océano...

Es la tradición de la mitología pirata, que lleva ocupando la ficción desde hace siglos y el celuloide prácticamente desde sus inicios, aunque poco a poco se hundía en sus propias aguas; no podía imaginar Roman Polanski que su querida "Piratas", de la que dijo iba ser la película definitiva del género, fuese a convertirse en un auténtico fracaso crítico y de taquilla, y en efecto el mediocre Renny Harlin no recuperó el entusiasmo por estos relatos con "La Isla de las Cabezas Cortadas", uno de esos monumentales desastres que quedan para siempre en la Historia del cine. Todo se creía perdido para los corsarios, navíos, rufianes de islas remotas y codiciados tesoros...
Hasta que la pareja de inteligentes guionistas Terry Rossio y Ted Elliott ofrecieron a Disney un proyecto basado en su popular atracción "Pirates of the Caribbean", creada por el mismísimo Walt Disney e inaugurada a finales de los '60. Esto no caló en los ejecutivos precisamente porque consideraban al género ya muerto y enterrado...pero como los caminos del Señor son inescrutables, cuando años más tarde la productora recuperó dicha idea metiendo de por medio al benefactor de "blockbusters" Jerry Bruckheimer, éste se trajo a Rossio y Elliott para el guión, amén de a unos cuantos más.

Difícil no tirar de empalagosa nostalgia cuando un servidor recuerda haber visto "Piratas del Caribe" en su día de estreno, hace ya unos larguísimos 18 años, pero un recuerdo cálido y fascinante en la memoria; el mismo sentimiento que debió embargar a Gregor Verbinski, quien rescató sus días de infancia como visitante de la atracción de Disney cuando, tras su nauseabundo aunque tristemente exitoso "remake" de "The Ring", le encargaron ocuparse de lo que sería una obra de presupuesto millonario en la que desde su inicio se desea imprimir una sensación inconfundible de misterio, amenaza, aventura y romance.
Un gran navío inglés atraviesa un oceano cubierto de espesa niebla; a lo lejos se escucha una dulce voz cantando una canción típica de piratas, sin embargo la niña (Elizabeth) es reprendida por un oficial a bordo (Gibbs); más tarde, de entre la neblina aparece un chico a la deriva en una balsa (Will), rescatado y puesto al cuidado de aquélla, que le arrebata un extraño medallón de oro...a lo lejos, otra nave de velas negras emerge de la nada, y el sueño se da por concluido. Tradición, superstición y un absorbente onirismo gótico se dan de la mano en lo que será uno de los sellos del relato, además de los fundamentos de un novelesco romance, amargo y secreto, propio del melodrama clásico.

Porque en toda su gloria aparece cuando, años después, vemos a esa Elizabeth, hija de un privelegiado gobernador en la portuaria colonia británica de Port Royal, enamorada de aquel joven que rescató, ahora humilde herrero, amor a todas luces imposible por la fijación del comodoro Norrington en ella; pero esto no es una novela de Jane Austen, y el dúo Elliott/Rossio juega con el espectador al prestar demasiada atención a estos candorosos Orlando Bloom y (la bellísima) Keira Knightley, y hacernos creer que son los auténticos protagonistas.
Es cuando, salido de ninguna parte, Jack Sparrow (capitán, si no os importa) hace su entrada triunfal en la misma ciudad; crucial la elección de un Johnny Depp en aquellos días no considerado un actor comercial, para dar vida a uno de sus personajes más míticos, una versión zarrapastrosa, patética e igual de encantadora y vivaz que el Vallo a quien Lancaster interpretó en "El Temible Burlón" (una de las principales influencias del film). Este anti-héroe, perfecta encarnación de la astucia, la temeridad, el desparpajo y el libre albredío, llega para derribar de un plumazo la atmósfera romántica de la historia con sus toques de humor descarado.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Destacan, además del espectacular trabajo de efectos visuales, el diseño artístico, el montaje, la cuidada fotografía de Dariusz Wolski, atento al espectro más oscuro y lúgubre de los espacios interiores, y la estimulante música de Klaus Badelt y Hans Zimmer, otro elemento muy importante de la historia (John Williams no lo habría hecho mejor...). Chocan en lo artístico el exceso caricaturesco de Depp como hijo bastardo de Keith Richards y Douglas Fairbanks y la mordaz teatralidad de Rush con las insípidas actuaciones de un Bloom a la manera heroica de Errol Fynn y esa Knightley que juega a ser también una Jean Peter's cualquiera en lugar de la clásica doncella en apuros...pero se descalabra por el camino y sobre todo durante el clímax.
Unos secundarios que incluyen al gran Jonathan Pryce, Kevin McNally, Jack Davenport y el dúo cómico Mackenzie Crook/Lee Arenberg redondea el elenco, todos en personajes de caracteres y rasgos bien definidos. Y son estas virtudes, perdonando los instantes más idiotas y disparatados, los que hicieron a esta vibrante, frenética y por momentos tan aterradora como divertida aventura marina arrasar con lo que vio sin ninguna generosidad: tanto la taquilla como el orgullo de los que se atrevieron a considerarla un fracaso antes de su estreno.

