Los pingüinos del Sr. Poper

Estamos ante la comedia más familiar de toda la extensa lista de películas del grandísimo Jim Carrey. Pero creo que ha patinado y bastante además, teniendo en cuenta que en su larga filmografía encontramos también varias películas familiares, pero Los puingüinos del Sr. Poper está muy por debajo del nivel exhibido por las anteriores. El fallo, demasiado sosa y aburrida.
Tiene varios momentos de risa, no hay que olvidar que estamos hablando del gran rey de la comedia, pero ni el mismísimo Jim Carrey la salva de acabar en el aburrimiento más extremo.
Bueno, un fallo lo tiene cualquiera, el señor Carrey no iba a ser menos.

Guión que viene firmado por dos expertos en comedias gamberras, como Sean Anders y John Morris, que han escrito películas como Jacuzzi al Pasado, Sex Drive o Ni en Sueños. Película típica del verano donde el histriónico Carrey se lucirá una vez más sin rayar en el abuso. El director, el experto en comedias Mark Waters, un tipo que nunca ha demostrado mucha creatividad, intenta sacar el máximo partido de los pocos chistes y de los magníficos pingüinos realizados por ordenador. La cuestión es que entretiene y no aburre, siendo honesta a lo que cabía de esperar.

Seamos justos: Los pinguinos...no va a dejar huella. Difícilmente el humor deja huella, son apenas momentos de risa, ese estado de ánimo tan pasajero, pero importante al mismo tiempo. En principio, dos cosas: primero, o los animales son un puente de unión para una familia desintegrada que se reconstruye, o bien son una mera excusa para demostrar que lo primero es la familia. Convengamos que todo el tiempo me daba la sensación de estar viendo una comedia de rematrimonio con "seis infiltrados" que intentaban dar lo mejor de sí, quedándose siempre cortos.
¿Porqué se quedaban cortos? Sencillamente porque son productos de ordenador, criaturas animadas que no lograban ocultar su frialdad a la hora de intentar transmitir emociones. Los animales están mal currados, hechos con brocha gruesa. Ni un gesto en sus rostros picudos, ni un mínimo reparo en detalles que los dotaran de vida.

Sí es interesante el intento de Carrey (por cierto, el mismo de siempre) de establecer a través de esas aves una reconciliación con su padre ya fallecido. El tema se toca de reojo, y es un acierto, puesto que estamos ante un perfil (Carrey) de tipo más bien distante, con poca demostración afectiva. Sólo habla del padre en momentos precisos, e increíblemente son los momentos más contenidos emocionalmente. Momentos en donde se ve verdadero sentimiento, aunque sea solapado por resistencias básicas.

Eso no quita la ligereza de la peli, complaciente hasta el hartazgo. Una comedia costumbrista en donde todo parece salir bien siempre. Su mayor error: pecar de inverosímil aún siendo una comedia.

Aprobado justito para una comedia típica de un actor como Jim Carrey que quizá podía haber dado un poco más de sí en algunos aspectos. No se esperen nada nuevo, no lo hay, aunque tampoco defrauda en su género. Simpática en ocasiones (adorables escenas con las aves árticas), graciosa en otras (aunque quizá menos de lo que se puede esperar) y un tanto “ñoña” y surrealista en su trama y desenlace; aunque sinceramente tampoco se podía esperar mucho realismo de una película donde sus máximos protagonistas son unos pingüinos que sorprendentemente viven sin ningún problema en Nueva York.

Es más que probable que para el mundo cinematográfico este film no valga prácticamente nada, y probablemente dentro de unos años nadie se acordará de los simpáticos pingüinitos del estrambótico Sr. Poper, pero viéndolo desde una perspectiva objetiva diría que cumple lo que se propone: la película no para de arrancarnos sonrisas e incluso alguna que otra carcajada y en ningún momento deja de ser entretenida; además con el telón de fondo de la feliz reconstrucción de una familia que parecía totalmente diseminada (en parte por el trabajo del protagonista, el cual deja y recupera como si se tratara de un juego, cosa que para nada se asemeja con la dura realidad…). Lo dicho, para pasar un rato entretenido y poco más.

Cuando uno se dispone a ver esta película intuye que no va a ser buena, pero por lo menos se tiene la mínima esperanza de que haga reír.
Bueno... la película es tan infantil, que roza la estupidez. Uno tiene la sensación de que se están riendo del espectador al poner unas escenas que no tienen ninguna gracia, pero hacen que parezca que sí. ¿Dónde está el chiste? ¿Cuál es el gag? ¿Realmente es divertido lo que se ve?
Ni siquiera el carismático Jim Carrey que saca una carcajada en cualquier film, es capaz de producir ni siquiera una leve sonrisa.
La película no sé si está destinada únicamente a niños, pero creo que no. Y aunque así lo fuera, no creo que ningún pequeño disfrute mucho, ya que la historia es simple hasta el final.
Si tuviera que destacar algo, sería el adiestramiento de los pingüinos. Creo que es lo único destacable, ya que los animales resultan bastante entrañables. Los momentos que están creados por ordenador, la verdad es que están bien, pero se nota un poco el proceso virtual.
En fin, no es una película que me haya entusiasmado demasiado ya que de tan simple que es, uno tiene la sensación de que le están tomando el pelo. Además, de que no me llegué a reír ni una sola vez.