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Sueños de un seductor

Comedia Allan Felix (Woody Allen) es un cinéfilo que sufre una extraña y recurrente alucinación: Humphrey Bogart le da consejos sobre cómo seducir a las mujeres. Dick y Linda (Roberts y Keaton), un matrimonio amigo suyo, le presentan a varias chicas, pero Allan tiene tan poca confianza en sí mismo que todas sus citas resultan un fracaso. (FILMAFFINITY)
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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
3 de mayo de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que sea necesario ver "Casablanca" antes, pero si tienen fresca la historia de Michael Curtiz ayudará a comprender el paralelismo y será posible saborear un final que sólo un genio como Allen podría escribir. Ciertamente el homenaje es para Bogart, no sólo por su papel en "Casablanca", de manera que aquello que el personaje de Allen cree que le falta es lo que busca en Bogart, es lo que magnifica y lo que elogia. Bogart aparece en forma de cómica tercera persona, siempre con un surrealismo delirante que encaja con el humor que todos esperamos de Woody Allen, aunque extrañamente en este título no sea el director y aparezca sólo como guionista y protagonista.

Más allá de los gustos por actores que son leyenda, es decir, con independencia de la afinidad o no respecto a Bogart, "Sueños de un seductor" supone una comedia facilona y entretenida en la que además del excepcional guión quisiera destacar a una Diane Keaton que perderá mucho con el tiempo. Que su duración no supere la hora y media para mí es un acierto, porque si lo que uno quiere explicar no supera esos noventa minutos de toda la vida y ya queda bien explicado, ¿para qué extenderse más?, ¿tengo que escribir aquello que lo bueno si breve dos veces bueno? Pues diré más, la trilogía de los anillos suma nueve horas (creo) y esta película vista en un ratito de nada me aporta muchísimo más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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18 de diciembre de 2005
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta 1972 a nadie se le había ocurrido hacer una película que parodiara a la mítica Casablanca: ¿respeto? ¿miedo? Nadie lo sabe. Pero Herbert Ross lo hace, y consigue hacer una maravillosa comedia en la que el verdadero Rick es un hombre que para nada se parece a Bogart. Quizás todos, en algún momento, sentimos la necesida de ser aconsejado por alguien a quien las mujeres caían rendidas, y que nos diga sus secretos.
Con Sueños de Seductor nos encontramos una película más que correcta técnicamente y con un guión digno de Bogart procedente de una obra de teatro absolutamente hilarante, escrita por Woody Allen. Con una música propia de este director (muy acorde con la historia) y con un reparto insuperable (muy convincente Diane Keaton en su papel de doblemente enamorada), se consigue una pelicula en que las risas están garantizadas: "Tal vez no hoy, ni mañana..."
Teseo
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22 de diciembre de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me apetecía carcajearme un rato de forma sana y para ello, aparte de los hermanos Marx, recurro a Woody.
Aunque en “Sueños de un seductor” él declinó la labor de dirección, aportó el guión adaptado de su propia obra teatral homónima que ya había tenido éxito en Broadway, y se puso delante de la cámara con la vis cómica que lo ha convertido en uno de los actores humorísticos más destacados de las últimas décadas.
Allen es un cinéfilo redomado, y ese amor le ha sugerido simpáticos homenajes y guiños que no se ha resistido a incorporar. Aquí le tocó el turno a “Casablanca”, que irónicamente a mí no me gusta, pero en cambio sí me agrada mucho el jugo que le saca Woody y su estilo paródico adecuando al clásico una trama urbanita de neuróticos compulsivos y adictos a los sedantes y al trabajo que oscilan entre inseguridades, fracasos sentimentales, estrés, ansiedad y dudas. El dúo Allen-Keaton inauguró su colaboración con aquella química que los uniría tanto dentro como fuera de la pantalla. Yo creo que es una de las más chispeantes parejas cómicas de la historia del cine.
Los diálogos son tan demoledoramente desternillantes como cabe esperar de un Allen en estado de gracia, con su sempiterno personaje autocrítico, maniático, torpe, chistoso y lo más opuesto al galán bogartiano duro, impasible y valiente que nunca se arredra. El prototipo al que el hombrecillo con gafas desea emular, con desastrosos resultados. En su búsqueda infructuosa de su media naranja, y después de una serie de catastróficas citas, descubre que la chica de sus sueños podría estar muy cerca. Pero al igual que sucede en su película favorita con su actor fetiche Bogart, los grandes amores no son gratuitos.
Tras las risas incontenibles, un pequeño tironcito a la emoción y un cierre impecable, recordándonos que no es necesario ser un seductor nato para alcanzar la plenitud.
Vivoleyendo
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10 de mayo de 2008
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para todos los que amamos “Casablanca” no cabe duda que “Sueños de un seductor” es una obra ineludible por muchos aspectos, pero el principal por el homenaje a Bogart. Sin embargo hay un grave error, si hay una película que Bogart, es más humano y sensible, es “Casablanca”, allí se emborracha, no duerme y en realidad llora y todo lo hace por amor. Su individualismo se vuelve compromiso a medida que avanza el film y se muestra especialmente sensible con Ingrid Bergman en muchas escenas.


