El almirante

Vi el otro día esta peli en "Versión europea" (La 2) y me parecía imprescindible la comparación con Doctor Zhivago (1965), tanto por la temática y los protagonistas, como por el desarrollo de ciertas secuencias como las penurias de los viajeros del ferrocarril atravesando una helada Siberia.
En realidad, podría decirse que, si Doctor Zhivago es una versión de la revolución rusa desde el ejército revolucionario (aunque al parecer no era esa la intención del autor de la novela, Boris Pasternak ), El almirante (2008) muestra el punto de vista del ejército "blanco" o zarista...con 50 años de retraso y 25 después de la caída del muro de Berlín.
Después de ver la peli, cada uno se quedará con la versión de la revolución que mejor se ajuste a su ideología o a sus gustos personales. Sin embargo, en El almirante hay un aspecto que considero flojo: La relación entre el almirante Aleksandr Kolschak y su amante Anna no está descrita en la película con la misma pasión, intensidad y lirismo que la relación entre Zhivago y Lara.

Había pasado tres semanas de vacaciones en el oblast de Irkutsk, y había estado alojado en el Hostal Almirante. También había visto la estatua del personaje, Aleksandr Vasilievich Kolschak, en esa ciudad. Así que cuando me enteré de que existía una película biográfica, me decidí a verla.

Las expectativas eran altas. Había sido la tercera película más taquillera en el año de su estreno en Rusia. También esperaba ver algunos lugares de los que había visitado, magnificados por la magia del cine. Para mí ha sido un completo bodrio.

El contexto histórico apenas es introducido. Al principio de la película está luchando en la primera guerra mundial, y luego contra los revolucionarios soviets. Las batallas se suceden, con poca chicha. Apenas unas explosiones. Eso sí, mucho discursito sobre la patria, el honor y blablablá. Abundan las escenas “peliculeras”, con los soldados cometiendo actos de valor y audacia difícilmente creíbles.

Las escenas belicosas se entremezclan con las escenas de pasión entre el almirante y su amante. Escenas ñoñas de amor de la época del romanticismo, esto es, con los sentimientos magnificados. Por supuesto, nada de sexo, no vayamos a humanizar (o peor, ensuciar) la imagen del mito, que una cosa es que se intuya que le pone los cuernos a su mujer, y otra verlo.

Las medidas políticas de Kolschak no se muestran en la película. Tampoco su faceta de explorador.

¿Por qué ha resultado un producto tan atractivo para el público ruso? Pues porque a los rusos les encantan los mitos bélicos. No en vano siguen celebrando cada 9 de mayo “el día de la victoria” sobre las tropas de Hitler, y eso que han pasado más de 70 años de aquello. A eso le sumamos una atmósfera del romanticismo, la de las grandes obras de Tolstoi, le damos dramatismo a la historia, y hala, los rusos saliendo del cine sacando pecho por lo valientes que son y lo entregadas y enamoradas que son sus esposas.

Quienes quieran conocer un poco mejor al Kolschak real, en lugar de al personaje de este panfleto, les recomiendo que lean su ficha en la wikipedia, aunque sólo sea el informe que el general Knox envió al Ministerio de Defensa inglés, que resume en pocas líneas la dictadura de Kolschak. Las palabras “incapaz” e “influenciable” aparecen cuando le describen, cualidades poco deseables en un líder. Pero así es el cine, contando lo que el público quiere ver. Que la verdad no nos estropee la película.

Una excelente historia que se mira en el espejo del Doctor Zhivago de David Lean. Las escenas bélicas están muy conseguidas, y la factura técnica es muy notable. El guión a veces queda un poco pobre, y la imagen acaba sustituyendo al diálogo. Escenas duras inesperadas y una cámara que sabe dónde ponerse. Imprescindible para apasionados de la historia.

Definitivamente en ocasiones se puede demostrar que no son Hollywood puede hacer súper producciones. Este es el caso, mas que demostrado desde el inicio del film, El vestuario es sobresaliente, los efectos (si bien muchos digitalizados) son admirables, la crudeza y la realidad se brotan por lo poros del celuloide (si es que el celuloide tuviera poros).
Bien dirigida, bien narrada, con actuaciones buenas aunque no despampanantes, es un film que se deja ver más de una vez.

Cuando el otro día ví esta película, tenía cierta esperanza en que fuera algo interesante con lo que además de pasar el rato también aprendiese algo de historia, que nunca está de más. De hecho al leer su sinopsis me pareció un tema poco visto en los filmes de hoy día y por ello bastante atractivo.

Mis ilusiones acabaron rápidamente cuando empecé a ver que algo fallaba. Así, me encontré con una película que, ni es de amor, ni es de guerra, ni es de historia, ni tiene un fondo moral ni tiene...¡¡¡NADA DE NADA!!!!