La historia de Marie Heurtin

Completamente de acuerdo con la crítica de antonava, este país ha pasado del clericalismo a una ignorancia supina sobre lo que es la religión, en especial el cristianismo. Esta película puede unir de tal modo lo humano con lo divino porque detrás está la fe en la Encarnación. Si no se entiende eso poco se puede hacer.
Como película es de una sencillez que no se acostumbra hoy. Clara, guión diáfano, interpretaciones sin estridencias. Es de monjas pero no hay nada monjil, en el sentido peyorativo. Son personas que por Dios y por los demás hacen lo que la mayoría no hace.
Si se compara a la muchacha que los padres entregan al centro, sorda, muda, ciega, casi salvaje y lo que llega a ser Marie, por ejemplo imbatible al dominó y gran lectora en Braille, se entenderá lo que hicieron estas monjas y otros muchos miles de personas en el mundo. Y a lado de tanta queja de cömo está el mundo eso es un momento de esperanza.

El cine francés ha encontrado en la temática de la educación una vía para crear un buen número de títulos notables como ejemplifican filmes como la multipremiada La clase o, en otros aspectos, el nuevo filme de Jean-Pierre Améris que ya ha llegado a nuestras carteleras y en el que se encuentra una sensible mirada a la enseñanza y al lenguaje.

A un orfanato eclesiástico de sordomudas llega Marie Heurtin, sordomuda y también ciega, criada con amor aunque con un temperamento salvaje se convertirá en la obsesión de una de las monjas del orfanato que otorgará todo su tiempo a mirar de encontrar una forma con la que la chica pueda comunicarse.

Améris crea un sencillo y sensible relato basado en hechos reales sobre la virtud de la enseñanza, y por encima de todo, sobre el lenguaje y la necesidad de comunicación. Aunque el filme requiere un esfuerzo a la sensibilidad del espectador y su sencillez general en la forma puede no del todo jugar a su favor (aunque hay algun momento dignamente sublime), la fuerza de la historia y de las interpretaciones irradian luz al conjunto.

Un bellísimo y digno relato sobre la enseñanaza y el lenguaje en el que cabe destacar la maravillosa interpretación de Ariana Rivoire, que aporta una pasmosa credibilidad sin esfuerzos excesivos melodramáticos al personaje de Marie Heurtin.

Dura película sobre discapacidad, que nos cuenta los años clave de una chica sordociega, de principios de siglo, nacida en ambiente rural, y que tan sólo el empeño, voluntad, de una religiosa, consiguió que le cambiara la vida.

La película nos muestra como el padre lleva a Marie a un centro religioso especializado en personas sordas.
El padre no sabe que hacer con Marie. Sin ninguna capacidad para instruirla en cualquier aspecto de la vida, el padre la entrega desesperado.

Marie no entiende nada, no escucha, no ve, no conoce a nadie. Marie, no se peina, no se asea, no tiene modales, no se comunica.

Tan sólo, le encanta subirse a los árboles.

Sin la fuerza de "El milagro de Ana Sullivan", es una película que te sacude mentalmente.

Isabelle Carré vuelve a encontrarse con Améris después de aquella comedia poco relevante que fue "Tímidos anónimos" en el 2010. Nada que ver con esta hermosa película de valores humanitarios donde encarna a una religiosa que se carga la inmensa tarea de abrir un hueco a la vida a una chica ciega y sorda. No es una película religiosa, no juzga ni moraliza y la gran virtud del director es desaparecer discretamente y dejar que compartamos con estas dos mujeres una emoción que no necesita de palabras cimentada en el amor. Ese que se nutre de la pasión por vivir.
Rara avis en un panorama cinéfilo plagado de "blockbuster", que exige del espectador que cierre sus ojos y sus oídos y abra su corazón.

He esperado bastantes días después de ver esta película para escribir de la manera más objetiva posible esta opinión con la que me estreno en esta web y dejar de lado cualquier tipo de ingrediente emocional. Que los hay y muchos en esta película.

Muchas fueron las películas que pudieron motivarme para iniciarme en ésto de las críticas cinematográficas como principiante cinéfilo amateur pero "La historia de Marie Heurtin" indudablemente ha motivado mi debut. No quiero abundar en detalles que son objeto de la historia real que encierran los 95 minutos de su duración ya que pasarán rápidamente a la papelera de reciclaje del espectador en cuanto de lleno se mete en el papel de la niña protagonista ciega, sorda y muda (sordo-muda en la realidad). Es una película que hay que verla en el momento adecuado ya que su comienzo es muy duro por el enérgico desorden visual que provoca lo salvaje de la personalidad indómita de la niña al separarse de sus padres y enfrentarse a un abismo sórdido, frío y oscuro, junto a su nueva compañera; la monja. Los gritos y los golpes incontrolados de la niña causados por la desconfianza a lo desconocido se hacen los dueños de nuestra vista y nuestros oídos hasta el punto de llegar a ser hirientes para nuestra sensibilidad. Pero posteriormente ayuda a suavizar y comprender de lleno lo más importante de la historia.

Se trata de una verdadera historia de amor llena de sensibilidad, propiciada por una enorme Fé en amar inmaterialmente al prójimo desde lo más profundo del alma y todo a través del sentido del tacto y del olfato. No es una historia sobre religión, ni de monjas, ni de conventos.

La película en su conjunto es amable y agradable, lleno de avances en la conquista del nuevo mundo que la niña descubre incansablemente. Cada día es un reto y un triunfo, una sonrisa y un incalculable agradecimiento por ver, escuchar y hablar a través de las manos, el tacto y el olfato gracias a su inseparable amiga; la monja.

Pero indudablemente, lo mejor es el tramo final de la película. Es el final más potente y bonito que he visto en mucho tiempo ayudado por la belleza de la música que acompaña a la misma durante gran parte de los 95 minutos de su duración. Es un final repleto de energía, sensibilidad y un inconmensurable amor que irradia desde la pantalla hacia el espectador y que sólo se es capaz de comprender cuando te metes en el papel de las protagonistas.

Es muy difícil ser objetivo con una película que es capaz de despertar las emociones más sensibles y consecuentemente subjetivas de cualquier persona. Por ese motivo la recomiendo para personas que crean en el amor o que quieran recuperar la confianza en amar, incluso sin ser amados, desde lo más profundo del corazón.

Es el poder del Amor puro.