Después de verla por segunda vez, 9 años después del estreno, tengo que decir que me ha parecido soberbia. Hasta ahora, "El imperio contrataca" resultaba imbatible como número 1 de la lista de todas las películas y series de la franquicia Star Wars. Pues resulta que Lawrence Kasdan (guionista de esa película) también participa en el guión de "El despertar de la fuerza". Ese no es un detalle sin importancia.

Y lo demás suma: A Harrison Ford, Oscar Isaac y Adam Diver, por resaltar algunos actores, da gusto verlos. Daisy Ridley y John Boyega (los protagonistas principales) están más que a la altura. La dirección de J. J. Abrams no tiene desperdicio. Y te "regalan" un sinfín de detalles con los que disfrutas tanto como lo hice en 1977, cuando estrenaron la primera de todas. Todo brilla tanto como C3PO.

En la época del cine para plataformas online, nos hartamos de ver películas mediocres que descartamos antes de ver los quince primeros minutos. Esta comedia romántica no lo es. Aunque no pueda compararse con "Cuando Harry encontró a Sally", tiene algunos ingredientes que la hacen recomendable. La banda Lake Street Dive en los títulos de crédito es un detalle que se agradece especialmente.

Un relato corto llevado a la pantalla con la duración justa. Aunque la historia ya nos la habían contado en "Always", de Spielberg, en 1989, ésta, a su vez, se trataba de un remake de "Dos en el cielo" (dirigida por Víctor Fleming en 1943, con guión de Dalton Trumbo).

Tiene todos los ingredientes que ya no están en uso en las historias que nos cuentan hoy en una película. Desde mi punto de vista, los sentimientos que éstos provocan son garantía suficiente para creer que está perfectamente adaptada del texto de Frederick Forsyth (por cierto, podría haberlo escrito Richard Bach o Antoine de Saint-Exupéry.)

Más que digna. Más que interesante. Especialmente recomendada para público con "gafas de la historia", como las que llevo yo.

Veo el documental después de pasar por otro que se hizo a rebufo de éste, en un intento de contrarrestar su tendencia "poco amable" con la Corona, o como se decía en otros tiempos, no "afecta" al Régimen.

He de decir que son igual de parciales. El otro del que hablo es tan benévolo con la imagen de Juan Carlos I, que se retrasó su difusión en España en su momento (no en Francia) porque, en medio de la crisis institucional, no era políticamente correcto ser tan amable.

Éste, en cambio, es absolutamente crítico con la opacidad de los medios de comunicación sobre aspectos de la vida del monarca que no benefician a su popularidad (lo cual me resulta interesante), pero igualmente demagógico en las alternativas que sugiere.

La imagen es la de un país que "soporta" a una monarquía porque no tiene recursos intelectuales suficientes para dar con la solución de una alternativa. Dicho de otra forma: estos periodistas franceses pintan a la población española como ignorantes y demagogos que tienen lo único que pueden permitirse para convivir de forma mínimamente pacífica.

Puede que tengan razón. O puede que simplemente pensemos que un jefe de estado presidente de una república puede ser tan caro como uno que herede el título.

Haciendo de abogado del diablo, me veo a mí mismo dando la misma imagen que la reacción de la extrema derecha convocada por el Caudillo en octubre de 1975, ante la crítica de la opinión pública francesa, después de los últimos fusilamientos de la dictadura. Nada más lejos de mi ánimo.

Sin embargo, he de decir que tampoco he visto a estos periodistas en la corte de Mohamed VI haciendo un reportaje parecido. Corregidme si me equivoco, y seré el primero en aplaudirles.

Aunque se deja ver (de hecho, vi los cuatro episodios seguidos, cosa que no hubiese hecho si no me interesara) se echa de menos un poco más de perspectiva. Si vas a narrar seriamente la biografía de un personaje como éste, no puedes obviar detalles que lo hacen políticamente incorrecto. Porque, además de creíble, de esa forma dicho personaje se hace mucho más interesante. Todo lo que no sea eso, convierte al producto en algo "blandito" (más cercano al punto de vista de Pilar Urbano).

No se trata de tomar partido contra la reina o la monarquía. Os puedo asegurar que yo no lo hago. Pero no se puede describir a la reina Federica de Hannover (madre doña Sofía) como una víctima del nazismo, y "olvidar" que en la década anterior vestía en Alemania el uniforme de las juventudes hitlerianas. Detalles como ése no faltan en la serie "The Crown", y no por ello convierten a las personas involucradas en indeseables. De hecho, se consigue todo lo contrario.

Echar mano del supuesto escándalo por sus opiniones en contra de usar el término matrimonio cuando los que lo contraen son parejas del mismo sexo, para mí, no tiene ningún interés en pro de conocer al personaje. Es dar mucho protagonismo a la autora del libro, y nada a doña Sofía. No digo que no hubiera que haber abordado el tema, digo que por sí solo no hace al episodio más objetivo.

Otro detalle que me molesta es que cuando aparecen entrevistados expresándose en francés, no hay traducción, y no tienes la opción de colocar subtítulos en español. Adoro esa lengua, pero no entiendo lo suficiente para saber con detalle lo que estaban explicando, relacionado con las cuentas en Suiza del S. M. el Rey (emérito).

Dicho todo esto, reitero que la serie se hace entretenida.