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Creed. La leyenda de Rocky

Drama Adonis Johnson no llegó a conocer a su padre, el campeón del mundo de los pesos pesados Apollo Creed, que falleció antes de que él naciera. Sin embargo, nadie puede negar que lleva el boxeo en la sangre, por lo que pone rumbo a Philadelphia, el lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y Rocky Balboa. Una vez allí, Adonis busca a Rocky y le pide que sea su entrenador. A pesar de que este insiste en que ya ha dejado ... [+]
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Críticas 180
Críticas ordenadas por utilidad
29 de enero de 2016
50 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
De 'Rocky' (1976, John G. Avildsen) a 'Creed. La leyenda de Rocky' (2015, Ryan Coogler) han pasado la friolera de treinta y nueve años. Treinta y nueve años que contienen, grosso modo, la totalidad de mi existencia consciente. Soy, por tanto, carne generacional de Rocky, el boxeador al que dotó de cuerpo y vida el, ¿cómo definirlo?, el tronco móvil conocido con el nombre de Sylvester Stallone. El actor neoyorquino es, sin la menor duda, un caso excepcional. Nos guste o no, encarna a dos de los mayores iconos del cine mainstream norteamericano: Rocky Balboa, el potro de Filadelfia y John James Rambo, veterano multiusos de Vietnam. El tercer icono que intentó alumbrar en 'Cobra, el brazo fuerte de la ley' (1986, George Pan Cosmatos) nació muerto.

Decía que Sylvester Stallone es un caso excepcional. Para aquellos que crecimos al amparo de 'Polvo de estrellas', el programa radiofónico y nocturno del sin par Carlos Pumares, Stallone era el anticristo hecho no-actor. Parálisis facial (con la consiguiente dificultad en la dicción), expresividad nula, exiguas dotes interpretativas, inicios en la industria del cine pornográfico… Y, sin embargo, ahí está. Y sigue dando guerra. Su fama de actor nulo es legendaria (no se limita a ser un mal actor cualquiera, es mucho más que eso: es el actor más deplorable del planeta Hollywood). Incluso en sus carencias actorales, es mito y referencia. Llega 'Creed…' que, para mí, es indudablemente 'Rocky VII', y, después de 'Rocky', la Academia lo vuelve a nominar. Deseo –sin atisbo de ironía– que reciba el Oscar. Hay cierta justicia poética y semántica en el hecho de que el bueno de Sylvester pueda obtener el galardón al mejor actor… de reparto. Confío en que, cuando salga a recogerlo, se acuerde de sus mercenarios, 'The Expendables' (2010, Sylvester Stallone), que jamás se verán en tal tribuna.

La primera entrega de la saga llegó a mi vida demasiado pronto, cuando apenas sabía qué era el cine; y la séptima me pilla ya muy resabiado. Lástima. Pero estoy convencido de que 'Creed' encantará a los seguidores de Stallone. La cinta respeta al personaje, moderniza su lenguaje cinematográfico (y musical) sin salirse del tiesto ni del molde establecido, juega con un guión que sabe a déjà vu con brotes de nostalgia, repasa entrenamientos y lugares… Como el episodio VII de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' (2015, J.J. Abrams), combina veteranos y noveles. Aunque, todo hay que decirlo, Rocky Balboa sale mejor parado que Han Solo; su madurez es auténtica y creíble, sin brincos ni carreras irrisorias. En el cine, como en la vida, es crucial envejecer con dignidad.

La química entre Adonis (Michael B. Jordan) y Rocky Balboa sustenta la película. El chico, pulcro, guapete y explosivo apenas parece un boxeador. Y sin embargo, mantiene el tipo frente al viejo dinosaurio. Contraponer la figura del tosco, simplón y sabio a su manera Rocky, al figurín atildado e impulsivo interpretado por B. Jordan, es uno de los aciertos de la cinta: hay algo entrañable en la pareja que componen ambos personajes, huérfano de padre el uno, de hijo el otro. La forma de rodar los combates sigue descartando cualquier vislumbre de realismo. La sangre salpica a borbotones y la testosterona encharca cada plano. La entrega es fiel a la filosofía de la saga, esa filosofía de barrio, humilde y orgullosa de motos y locales cutres con sabor.

