Trece vidas

La premisa es de lo más revulsiva; larguísimo drama basado en hechos reales de los que el público, a poco que tenga buena memoria y viese las noticias en su día, conoce sobradamente el desenlace. En estos casos, el recurso estándar para intentar camelarte al respetable es regalarle toneladas de patético sentimentalismo llorón y abyecto. Por ejemplo: Lo imposible, de J.A. Bayona, que resulta que a la gente le gustó, pero en mi opinión era como para echar la pota.

En Trece vidas, sin embargo, el recurso es bien distinto, ya que el guionista enfoca la acción desde un punto de vista documental. Una cosa es saber lo que pasó y otra diferente saber cómo fue posible que pasara, convirtiendo la película en un monumental homenaje a todos aquellos que desinteresadamente, o porque era su trabajo, aportaron sus recursos, su esfuerzo y hasta se jugaron la vida para intentar salvar la de los chiquillos, obviando sabiamente cualquier parcela personal de los mismos, de manera que si están casados, divorciados, tristes o alegres, nos importa una mierda y para qué malgastar metraje en eso. Maravilloso.


Howard, que en los primeros años de su carrera si que transitó por vericuetos manidos, presenta una película diferente, impecablemente rodada y montada, que en ningún momento se percibe como un típico drama oportunista basado en hechos reales, sino como una obra testimonial y de suspense brillantemente conseguido, pese a que el espectador conozca el desenlace de antemano.

El apartado técnico es para quitarse el sombrero, o lo que sea que se tenga. Ojalá le caigan muchos óscares y cosas de esas.

Y no negaré que lo generoso del metraje se me hizo algo pesado, sobre todo en la parte final, algo reiterativa, pero la recomiendo mucho muchísimo, por ser una película bien hecha, honesta, espectacular, artesanal y sin duda interesante. Abstenerse fans de Lo imposible.

Es evidente que para tener un buen largometraje hace falta una buena historia y en este caso la tenemos nos la proporcionó la propia vida.

También necesitas un buen elenco y un correcto artesano que sepa plasmar todo ello en la pantalla de forma ágil, fluida e interesante para el espectador, seguramente esa es la parte más compleja del asunto

Ron Howard un correcto artesano como muchas luces ( Splash, Cocoon, Una mente maravillosa, Desapariciones, Cinderella Man, Willow...) y algunas sombras ( El Grinch, Llamaradas, Han Solo…) ha conseguido redimirse y plasmar de forma brillante todo lo que aconteció durante aquellos angustiosos días.

Howard en dos horas y media (que parecen muchos minutos, pero que no lo son en absoluto, dado su buen ritmo narrativo) consigue plasmar toda la angustia, la claustrofobia, la épica, la humanidad, las ganas de vivir... En un prodigio de narrativa brillante.

Se ayuda Howard de dos excelentes actores como son Collin Farrell recuperado después de algunas malas elecciones y un soberbio como casi siempre Viggo Mortensen.

La historia la sabemos, el desenlace también, pero todo lo que aconteció no, no conocemos a esos héroes anónimos, a esa gente que consiguió el milagro y que te reconforta con el ser Humano.

Un bonito soplo de aire fresco y una hermosa oda a las ganas de vivir

Agradable película sobre el rescate real de un equipo de fútbol infantil que quedó atrapado en una cueva de Tailandia.

En la dirección Ron Howard, uno de los artesanos más solventes y populares del Hollywood de finales de siglo, (responsable de más de un puñado de títulos destacables como Splash, Apolo 13, Willow o Una Mente Maravillosa) que tira de oficio ofreciendo una realización sobria, serena y que no cae en sentimentalismos baratos. ¿Un poco falta de personalidad? Puede ser, pero también puede que esa sea precisamente la mejor virtud de Howard.
Tras mostrar cómo se quedaron encerrados los chavales, el guión se centra en las labores de rescate, poniendo especial foco en un grupo de buceadores británicos que resultaron la clave para... ¿Se puede hacer spoiler,no?

