Destellos de genio

De como los poderosos faltos de ideas, se aprovechan de las de aquellos que las tienen, en beneficio propio y sin pagar un duro. Basada en hechos reales, cuenta la historia de Robert William Kearns nacido el 10 de marzo de 1927 en Gary, Indiana( Estados Unidos) y fallecido el 9 de febrero de 2005 en Baltimore, Maryland ( Estados Unidos) de Ooupación Inventor y Profesor de Universidad. Fue un ingeniero inventor del limpiaparabrisas intermitente, utilizados masivamente en automóviles desde 1969.
Registró cinco patentes sobre su invento, ofreció el invento a las "tres grandes" empresas automovilísticas, pero ninguna se mostro excesivamente interesada. Sin embargo, comenzaron a producir e instalar limpiaparabrisas intermitentes en sus automóviles a partir de 1969 sin pagar a Kearns copiando sus patentes, por lo que las demandó, ganando los juicios, uno por uno. Se analizan las relaciones de la poderosa multinacional Ford, contra un siemple ciudadado de a pie, las tretas para no pagarle, para vencerle en pleitos, o para ir convenciendole de que abandone su actitud a cambio de una suma económica, que va variando dependiendo de las circunstancias. También trata de las relaciones familiares sin profundizar excesivamente pero si lo bastante como para que juegue un papel fundamental en la historia, mostrándonos como circunstancias ajenas a la convivencia familiar y la actitud obstinada de un miembro de la unidad, puede llegar a destruir el hogar. Ambientación de la época conseguida a la perfección, es bastante entretenida e ilustrativa, mantiene la atención del espectador sin decaer en ningún momento, por todo ello le doy un 6.6 sobre 10.

La película está basada en la historia de como un hombre lucha por su dignidad y no le importa emplar toda su vida y luchar contra los más grandes con el fin de conseguir que se le respete su trabajo.
La historia está basada en unos hechos reales y de como la gran compañía Ford robó a un profesor de universidad un invento que revolucionó el mundo del automovilismo.
Se debe decir que la película engancha y, sinceramente uno siente una lástima enorme hacia ese hombre que ve como su lucha por conseguir que la gran compañía Ford reconozca su robo resulta constántemente un fracaso. Él es un hombre al que no le importa el dinero, solamente que se respete la dignidad de los inventores. Su lucha individual se convierte en una general ampliada a cualquier inventor que ve frustrado su sueño, cuando un gran magnate decide robar su sueño provocando que su nombre nunca sea recordado.
Él sacrificará muchas cosas como tiempo y familia con tal de que su invento lleve su nombre, y no sea Ford el que recoga los méritos.
Greg Kinnear lleva el peso de este complejo personaje haciendo un trabajo magnífico. Uno se unirá emocionalmente a su lucha por su derecho a reclamar lo que es suyo.
Creo que es de lo más destacable de todo el film junto con el trabajo de dirección artística muy sobresaliente y un guión que no decepciona.
En fin, película muy interesante de ver con la que uno podrá observar una lucha en pleno siglo XX entre David y Goliat. Una lucha que cualquier abogado habría rechazado.

Para su debut tras las cámaras, Mark Abraham, hasta ahora dedicado mayoritariamente a las labores de producción, ha escogido un tema, basado en una historia real, que puede ser muy del agrado del público:el film cuenta la lucha de Robert Keans (Greg Kinnear), contra los grandes intereses automovilísticos (en especial Ford), por reivindicar la autoria de un invento en los parabrisas, del cual se apropiaron con arteros métodos.

Por un lado tenemos el enfrentamiento de un hombre contra una poderosa corporación (el típico enfrentamiento David contra Goliath), por el otro tenemos la vertiente familiar del protagonista así como su lucha que acaba, como no, con un importante juicio. Y no olvidemos lo efectivo que queda el letrerito de "based in a true history". Queda claro que Abraham juega con red protectora en su debut en el cine. El director trata de revestir la historia de forma sencilla, íntima, con el personaje de Keans como eje central del film con una adecuada elección de la fotografía con la que busca emular la época donde se desarrollan los hechos (los 50 y 60) de una forma bastante convencional, aunque el resultado general es una apariencia excesivamente televisiva. Por el tema central del film, aunque salvando las distancias, es difícil no pensar en un film de Coppola un tanto olvidado que es "Tucker, un hombre y su sueño", también basada en hechos reales.

De todas formas, Abraham, está mucho más interesado en dar un enfoque mucho más "capriano". El retrato que realiza el director del ingenerio, es el un personaje típico de los que solía interpretar James Stewart en los films de Frank Capra. Kinnear con mucha voluntad compone un personaje amable con altos valores familiares, que en sus clases de ingeniería, lo primero que enseña a sus alumnos es ética (lo cual ya es una declaración de principios). Sin embargo, cuando considera que se ha cometido una injusticia, apelará a las herramientas que tiene todo americano decente: el sistema judicial. Que una persona luche contra oscuras corporaciones siempre suele ser atractivo para el público, pero además en tiempos de crisis, el ciudadano de a pie es mucho más sensible a estos temas, lo que demuestra la buena visión de Abrahams, el cual sabe revestir de sencillez no sólo el retrato del personaje, sino el conjunto del film, con una clara orientación comercial. Sin embargo, lo más destacable, y recordable del film es la entrega de Kinnear con un personaje atractivo pero que no aguantaría las comparaciones con sus principales referentes.

El resto es especialmente plano, tiene un discurrir bastante convencional, y pese al tono íntimo, realmente el director no aporta nada personal al conjunto, por lo que no lo diferencia prácticamente de nada respecto a otras producciones que vienen a contar más o menos lo mismo.

Desde el discurso inicial sobre la ética del ingeniero, hasta la búsqueda hasta el final por la veracidad de una idea, debo de decir que nunca antes había visto una película con la que me pudiera sentir más identificado. Y no es porque sea un inventor, ya que no lo soy, sino por compartir un oficio como el del protagonista, que muchas veces queda en segundo plano. Quizás sea la búsqueda de reconocimiento, o simplemente el orgullo por valorar tu propio trabajo, lo cierto es que siempre existirán los trabajadores y los que se cuelgan medallas sin presentarse si quiera a la batalla; la diferencia radica en quien hace mejor la tarta de limón ;).

La historia trata del inventor que desarrolló el primer parabrisas intermitente, o como él lo llama, “de ojo parpadeante”, inspirado en algo que le pasó a este inventor, Robert Kearns, en su juventud.
*Creí que la historia se desarrollaba en los 50 , 60 cuando en realidad es en los 70, principios de los 80 cuando transcurre la mayor parte de la historia, aunque el arranque si es a principios de los 50, cosa que es un factor a favor para mí.
Además que las historias basadas en hechos reales en que una sola persona se enfrenta a una gran multinacional , en este caso la Ford, me interesan, un poco el estilo de “Erin Brockovich”, pero sin tantas palabrotas como las que decía aquella.