Beowulf

Al fin, una película épica sin clichés de Hoollywood!!.
La película es una magnífica y fiel adaptación del cantar original, no sólo eso sino que completa las lagunas de la historia de una manera digna de la mitología.
El guión es un auténtico cantar de gesta, en el que por momentos parece que ves el Cid.
Aunque la historia se basa simplemente en un hombre y su lucha contra dos monstruos, no busca ser rebuscada ni profunda (eso lo logra por méritos propios), mostrándonos a un guerrero muy humano, con más defectos que virtudes. No es un semidiós como podría ser Aquiles (Troya) ni un hombre digno, muy noble, valiente, etc. No, Beowulf es rudo, lascivo, violento, egoísta. Incluso en gran parte del metraje es un anciano, no un joven fornido.
No sólo él, absolutamente todos los personajes son humanos:
El rey, se nos muestra, ni como un rey justísimo y un verdadero santo, ni como un maquiavélico tirano, sino como un anciano cansado y abatido, malo y bueno a la vez, es decir una persona humana.
La reina, hay quienes digan que su papel no es importante, lo cual es fiel a los cantares de gesta originales, en el que el papel de las mujeres no es muy relevante, simplemente su función es dar un hijo al rey.
Unferth, en una película Hollywoodiense, Unferth sería un consejero taimado, que busca traicionar al rey y ser rey en lugar del rey. Aquí el personaje se resigna a su cometido.
Incluso el monstruo Grendel te es cercano, un personaje con madre y vecinos molestos y ruidoso, ¿Quién no ha vivido eso?.
Quizás el que sí cae en el cliché, es el amigo de Beowulf, como el típico amigo fiel hasta la muerte.


Los efectos de ordenador, soberbios, hay momentos en los que te olvidas de que ves personajes generados por ordenador haciendo que los monstruos y criaturas mágicas no desentonen.
En resumen una película quizás a veces lenta, pero que mayormente es una fiel adaptación de un poema épico, sencilla y que no cae en los errores de grandilocuencia de este genero.

Raramente se ve tanta carne e instinto en una pelicula. Uno de los mejores retratos de la lujuria que se han llevado al cine. Y eso es sólo la maldición de Beowulf. El resto es aventura, monstruos, mujeres y vikingos demasiado humanos como para decir algo en contra del como. Una pequeña joya valiente y rica en matices, significados y, por supuesto, épica.

Arriesgada audacia la de Zemeckis, la que propone aquí al intentar transponer a la pantalla el más famoso de los poemas épicos anglosajones. Sin embargo, la tecnología informática le hace un gran favor. A ver si no como se las apaña uno para hacer uno de los ogros más feos que he visto en mi vida, o sentir ese vértigo de volar por el cielo a la velocidad de un imponente dragón. La acción la tenéis asegurada. Efectos especiales de primerísima, que dota a toda la película de un halo de magia y leyenda.

Sin embargo, el tamiz por el que ha sido filtrado el poema me parece bastante (por no decir descaradamente) maniqueísta. Se supone que la madre de Grendel es una espantosa ogresa, que aquí aparece encarnada por una Angelina Jolie que está que te cagas de buena... Sinceramente, no se si perdonárselo o no a Zemeckis, porque en el fondo te alegra bastante la vista. Habrá que entender también que uno se toma licencias en sus películas y crea su personal adaptación.

Por otra parte, sí que es verdad que el poema épico destaca por una curiosa ambigüedad religiosa, lo cual es motivo de numerosos estudios: hace referencia al posible paganismo y/o cristianismo de la cultura germánica en la que se desarrolla la saga, sin llegar nunca a estar claro si el poema es pagano o cristiano. Zemeckis se toma la licencia en su película de hablar de dioses nórdicos, y al mismo tiempo considerar el cristianismo como un recién llegado, como una nueva incursión ideológica en la vida de aquellos héroes. Para ello, Zemeckis se vale de la presencia de varias cruces cristianas y alguna que otra alusión al tema. Otra licencia que hay que coger con pinzas...

