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Black Mirror: La ciencia de matar (TV)

Bélico. Ciencia ficción. Thriller. Acción Stripe (Malachi Kirby) y Raiman (Madeline Brewer) son dos soldados que deben proteger a los habitantes de una aldea de la invasión de mutantes salvajes. Tecnológicamente tienen ventaja, pero desconocen si será suficiente para sobrevivir. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mezcla eficaz de maquiavelismo y malthusianismo circunscrito al progreso tecnológico militar. Como siempre mordaz y oscuro los minutos de Black Mirror.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tercero
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10 de noviembre de 2016
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
208/03(05/11/16) Sugestivo quinto episodio de la antológica serie creada por el británico Charlie Brooker, ha cambiado de cadena, de la británica Channel 4 a la estadounidense Netflix, pero su mordacidad, ironía, acidez y visión inquieta sobre el impacto de las nuevas tecnologías en nuestra sociedad sigue intacto. Para el que no la conozca, es una serie de antología, capítulos independientes autoconclusivos, con diferentes tramas, diferentes géneros, diferentes actores y personajes, diferente ambientación, e incluso abordando diferente franjas temporales, pero todas con el nexo de unión de cómo la nueva era tecnológica puede ser pervertida haciéndonos menos humanos. En esta nueva temporada ha decidido diversificar los géneros, el primero fue una comedia, el segundo el terror, el tercero un thriller, el cuarto uno romántico y este penúltimo se adentra en el género bélico, con la dirección del belga Jakob Verbruggen (La serie “The fall”) y el guión del propio creador Brooker, se adentra incisivamente en lo complicada que puede ser la empatía de los militares con su “enemigo” en tiempos de guerra, sobre todo para los mandos, se hace un inteligente y sutil estudio sobre los prejuicios sociales, y como estos pueden ser manipulados. La tara en el capítulo es que se alarga demasiado, hay tramos redundantes y lo que es peor su núcleo es previsible, aunque en su favor tiene muchos momentos de enorme intensidad emocional.

Este episodio aborda como la biotecnología tiene sus vertientes peligrosas y de latente manipulación, de cómo esta podría llega a torcer la voluntad, y distorsionar la naturaleza humana, en lo que es un arrollador alegato antibélico, de cómo los gerifaltes necesitan de ser maestros de marionetas y romper la natural empatía humana, esto es muy bien contrastado en la violencia atávica con que los soldados se comportan al tener en mente que su enemigo es un ser cuasi-monstruoso, esto les ayuda a actuar de modo a actuar de modo desalmado, y es que como todo alegato antibélico nos habla de la deshumanización que producen las guerras. Historia que sutilmente nos habla de cómo nos pueden inculcar el odio al diferente, de la nefasta arrogancia de creernos superiores al diferente bien sea mediante tergiversada información o en este caso de otro (no quiero spoilear, pero es a lo Black Mirror), bien se puede ver en estas “cucarachas” ataques racistas, homófobos, religiosos, o clasistas. De cómo los (pérfidos) mandamases buscan inyectarnos de todos los modos posibles el miedo, odio e ignorancia a lo que no comprendemos, de poner fácil el aplastar “cucarachas”, a nadie le duele matar insectos, pero y si estos tienen alma humana? Entonces no sentimos dilemas morales, ni dolor, ni por supuesto empatía. Se impone en la Guerra la máxima maquiavélica de “El fin justifica los medios”, y aquí es la piedra filosofal (siempre para Charlie Brooker) para este manejo de hilos mental la tecnología.

La narración nos es filtrada por la visión de un soldado, y con el vivimos su periplo extraño navegando entre los sueños, las visiones, y provocando en el espectador inquietud y desconfianza con lo que con él vemos, en esto la cinta termina por hacer evidente su giro “tecnológico”, aún así está muy bien desarrollada la historia, atrapándote en su turbias redes. Con un tramo inicial que recuerda bastante al film de Paul Verhoeven “Starship Troopers” (1997), en el modo juvenil y trivial en que la tropa se enfrenta a los “bichos”, con una sugerente escena en la casa de un protector de “cucarachas”, estallando de modo la latente la violencia, dejándonos el detalle de la linterna verde que nos hace pensar que ahí está el meollo, como así nos va indicando el comportamiento del protagonista, ello en un increscendo bien llevado, aunque demasiado estirado, siendo el corazón del capítulo los encuentros de Stripper con el consejero Arquette, sobre todo el segundo y último revelador y punzante, de más calado que las escenas de acción, que son del montón, Brooker debe mejorar en esto, para desembocar todo en un epílogo turbador y a la vez desesperanzador. Es la cinta una reflexión acida sobre cómo afrontar los altos mandos militares el trastorno de estrés postraumático, de cómo se podría en un futuro no muy lejano acceder a tus sueños para “domesticarte” al antojo de los que mandan. Ello en pos de modificar la natural conciencia humana para convertirlos en robots asentimentales ante el “enemigo”, al que se debe exterminar amoralmente.