Pero 300 millones de dólares en taquilla, sólo en EE.UU., coronaron su triunfo. Se recupera así la esencia de lo mítico, el gusto por viajar a un universo de ensueño, de sucios bucaneros y persecuciones en alta mar para rescatar a ladies en apuros e ir hasta confines donde hay monstruos, tesoros y maldiciones por desenterrar.
Verbinski y Bruckheimer, le pese a quien le pese, nos trajeron una aventura en su sentido más estricto y fascinante para llegar a ser con el tiempo un irrepetible "blockbuster" de su género y del recién entrado nuevo siglo. Yo! ho!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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22 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film de piratas, es una combinación de aventuras, romance, fantasía y comedia, aunque este último sería más explotado en sus posteriores secuelas. La verdad es que los sabe usar bastante bien. Es una película entretenida, divertida y que me entretiene y gusta mucho, para ser lo que es (un producto basado en una atracción de Disney de su mismo nombre). Esta muy bien y es altamente recomendable, una buena película de aventuras de la que se nota el trabajo y dedicación que ha tenido, lo que más me gusta de esta película es que de cualquier cosa se puede sacar un buen producto.
Gonzalo
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3 de septiembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quieres vivir una gran aventura desde el sofá de tu casa puedes recurrir a Indiana Jones, al Rick O’Connell de ‘La Momia’ o ver cualquier entrega de esta famosa saga.

De la mano del productor Jerry Bruckheimer, el gran “hacedor” de espectáculos de los años 90 (‘Armageddon’, ‘La Roca’) y personaje imprescindible para entender el cine de acción de aquellos años llegó, en colaboración con Disney, la taquillera reinvención del género de piratas, muerto y casi olvidado debido a los grandes chascos que se habían llevado en la taquilla los últimos años ‘Piratas’ o ‘La isla de las cabezas cortadas’. Adaptar a guión cinematográfico una popular atracción de Disneyland parecía una idea arriesgada que funcionó a las mil maravillas.

El gran mérito del filme es que dejemos las neuronas aparcadas a un lado, subamos a bordo de la Perla Negra y disfrutemos de los vaivenes de los curiosos y carismáticos personajes que tenemos en pantalla mientras suena la potente banda sonora de Hans Zimmer y surcamos los mares en busca de grandes tesoros. La he visto un montón de veces y siempre soy capaz de asistir al espectáculo sin preguntarme el porqué de unas peleas contras piratas inmortales, así de bien funciona.

Siempre recordaremos el día en que conocimos al Capitán Jack Sparrow en la sala de cine, con sus característicos andares, pasado de rosca y ejemplo cien por cien del espíritu pirata. Depp, soberbio en su actuación, es el gran faro sobre el que se guía la cinta a la que no le falta una bonita y platónica historia de amor, aventura, acción y muertos vivientes. No me olvido de Geoffrey Rush, ejemplar villano capaz de robar escenas o de Orlando Bloom y Keira Knightley, subidos al carro del espectáculo.

Casi veinte años después de su estreno aún me dejo engañar por la mano de Verbinski que, consciente de lo que tiene entre manos, es capaz de crear un espectáculo para que toda la familia lo disfrute, con unos sensacionales efectos especiales. El filme logró amasar una fortuna y arrancar una saga que encumbró como estrella mundial a Johnny Depp.

¡Brindad, compañeros!

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hickeystyle
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7 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra es una película de aventuras estrenada en 2003, basada en la atracción mecánica del mismo nombre de los parques temáticos Disneyland. Dirigida por Gore Verbinski y producida por Jerry Bruckheimer, cuenta la historia del capitán Jack Sparrow (Johnny Depp), un pirata excéntrico y astuto que se alía con el joven herrero Will Turner (Orlando Bloom) para rescatar a Elizabeth Swann (Keira Knightley), la hija del gobernador de Port Royal, que ha sido secuestrada por el capitán Barbossa (Geoffrey Rush) y su tripulación maldita del barco Perla Negra.

Es una mezcla de acción, comedia, romance y fantasía, que logra entretener y sorprender al espectador con sus escenas de batallas navales, duelos de espadas, humor irónico y efectos especiales. Tiene un ritmo ágil y una duración adecuada (143 minutos), que no se hace pesada ni aburrida. La ambientación y el vestuario recrean con fidelidad el siglo XVIII caribeño, con sus paisajes exóticos, sus ciudades coloniales y su cultura pirata.

El reparto está formado por actores de gran talento y carisma, que interpretan a sus personajes con solvencia y gracia. Johnny Depp destaca por su original y divertida creación del capitán Jack Sparrow, un antihéroe que combina la picardía, la locura y el ingenio. Su actuación le valió una nominación al Oscar y al Globo de Oro como mejor actor de comedia o musical. Orlando Bloom y Keira Knightley cumplen con sus papeles de pareja protagonista, aportando frescura y química. Geoffrey Rush es un villano formidable como el malvado Barbossa, que lidera a una tripulación de piratas convertidos en esqueletos vivientes por una maldición azteca. El resto del elenco también realiza un buen trabajo, destacando los secundarios como Jack Davenport, Kevin R. McNally o Zoe Saldana.

Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra es una película que consigue divertir y emocionar a todo tipo de público, sin caer en el infantilismo ni en la vulgaridad. Es una película que respeta y revive el género de aventuras clásico, pero sin dejar de ser original y moderna. Es una película que demuestra que se puede hacer un buen cine comercial sin renunciar a la calidad ni a la creatividad. Es una película que merece la pena ver y disfrutar.
albertopernas_
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2 de diciembre de 2006
12 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi no haría falta decir nada más. Espectacular, entretenidísima, divertida, bien pensada, muy clásica, con una banda sonora preciosa y un Gore Verbinski en estado de gracia. Imprescindible.

Lo mejor: Johnny Depp y Geoffrey Rush (impagable dúo), el guión, los efectos visuales, el ritmo, la puesta en escena de Verbinski...
Lo peor: Que su recuerdo haya sido insultado y pisoteado por ése soberano despropósito que es El cofre del hombre muerto. Una verdadera lástima.
Sibila de Delfos
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