Acoso

Adaptación del best-seller a cargo de Barry Levinson que quiso aprovechar sin demasiado éxito el tirón de Michael Douglas tras "Instinto básico" y la imagen de sex-symbol de Demi Moore como reclamo comercial.
"Acoso" es un thriller poco intenso, demasiado largo y muy previsible cuyo principal interés reside en que es la mujer la que acosa y no el hombre, con el problema en esta ocasión de la inexistente química en pantalla entre los dos protagonistas, todo lo demás que ocurre durante la película carece totalmente de interés. Queda claro una vez mas que Demi Moore es una actriz mediocre que saca mucho provecho de su físico y que Michael Douglas en esta película actúa con el piloto automático puesto quedando su actuación muy lejos del personaje parecido que interpretó en "Atracción fatal".
En resumen, película aburrida recordada solamente por su pareja protagonista.

Michael Douglas (cada vez me cae mejor este tío) tiene otro lío de faldas. Al pobre le pierden las mujeres, está claro, la cuestión es que no aprende de sus errores. Puede que lo intente, que quiera reprimir sus impulsos, pero claro, le ponen delante a la Demi Moore de los 90 en plan ejecutiva y pasa lo que pasa.

Acoso está a medio camino entre Atracción Fatal e Instinto básico, Demi no está tan sumamente loca como Glenn Close ni es tan sumamente irresistible como Sharon Stone, pero con un poco de ambas le basta para hacerle pasar un mal rato al pobre Douglas y un rato divertido al morboso espectador.

En la era post-Instinto Básico bien valia el morbo para que Michael Douglas se convirtiera en el modelo de actor cuarentón, atractivo y propenso a la metedura de pene antes que a la de pata. Y con dramas y thrillers eróticos a la medida bien valia la pena intentarlo con algún que otro thriller de ése cáliz que ofreciera más redundancia al escándalo, obteniendo así buenos resultados en taquilla.

Pero hay un antes y un después. Barry Levinson no parecía ser el director adecuado para adaptar una historia de Michael Chrichton (que volvía a ponerse de moda gracias al éxito de “Jurassic Park”) en que remarcaba la sed de poder con el fin de alcanzar cualquiet objetivo a toda costa.

Douglas no se andaría por otros derroteros a posteriori. Ha interpretado muchos roles en su carrera. Pero quien se lleva el pastel en su papel de mujer sin escrúpulos, con su mínima dosis de sensualidad, es Demi Moore en su caracterización de ambiciosa ejecutiva con oscuros planes. Dos años después intentaría sin éxito alcanzar el listón con la infumable “Striptease” (1996) de Andrew Bergman.

Contiene múltiples defectos y la trama, qué duda cabe, se desmenuza por momentos. Está claro que la intención de la productora fue juntar en la pantalla a una pareja muy taquillera (Douglas/Moore), apuntalar el reparto con un veterano contrastado (Sutherland) y ambientar el relato en un mundo que Michael Crichton (autor de la novela de base) conoce y maneja muy bien: el de los vaivenes empresariales en torno al mercado tecnológico. El guion es bastante mediocre, aunque se vuelve un tanto interesante cuando la cosa se pone fea en la cuestión pre-judicial.

Otra cosa es considerar si el mensaje de la película puede aún alimentar el eterno debate sobre el acoso sexual y las diferencias de género en el carnicero sistema piramidal de las empresas multinacionales. Es posible incluso que no se trate de una película sobre sexo, sino más bien sobre la competencia empresarial descarnada y antropófaga y la ambición desmedida. En la película vemos a Meredith Johnson (una lúbrica y sicalíptica Demi Moore para el recuerdo) poniendo patas arriba la realidad laboral, familiar y personal de Tom Sanders (un Michael Douglas definitivamente en su salsa). Para ello cuenta con la complicidad de los jefes, consejeros legales y siervos de alto rango de la compañía, cuyo objetivo final es conseguir una fusión con otra empresa más poderosa a cualquier precio, incluso si tienen que despellejar y vender los cueros del incauto Sanders. Siento que en todo momento se nos habla más de complots por el control de la producción que de frotamientos y encerronas sexuales; en todo momento se hace más hincapié en tendencias de capital, traslados a sucursales perdidas en el desierto de Austin y cabreos de los accionistas que del hecho mismo del acoso sexual como fenómeno social. Yo al menos me he quedado con la sensación de que el ataque de Meredith, más allá de buscar reavivar las llamas del pasado o de satisfacer esos incontrolables instintos libidinosos que se hacen evidentes en el personaje, lo que busca más bien es una posición de privilegio empresarial sobre Sanders, al tiempo que ejerce ese juego de poder que en los ámbitos laborales termina siendo muchas veces el determinante de este tipo de circunstancias, más allá de la atracción física.

La película contiene cierto tufillo a moralina igualitaria y de a ratos se pierde en complejas descripciones sobre los dispositivos informáticos que son la base laboral de la empresa, y todo este rollo hace que el interés decaiga bastante. Como pieza fílmica es sin duda un producto intrascendente y fácilmente olvidable.

Adaptación de una novela de éxito de Michael Crichton, afamado novelista y creador de varios best seller que participa en el guión de esta película dirigida magistralmente por el no menos afamado Barry Levinson.

El punto de partida y la puesta en escena es el acoso laboral, que como todos sabemos va más allá del simple acoso sexual, lo que le distingue es el poder, el rango, la superioridad en la cadena de mando, y en este caso es una preciosa mujer, Demi Moore, la que acosa a Michael Douglas, bajo la atenta mirada de Donald Sutherland, el Jefe de ambos.

Thriller donde Levinson mezcla el suspense con la investigación, la ciencia con el erotismo, la lucha por el poder, lo que vulgarmente y en términos laborales se denomina "trepar" en la escala laboral, donde en este caso la mujer es un lobo para el hombre.

Veo que las críticas en esta página sobre la película son muy malas, tanto que incluso su valoración está por debajo del cinco, un suspenso, quizás por la tórrida escena que no dura más que dos o tres minutos, cuando el thriller supera las dos horas de metraje, y desde luego, yo no estoy de acuerdo. A mí me gustó, y mucho, tanto como a un adicto al sexo como Michael Douglas le puede gustar una de las mujeres del momento, Demi Moore, toda una diosa para los eterosexuales, y para algunos más...

Notable, 8.