Su gran tara es el manejo del tempo narrativo, si se hubiera recordado un cuarto de hora, se habría dado solidez y más cadencia para dar solidez a l mensaje y no sentirte un tanto alargado su metraje para cumplir con la duración de la hora. Asimismo hay un recurso en el que hay una incongruencia en la construcción del pasado del protagonista que produce confusión chirría (spoiler).

Malachi Kirby (el Kunta Kinte de la “Raíces” de 2016) como el protagonista Stripper realiza una sentida actuación, su rostro sabe expresar su gradual arco de desarrollo, hasta desembocar en el clímax de la crucial entrevista con Arquette, estupendo. Michael Kelly como Arquette está tremendo, con mesura, contención, aporta un fabuloso carisma en su serenidad y apostura, una serpentil interpretación en sui modo artero de manipulación, espléndido. Madeline Brewer como la soldado de infantería Raiman resulta muy divertida en su obsceno y violento comportamiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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25 de octubre de 2016
27 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de este interesante capítulo bélico, el administrativo del ejército brillantemente encarnado por Michael Kelly explica pacientemente las dificultades de la guerra.
Lo hace obviando las pérdidas, las hambrunas y la falta de recursos, y se centra en una sola cosa: las personas que luchan en el campo de batalla.
Gente que, maldita sea, tienen una conciencia, un gusto, una complicada humanidad que les evita convertirse en máquinas de matar. Porque nadie va a apretar un gatillo sin sentir remordimientos después, de igual manera que dirigirse a eliminar a sangre fría semejantes no es una orden tan fácil de dar como de ejecutar.

Sin embargo, y paralelo a ese discurso, es impresionante como el ser humano ha forzado la tecnología a su favor para evitarse mancharse las manos de sangre.
Hoy existen bombas teledirigidas, apuntadas a un objetivo y ¡bum!, no más remordimientos, no más pesadillas con los gritos de los que mueren a nuestras manos. Es curioso como el ingenio se dirige más a matar que a solucionar los conflictos que hacen matar.

Sin decir nada más, cabe recalcar que este capítulo, pese a que te puedas oler la "sorpresa" a distancia, presenta algo tan de cajón que es increíble que a nadie se le haya ocurrido antes.
Queremos no tener humanidad en el campo de batalla. La tecnología nos presenta el adecuado refugio contra esa humanidad. Que cada cual haga sus cuentas, aunque probablemente salgan en negativo.
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Charles
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2 de diciembre de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un capítulo en el que nos muestran, con dosis de futurismo, desastres que han sucedido a lo largo de la historia. Una representación del lavado de cerebros y la eugenesia, de la deshumanización y el poder. Un momento en el que ciertas preguntas como quién soy, qué debo hacer o por qué debo hacerlo no valen nada. Solo está permitido seguir órdenes transmitidas por los "maestros" sin la posibilidad de desarrollar un examen de conciencia. Para mí, un gran capítulo en el que el ser humano, sin capacidad de razonamiento, no diferencia el bien y el mal y destruye el sentido de su existencia.
Daniel
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16 de agosto de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Mirror siempre ha tenido la capacidad para crear metáforas con las que retratar nuestro oscuro presente a través de un siniestro futuro al que parece que avanzamos con cada paso que damos. Muchos se quejarán de su cinismo y su oscuridad, imagino que son los mismos que no ven las noticias ni ven el mundo real a nuestro alrededor.

Men against fire, quinto capítulo de la tercera temporada de Black Mirror, profundiza en la guerra y en cómo está evoluciona gracias a la tecnología para conseguir a soldados más efectivos. Alejándose de la ciencia ficción más alternativa, lo que tenemos son drones, lentillas especiales, máscaras que alteran el pensamiento y los sueños... Tecnología que ya está a nuestro alcance en muchos casos, como la propia barbarie.

El episodio, dirigido por Jakob Verbruggen, sigue a un nuevo recluta, Stripe, cuyo objetivo es eliminar a las cucarachas, unos monstruos con una enfermedad genética arrasa a la humanidad, como si fueran los vampiros de Soy leyenda, sin embargo, el protagonista pronto descubre qué oscura realidad hay detrás de todo lo que hemos visto a lo largo de este capítulo.

Personalmente, me interesa más los dilemas del protagonista que las escenas de la batalla o los asaltos, que también son necesarias, pero se mueven más en el camino de los lugares comunes. Por suerte, aunque es un capítulo de una hora, no se nota que haya tanto peso del metraje como en otros capítulos de esta temporada y desarrolla gran parte del potencial del comentario que hace su creador sobre nuestro presente.

Publicado originalmente en: https://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/black-mirror-3x05-men-against-fire.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ozymandias_Iskander
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