Este grupo está liderado por Rick Stanton (Vigo Mortesen) y John Volanthen (Colín Farrel) dos espeleólogos de reconocido prestigio pero bastante veteranos (Stanton tenía casi 60 años) cuya presencia comienza incomodando a los SEALS tailandeses, más jóvenes y probablemente mejor equipados que ellos pero sin formación específica para ese tipo de rescate. Los ingleses no tardarán mucho en ganarse el respeto de los oriundos mostrando su superioridad.
Los dos actores protagonistas están bastante bien, diría incluso que muy bien si no fuera porque tampoco es que los personajes se nos muestran con demasiadas dobleces, son un par de héroes de manual, con personalidades distintas pero complementarias. Stanton (Mortensen) desprende carisma y fuerza interior, un tipo frío en sus acciones y en su trato con el exterior al que parece eludir las responsabilidades más por los incordios de entregarse al 100% que por miedo a no poder asumirlas. Sabe que una vez metido en faena no hay nadie como él. Un héroe Hawksiano.
Su complemento es Volanthen (C. Farrel) un ingeniero informático metido a buceador con pinta justamente de eso. Él es quien tomó la iniciativa de participar en el rescate y quien juega el rol más cerebral y organizativo dentro de la pareja de héroes. Colin Farrel, con defensores y detractores (yo soy defensor), consigue crear un personaje muy humano a pesar de que apenas tenemos un par de pinceladas de su vida.
El resto de actores occidentales también están bien y me gustaría destacar a Joel Edgerton, lo mismo es fetiche mío pero es que me gusta en todo lo que hace.
Los actores orientales no me atrevo a juzgarlos porque la película gira más en torno a los occidentales pero desde luego no desentonan en absoluto. El problema es que si el retrato de los protagonistas occidentales ya era algo superficial, el de los secundarios orientales es directamente bastante pobre. Unos familiares que sufren aunque manteniendo la calma bastante más de lo esperado, unos cuerpos especiales voluntariosos pero no tan buenos como un par de ingleses, un gobernador bueno, un ministro malo y un grupo de campesinos entregados a la causa encabezados por un ingeniero americano de origen Tailandés.

La película se ve bastante agusto y resulta emotiva por momentos sin llegar nunca a empalagar pero no nos volvamos locos, no deja de ser una película de consumo para dar a conocer el caso real a quienes estuvieran en otro planeta aquellas dos semanas, no hay un análisis o una exploración realmente profunda del suceso.

Todos los personajes son bastante planos y funcionales. El objetivo está claro, rescatar a los niños, esta es la trama y esta es la historia que nos quieren contar. La angustia de los niños, las reacciones de los medios, el drama de los familiares, las particularidades de la sociedad y la religión tailandesa o los intereses políticos que un acontecimiento de este tipo desata, son temas que están apuntados pero solo se rozan, centrando el relato en el rescate.
Pero la verdad es que tampoco el rescate esta muy detallado, lo que se nos muestra es básicamente a un grupo de especialistas británicos ( y a un par de yankis que no hacen nada en toda la película pero había que poner alguno) salvando el culo a unos voluntariosos pero ineficaces cuerpos de élite Tailandeses. Es cierto que es un hecho real, es cierto que este grupo fue el gran protagonista del rescate y es cierto que la película intenta ser delicada con este mensaje racista pero...pa mí que lo podían haber hecho muuuuucho mejor. Al final parece que los únicos que han hecho algo han sido los ingleses y el ingeniero americano de ascendencia tailandesa.

La falta de profundidad en un relato que está basado en hechos muy recientes puede ser justificable pero si te vas a limitar a narrar una aventura la cosa debe ir como un tiro, engancharte en el minuto uno y no soltarte hasta el final. "Trece Vidas" se hace larga y repetitiva en muchos momentos. Unos buenos tijeretazos y algún recurso imaginativo para solventar la dificultad narrativa de sacar a 13 objetivos en lugar de a 1 le vendrían bien para recortarle por lo menos 30 minutos.

Me queda un poco la sensación de ser una película disfrutable para casi todo el mundo, hecha con cariño y con muchísimo oficio pero con poco tiempo y desde luego completamente orientada al público anglosajón.