Aunque Stallone tenga un papel en cierto modo secundario, y pese a la continua voluntad de ensalzar la figura de Apollo Creed, no considero que la cinta sea un spin-off –como ya mencioné al principio de este texto, 'Creed' es sobre todo 'Rocky VII'–. En ella, Balboa también nos brinda su pelea, que no desvelaré. Siendo honesto, he de admitir que la película no es buena; ni siquiera resulta convincente. A lo sumo la veo como un artefacto entretenido. Y eso me entristece. No por la saga en sí, que seguirá recaudando millones en taquilla; ni por Sylvester Stallone, que pese a los golpes recibidos ha mantenido el rumbo en su carrera sin llegar a naufragar; ni por Rocky Balboa, que ha sabido pasar de una mirada, la del tigre, a la del santo. Me entristece por mí, que no he podido permitir que el mito de la infancia le gane la partida al crítico de cine.

El potro de Filadelfia, por lo que se ve, ha envejecido mejor que Servadac.



[Texto publicado en cinemaadhoc.info]
Servadac
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5 de enero de 2016
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista Creed, que correspondería con Rocky VII, es más que una digna heredera de la saga. Interpretaciones geniales. Stalone está sensacional, totalmente natural, sin un aspaviento de más, supercomedido. Se lleva nominación a secundario seguro. Michael B. Jordan cumple con creces pareciendo que combate tanto fuera como dentro del ring para demostrarnos que merece el reconocimiento como actor tanto como el de ser el hijo de Creed. No es que sea nada original, si nos quejamos de que El despertar de la fuerza es un remake de Una nueva esperanza, está no deja de ser un remake de la primera de Rocky, pero consigue mantenerse en la línea de no copiar hasta el más ínfimo detalle y si homenajear las típicas escenas, como la de las escaleras, con un guiño final. Por una lado emociona enormemente y por otro nos enternece y nos apena el corazón al ver un Rocky destrozado por la vida. Y la música, como han tratado la banda sonora original, introduciendola muy paulatinamente, acorde a acorde, durante toda la película. Cada vez que escuchas cuatro notas seguidas te emocionas, y claro, cuando eclosiona y suena toda la melodía, que es justo cuando debe ser, tampoco hay originalidad en ello, te levantas del asiento y peleas junto al bastardo de Creed, dando sus mismos golpes al aire. Es muy emocionante, y te hace revivir las sensaciones que tuvimos con las buenas pelis de la saga. Y sabe muy bien su lugar enorgulleciendose, como es propia lección de la peli, de cada una de las películas de la saga, tuvieran la calidad que tuvieran. Yo soy de los que gozaron de la entrega anterior, pese a que no convenció a muchos. Esta si que lo hará. Sensacional, emocionante, conmovedora.
hithorso
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29 de febrero de 2016
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vez. Ya lo hicieron con Burt Reynolds en Boogie Nights. La Academia de Hollywood no perdona. Les domina su clasismo y progresismo demócrata de baratillo. Stallone no se lleva el oscar, al igual que le pasó a Reynolds, por ser quién es. Da igual que ganase el globo de oro, que lo da la asociación de críticos extranjeros y un sinfín de premios por su papel de Creed, a Stallone no le perdonarán sus ideas y su cine.

Y es que su papel es lo mejor del un filme bastante normalito, tirando a simplón, con un protagonista que parece el primo rico de Will Smith en El Príncipe de Bel air. Un guión convencional, un Black Rocky para satisfacción de la comunidad afroamericana. Pero un guión que rompe el ciclo perfectamente cerrado en Rocky Balboa, auténtico punto y final de la serie. Ya se lo dijo Poli: Rocky, es tu último asalto.

Creed nos devuelve a un Rocky obsesionado de nuevo con el pasado y sin amigos o familia. Gran error. Creed, un niño rico y guapo de origen difícil ha decidido ser boxeador. Toda la sordidez del mundo de Rocky, con una casa cutre en un barrio marginal, trabajando de matón y con una novia cajera en una tienda de animales y no muy agraciada, se transforma en Creed en un afroamericano rico, en un piso de estudiantes y una novia guapa y artista creativa.¡toma sordidez!. No me extraña que el guión no estuviese nominado, es muy poco realista y sin ese toque heroico del perdedor que era Rocky. Sin embargo, tiene detalles de clase en la dirección, con esos planos secuencia en el segundo y el ultimo combate, aunque sobra esa ridícula escena de las motos.

