Phantasma II. El regreso

Tras el sorprendente éxito de su primera entrega, transformada inmediatamente en una película de culto, Coscarelli se tomó su tiempo en hacer una segunda parte. Nueve años. Mucho tiempo. Para enfocarlo, retoma de nuevo a sus personajes- Mike, Reggie, los enanos y el imprescindible Hombre Alto - y nos sitúa en una persecución del malvado por parte de nuestros protagonistas, a lo largo del interior de los USA, un interior de pueblos pequeños, poco poblados, de caserones solitarios de madera, de esos que dan miedo, en la mayor de las tradiciones de las novelas de Stephen King. A veces no sabes si ves Phantasma o Salem's lot. De hecho, ambas continuaciones son muy similares.

No obstante el argumento empieza a derivar hacia un mundo distópico, post-apocalíptico, de poblaciones abandonadas, como si hubiesen sido asoladas por la peste negra, sin que las autoridades hagan presencia. Un far west moderno. El sitio idóneo para que el Hombre Alto siga fabricando esclavos para su dimensión, saqueando cementerios. Siguen impresionándome las morgues y los mausoleos de largas calles llenas de nichos donde se desarrollan los acontecimientos, así como esas escenas andando de noche entre fosas excavadas en los cementerios saqueados.

A nivel actoral, la distribuidora le exigió cambiar de actor que interpretaba a Mike, apareciendo, por única vez en la franquicia, James Legros.

A diferencia de los filmes de Sam Raimi o de John Carpenter, los antihéroes que aparecen- Mike y Reggie- son unos perdedores. Son incapaces de plantar cara al Hombre Alto. Siempre les vence. Realmente, jamás parecen capaces de poner en peligro sus planes. Tan solo salvan su pellejo y Reggie, ni eso, casi siempre salvado por otros. Por ello no son personajes recordados- como Ash o Snake Plissken - sino que la auténtica estrella de la saga es el Hombre Alto, un papel siempre encarnado por Angus Scrimm, convertido en su sosías por méritos propios. Esos andares, ese alzado de cejas, su dicción, sin duda Scrimm fue fundamental en la continuación de la franquicia.

Hay escenas de sexo con el personaje de Reggie que se repetirán en otros filmes de la franquicia y que resultan de lo más patéticas. Incluso, como veremos a lo largo de los años, éstas adquieren un tono paródico. También hay un homenaje/broma a Sam Raimi: una de las bolsas de ceniza que un sepulturero está machacando lleva su nombre.

Como continuación es aceptable, aunque básicamente repiten la misma historia con algunos personajes nuevos. La inclusión de un cura intenta ampliar los conceptos terroríficos hacia perspectivas religiosas y menos científicas, algo que será abandonado en posteriores entregas, para centrarse en seres malvados procedentes de otra dimensión y quizás otro mundo. Quizás lo más reseñable del filme es el inicio de un mundo de textura post-apocalíptica que progresivamente irá incrementándose con las entregas. Buenas escenas de acción, explosiones reales, gore a tutiplén con todo tipo de líquidos, cuerpos y cabezas reventadas y carreras arriba y abajo por unos mausoleos que dan auténtico repelús.

Genial segunda parte de la genial saga de "Phantasm". No se que decir en realidad, ya que las tomo como comedias; creo que como películas de terror no podrían funcionar de ninguna manera. Las actuaciones, en especial la de Reggie Bannister, son malísimas, creo que a propósito, ya que tiene claras intenciones humorísiticas. Aun no he visto la primera parte, la cuál por la época en que fue filmada tal vez sea un poco más seria; de todos modos me quedo con estos fabulosos disparates. Con un té caliente y galletas mediante y algún que otro cigarrillo, me río de buena gana de semejantes aberraciones y paso un rato agradable.

Una década después de que Don Coscarelli revolucionara el cine fantástico independiente con “Phantasm” (1978) un ejercicio artesanal de ultratumba con elementos surrealistas y se entregara a films con algo de mayor presupuesto como “El Señor de las Bestias” (Beastmaster, 1982), decidió continuar con la saga en vista de que cintas rivales como “Pesadilla en Elm Street” o “Viernes 13” que pretendían a ser algo superiores se salían con la suya prolongando sus sagas hasta la saciedad.