¿En cambio que imitación de Bogart aparece en Sueños de un seductor”? Sin lugar a dudas el más duro, el más machista, el más recordado sin lugar a dudas, más cercano a las películas con Lauren Bacall que a la que lleva el título de ciudad norteafricana. Y eso es lo que me desconcierta de Allen, parece que realmente utiliza “Casablanca” más que nada como un emblema muy conocido para hablar de otro Bogart, al que a él le gusta, digo esto porque no puedo creerme que no analice la película más profundamente.

Otro problema es la dirección, se nota que Herbert Ross no es Woody Allen, me explico. Una de las características del cine de Allen es la cierta repetición de temas, situaciones... incluso dentro de la misma película. Pero el genio neoyorquino lo soluciona de manera admirable con una planificación de escenas que son casi siempre originales. Ross no hace eso, deja el piloto automático puesto y rueda de forma mecánica, se puede ver en las escenas del apartamento por ejemplo. No sé si está hecho a propósito por ser una obra de teatro pero el resulto es satisfactorio pero no bueno.

Aún así estamos ante una película histórica, porque a mi juicio cuando Allen encuentra su personaje es aquí, lo anterior que había hecho se limitaba a irlo perfilando, pero tuvo que ser cuando se dedicó sólo a escribir y a interpretar cuando lo encontró. Ya nunca lo abandonaría. Y de lo que muchos nos alegramos.

Además aquí vemos una faceta de Allen que se ha ido perdiendo con el tiempo, que es la plástica. Si en los últimos años sobre todo hace hincapié en lo verbal, en esta veremos al mejor Allen físico, con gags más propios del cine mudo y aunque no es lo que me hace más gracia en esta quedan muy bien.

No cabe duda que Allen tiene mejores películas, la propia “Annie Hall” también con Diane Keaton de compañera, pero esta será siempre tan querida por ser de las primeras. Por cierto magnífico el personaje del marido y su obsesión por los teléfonos.

-Me voy a Alaska con una esquimal, puedes localizarme en el 60376.

Nota: 6,8
vircenguetorix
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15 de septiembre de 2006
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en una pieza teatral del propio Woody Allen, “Sueños de un seductor” es una deliciosa comedia de evidentes ramalazos cinéfilos que nos describe con candor y simpatía la torpeza con las chicas de un joven aficionado a los melodramas clásicos (“Casablanca” principalmente, es más, el comienzo del film es el destripe literal de los últimos cinco minutos de la mítica película de Michael Curtiz).

Delegadas las funciones de dirección en un competente Herbert Ross, a Allen se le nota disfrutar representando un papel realizado a su medida en compañía de una Diane Keaton encantadora (primera colaboración juntos) y un Bogart imaginario que le da consejos sobre el complejo mundo del ligoteo.
Un film narrado con una candidez y buen humor inconmensurables en el que es imposible no encariñarse con unos personajes tan humanamente dibujados que resultan inolvidables.

Honesta y consecuente, “Sueños de un seductor” se posiciona como uno de los mejores trabajos de la pareja Keaton-Allen, aparte de un ser un retrato amable a la par de veraz de las dificultades que crea la timidez y la falta confianza de muchos jóvenes a la hora de relacionarse con el sexo opuesto.
William Munny
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