Lo mejor, un gran Stallone. Su personaje de Rocky es su alter ego, aquello que podía haber sido si no hubiese tenido éxito en el cine. Un luchador sin suerte. Nadie mas podría hacer ese papel. Y como a Rocky, los jueces le roban la victoria en los oscars. No aceptan el genio y la brillantez de los outsiders.
Quinto Sertorio
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23 de diciembre de 2015
29 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creed (Ryan Coogler, 2015) narra las aventuras en el mundo del boxeo de Adonis Johnson, hijo del mítico combatiente Apollo Creed. Si bien la película se concibe como un spin-off de la mítica saga, estoy seguro que muchísimos fans de Rocky esperaban que Creed tuviese la esencia de sus films predecesores. Lamentablemente, esta esencia brilla por su ausencia.

Con esencia no me refiero a que Creed no evoque o no tenga guiños a las películas originales. De hecho, varias escenas son parecidísimas a Rocky. Por ejemplo, el conocidísimo entrenamiento de Rocky Balboa en Rocky (1976) se repite en Creed, pero en vez de hacerlo al son de la magnífica Gonna Fly Now de Bill Conti, Adonis lo hace al ritmo de una canción de rap seguido de unos motoristas haciendo el paripé.

Por su parte, el personaje principal, bien interpretado por Michael B. Jordan, cuesta mucho más empatizar con él que con él humilde Rocky Balboa, al ser un joven de familia adinerada con la vida resuelta. Además, su particular historia de amor es, cuanto menos, superflua y poco creíble por la falta de química entre los dos personajes.

En cuanto al ritmo narrativo parece que el director tenga prisa en contarnos la historia. En general, la película se compone de planos y escenas realmente breves donde muchas de ellas dan la sensación de que quedan a medio contar. Tampoco vamos a crucificar a la película y al director por ello, pues ésta es una práctica frecuente en el cine moderno, desafortunadamente.

En lo que a la música se refiere ya hemos comentado que se echa muchísimo de menos temas tan épicos como Gonna Fly Now o The Eye of the Tiger. En este apartado es realmente complicado poder estar mínimamente a la altura, aunque no creo que a los fans les hubiere importado que se copiasen algunas canciones como las mencionadas.

Me gustaría acabar destacando lo mejor de la película. Tres cosas a mencionar: Stallone, los combates y los quince minutos finales. En efecto, Sylvester Stallone borda su papel, evocando a nuestra mente esta esencia de la que tanto he hablado, formando además buena pareja con Michael B. Jordan. Hay escenas que son una delicia. Por otro lado, los combates de boxeo están genialmente rodados, especialmente el final. Los últimos quince minutos de la película son Rocky en estado puro.

Por tanto, y a modo de resumen,

Lo mejor: Stallone, los combates y el tramo final de la película.
Lo peor: el ‘no respetar’ el Rocky que conocíamos y que muchos esperábamos, la historia de amor y el ritmo que imprime la mayor parte de la cinta.
Recomendación: intentad ir a verla sin las expectativas con las que fui y viéndola como un producto independiente de Rocky.
franjandreu95
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24 de diciembre de 2015
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como mínimo, asegúrate de que nada va a interrumpir el visionado, porque te deja pegado a la pantalla. Muy entretenida, sin bajones.

Quizás en el primer momento muchos pensaron que estaban estirando demasiado la historia de Rocky. Bueno, es posible, pero preferiría olvidar eso y centrarme en la película en sí.

La historia de amor me pareció un poco facilona, forma parte de la extraña idea de que una película sin historia de amor no es una película y a veces vale la pena no forzar las cosas, pero aquí sí que lo han hecho y han metido con pinzas un pequeño romance que, una vez vista la película te das cuenta de que no influye casi en la historia troncal de la película.

A parte de eso, me ha gustado la interpretación de Sylvester Stallone, no me lo esperaba, ha sido una sorpresa muy agradable, y el chaval (Michael B. Jordan) tampoco lo hace mal. Las peleas también están muy bien, me sorprendió que las tomas fuesen tan largas, eso añade mucho realismo, casi parece que estés dentro del ring.

Otro punto a destacar es el arranque de la película, muy acertado, creo yo, en poco tiempo nos pone al día de la situación del protagonista. Y poco más que decir. He echado un poco de menos la banda sonora a lo largo de la película, solo suena con fuerza en muy contadas ocasiones.

Como resumen, es una película recomendable para ver solo o con amigos. Muy entretenida y si eres fan de la saga, ya que no te la puedes perder, al menos te quedas bastante contento con ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
myfriend
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