En “Phantasm II” el director de “Bubba Ho-Tep” (otro de sus pòcos filñms fantásticos a tener en cuenta, por la aureola de frikismo que envuelve la historia en si) retoma el final del original con Mike (James Le Gros) y Reggie (Reggie Bannister) huyendo a un lugar mejor pero a la vez intentando cazar al Hombre Alto (Angus Scrimm) el único responsable del saqueo de tumbas junto con sus esferas letales y el séquito de zombis enanois (algo similares a los jawas de Starwars). En su cruzada se les unen dos chicas, Liz (Paula Irvine) y Alchemy (Samantha Phillips) naturales de Perigord, una aldea semiabandonada arrasada por el Hombre Alto.

Nuevamente Angus Scrimm veuelve a lucirse en en su papel de Hombre Alto. Por otra parte A. Michael Baldwin, que interpretaba al protagonista principal, fue substituido por James Le Gros, actor que había intervenido en la cinta de culto “Los Viajeros de la Noche” (Near Dark, 1987) de Kathryn Bigelow y que tendría un papel relevante en “Drugstore Cowboy” (1989) de Gus Van Sant.

Casi diez años después de la mítica "Phatasm" (1979, Don Coscarelli) filme de terror que marcó escuela en el género, y que, hoy por hoy, con sus fallos de ritmo, su bajísimo presupusto e incongruencias sigue gozando de una legión de seguidores que muestran el gran impacto que tuvo dicha cinta: fue y es un clásico de terror con una magia difícil de reproducir en una secuela.

En Phantasma II, Don Coscarelli parece querer enmendar la falta de presupuesto de la primera parte e intenta, de alguna manera, llevar a cabo un remake de su primera parte, (como Sam Reimi hizo con Posesión Infernal).

Desgraciademente, Phantasma II gana en puesta en escena, FX y ambientación, pero pierde en interés y rítmo: Coscarelli intenta reproducir la misma paranoia onírica que rodeaba a la cinta original, (a base de descolocar escenas cebar la cinta con eternas elipsis que te pierden de la trama principal) pero ésta vez falla porque el elemento sorpresa, ya se ha perdido, (muchas escenas son prácticamente calcadas a la primera parte) los protagonistas son irrelevantes y las interpretaciones muy pobres.

Aun y con todo ésto, Phantasma II ofrece una gran ambientación lóbrega y oscura. Volvemos a visitar mausoleos decrépitos, hay más acción y gore.

Pero nuevamente, su gran pega es la sensación de que la película tenia que haberse estrenado tres años después de su primera parte. Sin ir más lejos: cuando ibas al video-club a alquilar la primera parte y la segunda, (para hacer una macro sesión de Phantasma) la segunda parte siempre estaba disponible y la primera siempre estaba alquilada.

Otro defecto es el intento de "satanizar" al Hombre Alto: parte de su encanto en la primera parte era el no saber exactamente de dónde procedía ese siniestro ente. Sin embargo, aquí Coscarelli intenta explicar erráticamente esa naturaleza. Intenta dar más de lo mismo pero sin conseguir lo que su primera parte logró: impactar y atraer la atención.

En definitiva: indispensable para los seguidores de la primera cinta. Aun a pesar de su amargo toque, sigue conservando parte de su encanto ochentero y no llega a la absurdez de Phantasm Ravager.

Secuela de la producción de terror y suspense. Phantasma que toma lo visto en la primera entrega, para desarrollar su historia de una forma más clara y concisa, para ofrecer un producto con ligeras mejoras respecto al original. logrando incluso a ser superior a la primera entrega.
Los responsables de la franquicia, consiguen dar más fluidez y sentido a la confusión generada por la original, logrando ofrecer un relato de suspense compacto y con sentido, en el que ofrecer buenas dosis de sangre e imaginación en los que la ciencia ficción juega un papel importante.
Sin ser una maravilla, Phantasma II: El regreso, queda como una secuela satisfactoria e incluso superior a la primera entrega que consigue ofrecer buenas secuencias grotescas y aparatosas con las que disfrutar del gore.