El almirante

Resulta difícil quizá englobar historia y vida personal, especialmente cuando se trata de una personalidad tan relevante como fue Kolchac.
Creo que lo que habría que preguntarse es acerca de la motivación de esta película para llevarla a cabo,que muy bien pudiera ser la biografía, en el período más sobresaliente de este militar, que está inextricablemente unida a su vida personal y sentimental.
En ese sentido, no hay que olvidar que hubo intentos por rehabilitar su figura , está plenamente lograda.
En cuanto a la historia, quién mejor que los rusos para narrar su historia reciente; aunque bien es verdad que existen brillantes superproducciones sobre la histora rusa sin ser de este país.
Impresionan las batallas navales, en esto conincidimos todos,,excelente también la interpretación del equipo de actores, factor muy importante.
La envidiable historia de amor subyacente, que es el hilo conductor y verídico, aporta,expectación y "thriller" aun conociendo el desenlace.
No me dejó en absoluto decepcionada, sino fuera por el hecho de que la película como todo, tiene su fin.La he visionado varias veces.

La producción es impresionante (realmente consigue ambientaciones, secuencias y planos sobresalientes). La dirección e interpretación no lo son tanto. Pero es el guionista, sin embargo, es el que más llama la atención (o la falta de uno). He visto telenovelas con muchísima más literatura.

Si tuviésemos que creernos lo que nos cuentan sobre la vida del personaje, si en lugar de una mala actuación resulta que por una extraña carambola de las probabilidades el protagonista refleja mínimamente su personalidad, no me extraña en absoluto el destino que tuvo Kolschak.

Una buena historia puede estar muy mal filmada y, por el contrario, puede ponerse en escena de modo magistral un guión endeble. En ambos casos, al realizar las críticas, estaremos hablando de cine. Pero cuando se evalúa una cinta con un notable alto por motivos meramente ideológicos es evidente que estamos ante la crítica de panfletos y fuera del terreno de la cinematografía. Decir que estamos ante una buena obra porque el Almirante es una especie de precursor de Franco es simplemente declararse de extrema derecha sin atenerse a ninguna ética y/o estética. Se puede, y se ha hecho, reconocer por ejemplo los valores artísticos de «El Acorazado Potemkin» sin necesidad de ser bolchevique, así como valorar el esfuerzo propagandístico desplegado en «Raza» sin ser franquista. Pero mucho me temo que la propia estructura y desarrollo de «El Almirante» sólo tratan de responder al visceralismo anticomunista sin que para nada encontremos en el film ningún valor cinematográfico en sentido estricto. Gustará en esclusiva a los admiradores de regímenes históricos conservadores y absolutistas como lo fue el zarismo, es decir, a cuatro gatos (incluído algún canal de Televisión Digital de profesión sus crispaciones).

Interesante superproducción rusa, que reúne todas las cualidades y todos los defectos, carencias, del cine contemporáneo en todo el mundo: magníficos efectos especiales, buena puesta en escena, excelente ambientación, magnífica fotografía, dirección de actores correcta, interpretación correcta y... un guión que deja mucho que desear. Así es el cine contemporáneo en todas partes, y todos los defectos y carencias de esta película rusa son los mismos que podemos encontrar en cualquier otra película realizada en cualquier otro punto del planeta en nuestros días, desde Hollywood hasta Bollywood, pasando por Pyongyang en Corea del Norte.

La película tiene como fondo la Primera Guerra Mundial, los acontecimientos de 1917 en Rusia, que desembocaron en el golpe bolchevique de octubre (con el derrocamiento del legítimo Gobierno Provisional, la prohibición de todos los partidos políticos, el arresto o ejecución de todos sus líderes, y la instauración de una dictadura totalitaria con Lenin como Gran Jefe) y el inicio de la guerra civil. Lástima que todos estos grandes acontecimientos no sean expuestos en la película con la atención y el detalle que se merecen, siendo tan solo el trasfondo de una historia de amor.

La película no gustará en primer lugar a todos aquellos, cuyo cocimiento de la historia de Rusia desde 1917 hasta 1923 provenga exclusiva o fundamentalmente de los panfletos de Lenin, de la propaganda del extinto régimen soviético y de los voceros de la izquierda, hoy cubierta de polvo y con olor a sótano cerrado, en Occidente. Sin el estallido de la Primera Guerra Mundial, no hubiera tenido lugar la Revolución de Febrero de 1917 en Rusia, que condujo a la abdicación del Zar, y sin la Revolución de Febrero, que se produjo mientras el futuro golpista Lenin tomaba café en Zurich, no hubiera tenido lugar el golpe armado bolchevique en una ciudad desprotegida y sumida en el caos.

Lástima que la película no nos narre con detalle estos acontecimientos. Aún así es interesante y tiene momentos de gran fuerza dramática. A pesar de sus defectos, le pongo un 10 por la noble intención del filme de restablecer la verdad histórica.

Efectista film con ínfulas de gran superproducción holliwoodiense y que se queda en engendro belicista y panfletario en lo que en España podríamos llamar revisionismo al estilo Pio Moa o César Vidal (algo asi como nunca hubo rojos buenos) Género de gran difusión en los antiguos paises del este que parecen tener una gran necesidad de rendir pleitesia al nuevo sistema abominando del anterior y rescatando rancios e impostados episodios de supuesto heroismo anticomunista. A disfrutar por aquellos adoradores de puro belicismo panfletario tipo "Salvar al soldado Ryan" y a ignorar por los fans de la "Delgada linea roja"