No sabía nada de este evento que pasó en el 2018 y la verdad empecé a ver la película porque era de Ron Howard (aun me parece un director salvable) y porque actua Vigo Mortensen (uno de mis actores vivos favoritos). Poco sabía que me iba a ir metiendo en una histora llena de fuerza de voluntad, amor al prójimo, habilidad, fe y destreza. Trece vidas está narrada y dirigida con una habilidad única, de verdad que la mano de Ron nos hace ser partícipes, testigos y protagonistas de todo lo que pasa en ese cueva. Debo confesar que lo pase muy mal (en el buen sentido) y estuve en constante tensión en las escenas de buceo y el rescate. En parte estas historias de superhéroes reales, con motivaciones y sin odioso cgi nos hace muy bien, Un cine lleno de humanidad.

8/10

Relato apasionante. Muy bien contado y dirigido, y humanamente representada. Howard cuando quiere se convierte en un narrador visual con una maestría envidiable.

El cine de Ron Howard nunca me ha apasionado. Las ha hecho de todo tipo y con diferentes resultados en la taquilla, incluso alcanzando la gloria con “Una mente maravillosa”, donde se llevó los “Oscar” a mejor productor y director, con el beneplácito de al menos medio mundo, y dejando sin premio a Robert Altman, David Lynch o a Ridley Scott. No me gusta en un comentario tener que hablar de otras películas del mismo director porque se puede estar de acuerdo o no en la opinión de otros casos, y se trata de hablar del film presente.

Para empezar diré que “Trece vidas” a mí me ha supuesto una grata sorpresa y, tras lo dicho, al menos para mí, se trata de la mejor película realizada por Ron Howard, y los motivos son varios.

En ella Howard se ciñe de forma concreta a unos hechos reales, en los que no ha fantaseado y, sin llegar a ser documental, no la ha adornado gratuitamente como hacen los productos “made in Hollywood” en estos casos, ni tampoco recurre a subrayar en escenas de tensión con la típica música para darle énfasis. Ya con lo que está contando, con lo bien que lo está haciendo, el “suspense” está medido y hace su efecto, gracias, de entrada, a un buen guion, en el que llegamos a conocer a sus personajes y sus circunstancias.

Su pulso narrativo tiene garra y se nota la “buena relación” con el reparto, por cierto, muy bien elegido. Es curioso saber que es su protagonista, Viggo Mortensen quien le propone a Ron Howard la elección de Colin Farrell, que tenía serios problemas de angustia para rodar escenas submarinas. El rodaje le sirvió de terapia a Farrell superando el problema que tenía. El resto del elenco de actores occidentales, como Tom Bateman, Joel Edgerton o Paul Gleeson entre otros, resuelven bien, así como los orientales, incluyendo a los más jóvenes, muy bien ajustados a sus personajes.

Una de las bazas fundamentales es su dirección artística, el montaje, sonido y sobre todo sus efectos de sonido, apoyo para la historia que se nos cuenta y que si el espectador, aunque haya ocurrido no hace mucho, la desconoce, así como su desenlace, pues bastante mejor, ya que le podrá a llegar a sorprender, porque desde luego tiene miga. A pocos guionistas se les habría ocurrido las “soluciones” para resolver los problemas que van surgiendo como ocurrió en vida real.

Su fotografía, sobre todo en exteriores en preciosos parajes, y su banda sonora también son reseñables, porque, en este tipo de género, se hubiera escogido otra línea de temas con más “nervio”, lo que hubiera sido lo esperado, pero me ha parecido una buena elección y más arriesgada. Quizás la fotografía en interiores es donde puede ser más discutible, pero es que no había otra opción. Me explico. En la vida real, tanto en las escenas submarinas como en el interior de grutas y cuevas, se desarrollaron en la más absoluta oscuridad, lo cual hubiera sido un enorme problema para el espectador seguir la trama si se hubiese sido tan fiel.

Sin ser ninguna obra maestra sí que es un film totalmente destacado, que debería figurar entre las nominadas al “Oscar” a mejor película, entre otras categorías, aunque no tenga muchas oportunidades, a priori, de llevárselo. Es digna, como hemos dicho, bien llevada, sus más de dos horas no pesan en ningún momento y demuestra que aunque sea de producción Amazon, también, con ingenio y esfuerzo, se pueden hacer películas de calidad que no tengan aire televisivo.