En definitiva, una contraposición de aciertos y despropósitos de la que creo sale airoso. Quizá, con un guión más sólido y más metraje para narrar con más profundidad las hazañas heroicas, estaríamos hablando de una de las mejores películas épicas hasta ahora contadas. ¿Tan difícil es crear una obra maestra de este género?

Saludos a todos.

Beowulf no es una película, pese a que para verla tengamos que ir al cine y pagar una entrada. Es ni más ni menos que un poema épico filmado. Algunos pensarán: "¡Vaya, qué lista! Todos sabemos que se trata de la adaptación del poema más antiguo conservado en lengua inglesa!". Pero a lo que me refiero es a que su estructura, su narración, no es cinematográfica, sino medieval, de poema épico. Por éso vemos en pantalla una mezcla de momentos de grandeza épica y otros ridículos; realismo y fantasía; diálogos "profundos" y... bueno, otros no tan profundos.
La sensación que este estilo produjo en mí fue contradictoria. Por un lado, reconozco y alabo la valentía de Zemeckis y compañía por arriesgar de tal manera en un género que yo considero muerto como es la épica (fantástica o no). Su propuesta es original, claramente provocadora y probablemente difícil de digerir para aquellos que acudan al cine buscando un nuevo Gladiator o El señor de los anillos. Aquí no hay blancos ni negros, así como no hay presentación, nudo y desarrollo. Lo que encontramos es, como reza el título de esta crítica, el primer cantar de gesta filmado de la historia, con sus fantasmadas y su heroísmo. Por lo tanto, no es una obra cinematográfica al uso, y está por ver si las audiencias lo aceptarán, puesto que su estilo no es el más adeuado para hacer una película de aventuras. Pero, ¿es Beowulf una película?
Sobre el resto de aspectos, destacar el excelente trabajo de la mayoría de los intérpretes (salvo Angelina Jolie, que no deja a un lado su cara de "mírame-que-buena-estoy" ni cuando es un dibujo animado) y la perfección visual de la que hace gala la película, aunque el dinamismo y las expresiones de los personajes aún debe mejorar más.

Lo mejor: Su estilo visual, el ritmo, que nunca decae, la banda sonora de Alan Silvestri y la arriesgadísima apuesta por una narración muy pasada de moda.
Lo peor: No considero que sea una película (ver las razones antes explicadas), presenta personajes insulsos (la amante de Beowulf) y no resulta emocionante para el espectador.
La suma: 300+ Dragonheart+ Otras películas épicas (algo curioso: ¡por primera vez en mucho tiempo, no hay discursito Braveheart! ¡Increíble!)

Con el cerebro auxiliar, me temo. De otro modo, la película no sería tan entretenida. El misticismo, o se vive en primera persona, o tiende a aburrir.

Cinéfilos, estáis ante un film excelente. Sin entrar a valorar los sorprendentes detalles técnicos de su factura digital, la película trata un sinfín de temas que sería demasiado largo enumerar aquí. Acaso, el principal de ellos sea el de la tentación.

Supongamos que Dios y el diablo quieren seducir a un grupo de hombres y mujeres. ¿A quién se lo pone más fácil aquellos que alberguen más anhelos y deseos?

Si dudas, has de ver la película. Y si no, con más motivo, porque te va a gustar.

¿Quieres oro, Beowulf, fama y mandar sobre los hombres? ¿Deseas ejercitar sin tregua esa mandoble interinguinal que tu taparrabos sugiere? ¿Sí? Entonces te convertirás en un héroe, pues no puede haberlos sin que estén movidos por sus pasiones. Como dice, acertadísimamente, Nethara, la santidad es otra cosa.

¡Ah… pero la pasión ética! ¡Esa sí que es mítica! La idea es tan o más antigua que los protagonistas de la película: los buenos gobernantes son los más desconocidos. Todos conocemos al bandido de Berlusconi y al acomplejado de Sarkozy, pero… ¡por las barbas de Odín, dime ahora mismo el nombre del primer ministro sueco!

Silvio, Nicolás... ¿pero vosotros con qué pensáis?

Me quedo con el vikingo. La mitología es encantadora cuando cumple con su principal cometido: explicar el presente.